32. Haré "lo correcto"

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Estaba enfadada. Enfadada y cansada de que me tomasen el pelo. "No hagas esto, no hagas lo otro..." A veces me trataban como si tuviese tres años, sabía cuidarme sola.

Me paré en seco. No sé cómo, pero a mi cabeza llegó el pensamiento de mi hermano. No sabía nada sobre la mantícora ni sobre SHIELD, llevaba sin hablar con él días. Pulsé el lobo de mi pulsera pensando con claridad en Long Island.

Era ya otoño, pero en el campamento el tiempo no variaba a menos que lo quisiera el señor D. Entré a Casa Grande, donde Quirón estaba en su silla.

-Hola, Quirón.

-¡Aura! ¡Hola, jovencita! -saludó, a veces parecía un anciano al hablar- ¿Qué te trae de vuelta aquí?

-Sólo venía a ver a mi hermano.

-¿Y qué tal todo por la ciudad? -me preguntó.

-Bien... Aburrido... -mentí.

-Eso no es lo que he oído decir a los dioses -se echó hacia delante, mirándome-. Aura, puede que funcionara con los egipcios, pero no tientes a la suerte. Los nórdicos son palabras mayores, si te juntas con ellos ve con cuidado -me dijo confidente. Asentí, congelada por sus palabras. Me despedí del centauro y fui a la cabaña 3, la de Poseidón.

-¡PERCY! ¡ESTOY DE VUELTA! -grité a pleno pulmón. Mal hecho.

La escena era incómoda. Percy y Annie estaban en la cama del primero. Sin camisetas. Y besándose muy... apasionadamente.
Salí rápido y cerré la puerta de golpe con la cara roja, no quería ver eso.

-¡Aura! N-no sabía que... estabas de vuelta -dijo mi hermano rojo con la camiseta en la mano.

-¡Normal! Haciendo lo que hacíais... ¡¿Cómo se te ocurre, Perseus?! -le reclamé tapándome la cara con las manos.

-T-tampoco es para tanto.

-¿Sabes qué? No quiero saberlo.

Tras asegurarme de que Annabeth estaba presentable, les conté todo lo ocurrido hasta entonces. La cara de mi hermano pasaba a horror, felicidad y angustia en cuestión de segundos.

-¡¿CÓMO SE TE OCURRE ENFRENTARRE A UNA MANTÍCORA SOLA?! -me gritó.

-¡No tenía opción!

-¡¿Y ACEPTAR UNIRTE A UN GRUPO DE DESCONOCIDOS QUE PUEDEN SER UNOS PSICÓPATAS?!

-Siento no haberme enfrentado a un titán ni a la Madre Tierra sola -me crucé de brazos, molesta.

-¡¿ES QUE TE HAS VUELTO LOCA?!

-Percy... -le llamaba Annabeth.

-¡Y ENCIMA TE JUNTAS CON UN DIOS NÓRDICO...!

-Percy... -le puso la mano en la espalda.

-¡...Y RESULTA QUE ES UN MAGO CHIFLADO PSICÓPATA! -siguió gritándome.

-¡Percy!

-¡¡SE ACABÓ!! ¡HOY MISMO VUELVES AL CAMPAMENTO Y TE QU...! -Annabeth le giró y le besó en los labios.

-Corre, tienes diez segundos -me dijo.

-¿De qué estábamos hablando? -preguntó mi hermano atontado. Salí deprisa de allí y me transporté a Asgard con el Bifrost en cuanto pasé a Peleo y al pino de Thalia.

* * * *

NARRADOR OMNISCIENTE

-¿Podrías dejar de seguirme? -le preguntó la semidiosa con mala cara, parándose para mirarle.

-Furia me ha pedido que no lo haga y eso haré -bufó cansada y siguió caminado con el príncipe pegado a sus talones.

Le había preguntado minutos antes si podían ir al castillo de Asgard para poder leer, pero el príncipe se pegaba a ella a cada paso.

-¡THOR, DIOSES, DÉJAME ESPACIO! -gritó exasperada levantando los brazos, la diosa Freya apareció por uno de los caminos que salían de los jardines.

-Thor, ¿por qué no vienes y me ayudas a preparar un postre para esta tarde tu cita con Jane? -preguntó con voz dulce y una segunda intención.

-Eeeehh... No debería... -dudó. señalando a la chica con la cabeza.

-Thor, vete, estaré bien. Tienes que sorprender a Jane -le siguió el juego, convenciéndole. La diosa le cogió del brazo y se lo llevó, no sin antes girarse y guiñarle un ojo cómplice.

Caminó un rato por los pasillos cuando se oyó un grito.

-¡Has desobedecido mis órdenes! -la voz del rey resonaba por el palacio.

-Sólo hice lo correcto por una vez -Aura se asomó por la columna, reconociendo la voz de Loki.

-¡Los guardias se habrían encargado!

-Son una panda de inútiles, habría muerto antes de que llegaran -se defendió cortante.

-¡Te advertí que no volvieras a Midgard! ¡Ahora la chica corre peligro por tu culpa!

-Si no hubiese ido, tendrías un cadáver más del que ocuparte -respondió con frialdad y crudeza.

-¡¡TE PROHÍBO QUE TE ACERQUES A ELLA!! ¡No la pondrás en peligro por tus caprichos de un trono!

-Tú no me puedes prohibir nada -habló alto y claro el azabache con insolencia.

-¡Me has perdido el respeto como tu rey, como tu padre!

-¡¡TÚ NO ERES MI PADRE!! -gritó de pronto, haciendo que su voz resonase y asustase a la hija del mar.

-No... Tu padre fue un monstruo. Un gigante de hielo que te iba a dejar morir de frío en una piedra -dijo lo suficientemente alto para que sólo el príncipe le oyera-. ¡¡GUARDIAS!! -llamó- ¡Encerradlo en la biblioteca y que no salga de allí hasta nueva orden!

La chica se alejó deprisa y se escondió tras la columna. Vio pasar al príncipe con varios guardias armados a su alrededor directos a la habitación.

Aura iba a seguirlos y a intentar hablar con el ojiverde... pero una mano le agarró el brazo al dar un paso.

-Es mejor no ir -la que la sujetaba era la diosa Freya.

-¡Pero lo encerrarán! No ha hecho nada malo.

-Ha desobedecido una orden directa de Odín, he oído la conversación.

-¡Para salvarme la vida! -le defendió la castaña.

-Aura... sé que va a ser difícil reconocer esto, pero a veces es necesario poner la otra mejilla para hacer lo correcto -explicó.

-Yo no lo creo así, lo correcto sería dar la cara por él... -susurró con la mirada baja.

-Ese no es tu problema, debe asumir su castigo, sabía las consecuencias de ir a la Tierra -la chica suspiró frustrada-. Lo siento. Volvamos al Bifrost, Thor debe de estar buscándonos a ambas, le he dejado solo -se rió divertida.

La diosa tiró de la joven mientras ella veía con impotencia la zona por la que había pasado el asgardiano. Al final se resignó y ambas caminaron hacia el puente con cuidado de no toparse con el más que airado príncipe Thor.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora