─El primer año en Australia, unos días antes de que yo me fuera a Chile, el australiano llegó con el pasaje, de sorpresa. Y aunque no me parecía una muy buena idea que viajara conmigo, no se lo dije porque no quería herir sus sentimientos, porque en el fondo igual lo quería, ¿cachai? Y él había gastado plata pa' comprar el pasaje y todo... Cuando llegamos, pasamos la navidad en mi casa y el año nuevo mis papás querían pasarlo en la parcela de los tíos. Mi mamá me dijo que tú ibai a pasarlo con tu mamá, por eso fui con el Daniel no más. Pero cuando te vi ahí... me moviste el piso brígido. Quería abrazarte, darte besos... pero estaba el otro hueón ahí, de colado ─suspiro─. Si no fuera porque mis papás se fueron temprano, yo no sé qué habría pasado... ─le explico al Damián mientras descanso sobre su pecho.
─Prisci, eso ya no importa ─me dice mientras juega con un mechón de mi pelo.
─Solo quería dejártelo claro.
─Igual me dio rabia verte con otro hueón, pa'qué te voy a mentir. Quería puro sacarle la chucha...
─Perdón ─le respondo luego de un largo silencio─. Sé que la cagué, pero ahora quiero hacer las hueás bien.
─Deja de pedirme perdón. Ahora tú y yo vamos a ser felices, Priscilove ─agarra mi muñeca con suavidad y acaricia mi tatuaje de Saturno─. Y vamos a estar juntos hasta el infinito y más allá.
─ ¿Y tu cohete va a aterrizar en mi planeta? ─le pregunto con una sonrisa.
─Tan caliente que me saliste, cabrita ─se ríe.
─Es que estai muy rico, Damián.
─ ¿Y tú te hay mirado al espejo, señorita?
─Tonto ─me río─. Te amo mucho, Damiansito. Nunca he amado a nadie como te amo a ti. Y aunque es un poco tarde pa' decirlo... te perdono por haberme quitado a mi primo esa vez que no me dejaron jugar con el Super Nintendo.
El Damián se caga de la risa.
─Gracias por perdonarme, ahora puedo vivir en paz... Yo también te amo mucho, Priscilita, Priscilove... Deberíamos casarnos e irnos de luna de miel, ¿te tinca?
─Sí, pero más adelante. No me quiero casar tan joven.
─Yo tampoco. Son planes a futuro...
─ ¿Y cuáles van a ser nuestros planes a corto plazo?
─Vivamos juntos. No quiero pasar ninguna noche más sin ti.
─Me gusta esa idea... Quiero que todas las noches tu cohete aterrice en mi planeta.
El Damián como que gruñe y me muerde la oreja.
─Oye... ─me susurra en el oído─. Mi cohete quiere aterrizar en tu planeta ahora, de nuevo.
Me río de su comentario, me doy vuelta pa' mirarlo a los ojos y le doy un beso.
─Nunca te virí de mi vida de nuevo, culiao.
─Ni tu de la mía, Priscilove.
\\
A la mañana siguiente, despierto en los brazos de mi Damiansito, que duerme como un bebé. Me quedo mirándolo durante un rato, analizando cada uno de sus lunares, pero después me acuerdo de que la Cami está en la pieza de al lado, y decido ir a verla.
Toco la puerta y cuando ella abre, da un grito al verme y me abraza.
─ ¡Ay, hueona, puta qué te eché de menos! ─me dice─. ¿Te quedaste acá?
Yo me río y asiento mordiéndome el labio.
─ ¡Ay, kemosión! ─grita y me tira hacia adentro de la pieza─. ¿Cómo estuvo? ¿Mejor que el australiano?
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Vira de mi vida, culiao.
Roman d'amourNada más penca que tener que pasar el dieciocho de septiembre junto al ahueonao primo de tus primos... Aunque con unos cuantos terremotos cambia toda la perspectiva. La pregunta es; ¿se vira o no se vira de mi vida el culiao?