Aterricé en un barrio abandonado cerca del Upper East Side siguiendo las indicaciones del director Furia. Había obtenido la localización exacta gracias a JARVIS. Tony siempre guarda los datos en un servidor privado. Y, para mi buena suerte, JARVIS se encargaba de dirigirlo.
Las coordenadas apuntaban a unos almacenes, abandonados a primera vista. El viento gélido me arañaba la cara y, sumado al latir apresurado de mi propio corazón, me ponía los pelos de punta. Entré y observé a mi alrededor.
Grandes cajas de transporte con polvo y telarañas se almacenaban en pilas. Los techos altos de metal y hormigón no dejaban pasar la luz del sol, oculto entre las nubes grises. Podría haber sido el escenario de una película de narcotraficantes.
Oí un estruendo procedente del fondo y me dispuse a mirar. «Un falso fondo», pensé. Lo atravesé, con un rastro de desconfianza, y me encontré de lleno en una batalla entre mis amigos y unas personas vestidas de militares.
Iron Man volaba lanzando rayos mientras Ojo de Halcón y Viuda Negra ayudaban a matar a los ofensivos. El Capitán América pasó frente a mí, lanzando el escudo hacia uno armado y lo recogió una vez le dio. Una mujer con una pistola estaba tras él.
-¡Cuidado Steve! -grité al tiempo que sacaba una flecha y se la lanzaba, clavándosela en el hombro. Steve se sorprendió y vino corriendo hacia mí.
-¿Qué haces aquí? ¡Ponte a salvo!
-¡No! ¡Puedo ayudar!
No pudo responder, ya que me lancé al ataque, noqueando y protegiendo su retaguardia y la de Natasha.
Luego comprendí que era muy temerario de mi parte cuando aún me quedaban restos del envenenamiento en el organismo.
Un hombre me dio una patada, pero la rechacé con un bloqueo de manos y un puñetazo, que me hizo daño en la mano y a él le dejó un bonito ojo morado. Otro hombre se disponía a disparar con una pistola a Clint, así que le lancé una flecha. Me dedicó una mirada de agradecimiento antes de seguir defendiéndose.
Alguien me dio un golpe en la espalda, provocando que me cayese y me supiese la boca a hierro. Me había partido el labio.
La pelea casi había terminado. Iron Man vino volando y aterrizó frente a mí.
-Imprudente, pero me gusta -comentó Tony ayudándome a levantarme.
-¡¿Por qué has venido hasta aquí?! ¡Te dije que te quedaras en la base! ¡Estás débil, te podrían haber matado! -me gritó Steve airado al acercarse a mí.
-Presentía peligro. Sabía que algo no iba bien, tardabais demasiado -me excusé-. ¿Pero qué ha pasado? Era una misión fácil.
-Nos tendieron una emboscada al llegar. Una agencia de inteligencia rusa -explicó Natasha con un pendrive en la mano y la voz demasiado seca para mi gusto-. Ya tengo lo que queríamos, larguémonos de aquí antes de que vengan más.
Todos coincidimos. Yo reflexionaba en silencio mientras andábamos. ¿Qué será tan importante como para que los rusos lo quieran? Mis respuestas me llevaban a un callejón sin salida, todo en SHIELD era importante, y un peligro mundial si se usaba con un fin erróneo. Las preguntas correctas eran: ¿cómo sabían de la misión? ¿Quién les informó sobre la importancia de esos datos?
Alguien nos tenía en su punto de mira, y nos llevaba ventaja.
Yeró fue hacia a puerta seguida por nosotros, pero al acercarse a la salida una explosión repentina nos tumbó a todos.
* * * *
Me pitaban los oídos y tenía frío.
-¿Estáis bien? -preguntó Tony a nadie en particular. Todos afirmamos.
Todo me daba vueltas, pero podía recordar lo que acababa de pasar hacía unos instantes. Me levanté con gran dificultad, presa del pánico. Enfoqué mi vista y, entre las llamas, ví a mi loba sana y salva. Respiré aliviada y caminé hacia ella.
Cuando todo estaba en calma, una flecha enorme voló directamente a su pecho.
Me paralicé.
-Yeró... -susurré, andando cada vez más rápido hacia ella.
Cuando llegué, un gran charco de sangre empapaba su pelo blanco.
Natasha, Clint, Tony y Steve se acercaron de inmediato.-Aura... -se adelantó Steve.
-No... No, no, no... -susurré con los ojos aguados- Está... está... -tartamudeé para después gritar con los ojos fuertemente cerrados-. ¡Está muerta!
Con dolor, observé cómo su cuerpo se evaporaba volviéndose puntos brillantes que se perdieron en el firmamento, de la misma forma que le pasó a Zöe Belladona.
-¡¡Dijiste que a protegerías!! -le reclamé a Steve, un huracán real se empezaba a formar a mi alrededor- ¡¡LO DIJISTE!! -grité colérica mientras Stark y Barton me sujetaban.
-¡Es tu dolor el que habla, no tú! -dijo Clint mientras me sujetaba.
-¡Por favor, pequeña, no ha sido culpa suya! -insistía Tony.
-¡Confiaba en tí! Confiaba en... -el huracán se fue deshaciendo y sólo quedaba el dolor.
-Yo... Lo siento... Yo... -intentó decir Rogers.
La luz del Bifrost llenó la sala y produjo que nos girásemos observando a la pareja de asgardianos discutiendo.
-Hermano, por favor, recapacita. Esto no la ayudará -rogaba Thor.
-"Esto" no depende de ti -respondió con voz seca el aludido antes de mirarme. Pude ver comprensión en sus ojos.
-Vete de aquí, Loki -intentó ordenar el capitán con voz dura, pero noté cierto matiz de un sentimiento que en ese momento no lograba descifrar.
Dirigí mi vista indignada a Rogers y la volví a posar en el azabache. Sin importar lo que pasaría, me libré del agarre de mis compañeros y me lancé hacia él. No medité mis acciones, no pensé en las consecuencias, sólo me abalancé hacia su pecho. Me reconfortó ligeramente notar sus brazos en mi espalda de forma protectora, lo necesitaba.
Notaba varias miradas puestas sobre nosotros, probablemente de pena y compasión de los que ya lo sabían, o sorprendidas de los que lo acababan de saber. Pero mis pensamientos no eran lógicos ni objetivos en ese momento.
-Vayámonos de aquí -oí bajo a Loki, quien estaba mirando de reojo a mis amigos. Noté cómo mis pies no tocaban el suelo, transportándonos a ambos lejos de las miradas curiosas y compasivas, lejos de los problemas...
Sólo lejos.
![](https://img.wattpad.com/cover/49203444-288-k560343.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre mundos. La nueva era de los dioses
FanficLa Tierra ha tenido muchas civilizaciones distintas a lo largo de su historia. Todo debe llevar un perfecto orden para que estemos a salvo. Para ello se pactaron las Leyes Antiguas, un tratado que impiden el contacto entre distintos Panteones. Pero...