76. Audiencia inesperada

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POV LOKI

Todo marchaba según nuestro plan. Había logrado crear una copia mía dentro de la celda y hacerme invisible. Logré manipular la mente del guardia para que dejase la puerta abierta un instante que me sirvió para escaparme y seguir a Aura por los pasillos sin que nadie me viera.

Las veces que miraba su cara no tenía una buena expresión. Sabía que no era un plan demasiado seguro, pero la idea de ser el cebo había sido suya. Yo me había negado en rotundo por miedo a que le pasase algo, pero por desgracia, acabé cediendo.

Tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no atacar al general cuando la cogió del cuello y la tiró al suelo, creyendo por supuesto que no había nadie alrededor.

Y empeoró en cuanto le dijo que había matado a su amiga. Di un paso sordo hacia delante al ver cómo rozaba con la punta afilada de la flecha la cara de Aura. Ella estaba empezando a perder el control. Podía notarlo.

Esperé a que me diera la señal para atacarle, pero no la hacía y me estaba empezando a impacientar. La rabia que destilaba su voz me alertaba. «¡Maldita sea, Aura! ¡No te desvíes del plan!», pensé asustado por lo que le pudiera pasar.

-¿De... qué bruja hablas? -preguntó ella intentando sonsacarle algo más.

-No te ha dicho nada de su pasado, ¿verdad? -preguntó, esto me daba mala espina.

-Sé lo suficiente -respondió.

-¿Sabes de... ella? -ambos pusimos una cara de confusión e interés- Ella me dio en veneno y el poder. Una pena que lo primero no te matara. Dime, ¿cómo crees que entré en Midgard? -Aura miró con el ceño fruncido, sin entender- Magia -rebusqué e intenté hacer memoria, me sonaba de algo.

-Nadie puede hacer magia salvo la reina y... -iba a contestar ella.

-¿Nadie? No, princesita -mi daga amenazaba con salir-. Hay muchos hechiceros en los nueve mundos a parte de tu querido príncipe ilusionista.

Aura se salió del plan y se levantó, intentando darle un golpe con su mano en la cara. No fue lo suficientemente rápida. Frenó el golpe, interceptándolo en el aire y tirándola de nuevo a suelo.

Mi respiración era sigilosa pero acelerada. Si no se controlaba y me daba la señal, me iba a dar igual lo que me dijera después.
Iba a intervenir.
El tiempo se nos acababa, había ordenado al guardia de la celda que, pasados quince minutos, llamase a Odín.

-Amora me ordenó que al arrogante príncipe no lo matara, pero tú... -sonrió con malas intenciones.

El pulso se me paró al escuchar al fin el nombre. Hacía años que no oía ese nombre.

-¡Loki, ahora!

No tuve tiempo de pensar. Al escuchar el grito de Aura lo interpreté como la señal. Ella le dio un fuerte golpe con la pierna y yo me hice visible. Tardé pocos segundos en sacar mi daga y tirarlo al suelo sin problema, con ella apuntándole en el cuello.

-Esta vez, no vendrá Thor a salvarte -dije en un tono frío y cínico.

-¡Loki, espera! -sujetó mi brazo con su mano- Le necesitamos con vida. Por favor... No quiero que te encierren.

-Escúchala... Loki -sonrió con algo de sangre en la boca.

Gruñí muy bajo y lo levanté con la daga aún en su cuello. Le miré y decidí darle un más que fuerte golpe en la nuca con el mango. La ira produjo que tuviera algo de mis poderes de jotun en la mano y se cayó directo contra el suelo con un poco de hielo en la cabeza.
Aura me miró con reprobación.

-¿Qué? -me encogí de hombros- Dijiste vivo, no consciente -respondí con obviedad, ella puso los ojos en blanco y me miró como si yo no tuviera remedio.

-¿Qué vamos a hacer ahora? -miró a Dobrai en el suelo.

-Habrá que llevarle con Odín. Él juzgará sus actos.

-¿Y lo de... Amora? ¿Quién... quién es? -me miró con desconfianza, suspiré.

-Era una hechicera que vivió en Asgard.

-¿Y... eso de que... pertenece a tu pasado?

-Estuvo un tiempo por el castillo. Tuvimos algo... hace tiempo -le di la contestación que esperaba y ella agachó su cabeza-. Algo... que no es nada comparado con lo que tenemos tú y yo -le levanté la mirada-. Lo que no logro entender es cómo se ha vuelto tan poderosa como para cederle parte de sus poderes a Dobrai -pensé en alto.

-¿Dónde está ahora? -preguntó un tanto celosa, me agradó notar sus celos.

-Lejos. Muy lejos.

Se oyeron multitudes de pasos por el pasillo. Uno de los consejeros de Odín apareció rodeado de guardias, identifiqué al de la celda entre ellos. Puse a Aura detrás de mí en gesto protector.

Dos vinieron y me cogieron de los brazos para ponerme unas esposas, no opuse resistencia. Otros dos la agarraron a ella y la dije con la mirada que tampoco se resistiese.

Nos llevaron a paso veloz por los pasillos ante la sala del trono. Esta vez había más gente: unos cuantos consejeros, Thor en una esquina y también Frey cerca del Padre de Todo con la cara bastante devastada para mi gusto.

-Papá... -escuché a Aura, me giré y la vi con la mirada cerca del trono.

Justo al lado de Odín estaba un hombre de pelo negro corto y ojos mar vestido con una extraña armadura y un enorme tridente. Levanté mi barbilla cuando me miró con el mismo sentimiento con el que se mira a una piedra.

-Querida, repítenos lo que has dicho -ordenó Odín con un tono muy suave. Creí que se lo decía a Aura, hasta que una mujer de pelo castaño claro enmarañado y ropa desgarrada y manchada de tierra apareció de las sombras y se puso al lado de Frey.

-¿F-freya? -preguntó Aura sorprendida, mi boca se entreabrió.
Ella salió hacia la diosa, librándose de los guardias, y la abrazó. Veía cómo Freya temblaba sin control. Miré a Frey en busca de respuestas y sólo me envió una mirada desconfiada.

Entre mundos. La nueva era de los diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora