Vira de mi vida, culiao.

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Mi plan perfecto pa' pasar el 18 de septiembre era un asadito piola en mi casa, mientras yo subía con un tutito de pollo, o un choripán (unos cuantos) a ver series en mi pieza. Pero a mis queridos papis se les ocurrió aceptar la invitación de unos tíos a su parcela en Pirque, y mi panorama perfecto se arruinó.

¿No les pasa que sus papás les dicen que tiene que sociabilizar? Ya po, eso mismo me dijeron los míos. No sé qué esperaban que hablara con mis primos chicos. ¿Sobre Minecraft? No, grax. Paso. Y mi primo grande se juraba adulto ya, y tenía los 18 recién cumplidos. Prefería mil veces quedarme en mi casa. Pero la triste realidad es que con cuea tengo 16, así que no me mando sola.

Supuestamente iba a ser una celebración en "familia", pero resulta que mis tíos invitaron a Pedro, Juan y Diego. Andaba hasta el primo de mis primos, que no es mi primo. Me caía como el hoyo ese culiao. No lo veía desde pendeja, pero igual me caía mal. No me olvidaba que mi primo grande prefirió jugar Super Nintendo con ese hueón que conmigo, cuando éramos pendejos. Esa hueá no se me olvidaba. Fue la peor traición de la vida. Después de eso lloré como María Magdalena. Con razón ahora no lloro nunca, si me la lloré toda esa vez.

«Si vamos por el día no más» me decía mi mamá.

Pero resulta que todos se curaron, y nos tuvimos que quedar a dormir. ¿Se podía poner peor? ¡Obvio que sí! El primo de mis primos no entendía que me caía mal, que estaba resentida porque mi primo mayor lo prefirió a él en lugar de a mí. Y el sentimiento no había cambiado en estos años. Pero este culiao estaba haciendo de todo pa' caerme bien. Yo lo único que quería decirle era «Vira de mi vida, culiao». Pero en volá no estaba segura de querer que de verdad se virara.

ACLARO QUE ESTA ES UNA NOVELA CORTA, POR LO TANTO LOS CAPÍTULOS SERÁN CORTOS.