Cuando llegamos a la casa del Damián, mi suegri todavía no tiene el almuerzo listo, así que obligá a ayudarla po. No ayudo ni a mi mami y tengo que andar ayudando a mi suegra...
El Damián se pone a jugar con su hermanito, y cuando está casi listo, su mamá lo manda a poner la mesa, y llama a mi suegro que está arriba. El papá del Damián se demora caleta en bajar, llega cuando nosotros ya estamos sentados en la mesa con el plato servido, y se asoma por la puerta poniéndose una chaqueta.
─Hola, Priscila ─me saluda─. No voy a almorzar, voy a salir con unos compadres...─avisa en general.
─ ¿Y me vas a dejar con el plato servido? ─le pregunta mi suegra parándose de su silla─. Además tenemos visita ─me apunta.
─Lo siento pero tenía los planes hechos... ─se encoge de hombros─. Además a la Priscila no le molesta que me vaya, ¿o sí?
─No, tío, no se preocupe.
Él asiente y sale del comedor. Mi suegra lo sigue.
Mi pololo está con la media cara.─ ¿Estai bien? ─le pregunto.
El Damián niega con la cabeza y mantiene la vista puesta en su plato.
« ¿Qué hueá le está sucediendo? ».
─ ¿Ya te vai donde la otra? ─escucho que le dice la mamá del Damián a mi suegro─. ¡Contesta po!
« ¡¿KHÁÁÁÁÁÁ?! Con che tu ma re. Trágame tierra por fis ».
Se escucha un portazo y segundos después se forma un silencio incómodo en toda la house.
─Están ricos los tallarines ─le comento a mi pololo pa' romper el silencio.
─Mmh ─él asiente sin mirarme.
« ¿Por qué vine por la chucha? ¡Qué alguien me saque de aquí! ».
─Disculpa, Priscila, pero se me quitó el hambre... ─llego a saltar al escuchar la voz de mi suegra desde atrás─. ¿Te molesta si los dejo comiendo solos?
─No, tía, no se preocupe.
─Ya, mi niña. Me voy a tirar a la cama un ratito... Buen provecho.
─Gracias, tía ─respondo.
Ella saca al hermano del Damián de la silla pa' comer y se va con él.
─Esta hueá es pan de cada día... ─el Damián rompe el silencio que se formó durante minutos, cuando yo pensaba que no iba a hablar nunca más─. Sorry por la pelea... no debí traerte...
No se me ocurre qué decirle y empiezo a entrar en crisis. « ¡Piensa en algo, hueona! ».
─Tranqui ─digo por fin y le acaricio la espalda.
«Qué palabra más apropiada, hueón».
Él por fin me mira y me doy cuenta de que tiene los ojos llorosos. Lo abrazo intuitivamente y le sigo acariciando la espalda. Estamos unos cuantos minutos abrazados y después el Damiansito me besa con desesperación y pasión, ah. Como que de repente el Damián se va en volá porque empieza a tocarme la cintura, debajo del chaleco, y yo intento proteger mi flor separándome de él.
« ¿De dónde me sale tanto autocontrol, madre santa? ».
Terminamos de almorzar y yo obligo al Damián a que lavemos los platos, era lo menos que podía hacer po.
─Oye, Damián, me quiero ir a mi casa. Anda a dejarme ─le pido cuando terminamos de lavar la loza.
Él me queda mirando pa' evaluar mi cara.
─Bueno. Déjame ir al baño primero.
Asiento y él me da un beso.
Me siento en el sillón a esperarlo porque lavar la loza me deja agotá. Cansa la hueá po.
De repente tocan la reja y mi corazón da un salto.
« ¡Conchetumare! ¿Viene Andy o qué hueá?... ¡Ay no! Quizá sea mi suegro... Aquí va a quedar la grande... ».
Por suerte el Damián baja la escalera pa' ir a abrir. No iba a abrir yo po hueón, si era visita.
Sapeo desde la ventana y veo a una mina... La maraca culiá de la Adriana Andrea. Se me llega a desfigurar la cara de rabia.La culiá llega y entra como Pedro por su casa, incluso el Damián queda como hueón afuera con la reja abierta. Por eso, niñas, nunca pololeen con un hueón ahueonao... ¡son tan ahueonaos!
A la Adriana Andrea se le llega a caer la boca al suelo al verme ahí.
─Holi ─la saludo moviendo los dedos y poniendo una sonrisa más falsa que el poto de Kim Kardashian─. ¿Se puede saber qué estai haciendo en la casa de mi pololo?
─ ¿No te contó que vamos a hacer un informe de historia juntos? ─pone una sonrisa burlona─. Ups, parece que no... Se nota que hay confianza en la relación...
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Vira de mi vida, culiao.
RomansaNada más penca que tener que pasar el dieciocho de septiembre junto al ahueonao primo de tus primos... Aunque con unos cuantos terremotos cambia toda la perspectiva. La pregunta es; ¿se vira o no se vira de mi vida el culiao?