Llegamos afuera de mi casa y siento que alguien está en el antejardín y me empieza a latir el corazón súper rápido. Abro la reja y veo a mi hermano jugando con una pelota de básquetbol. Cuando cacho que es ese pendex y no mis papás, me tranquilizo.
─ ¿Y vo? ─le pregunto.
─Me quedé encerrao acá afuera.
El Damián entra entero patúo a mi casa, mientras estoy desprevenía hablando con mi hermano.
─ ¿Y mis papás? ─le vuelvo a preguntar a mi brother.
─Salieron.
─ ¿A dónde?
─A un carrete.
─ ¿Y a qué hora vuelven?
─No sé, dejaron una carta en la mesa y me dio flojera leerla ─mi hermano se encoge de hombros.
Abro la puerta de mi casa y entramos todos.
─No me contaste ─mi hermano me desconcentra mientras leo la carta.
─ ¿Qué cosa?
─Que tu nuevo pololito era el primo del Gonza y la Esperanza.
─ ¡No es mi pololo! Deja de hablar leseras.
Termino de leer la carta, que dice que fueron a un carrete de un amigo de mi papá, y que no saben a qué hora llegarán. ¿No era más fácil llamarme al celular o mandarme un WhatsApp? No po, tenían que dejarme una cartita. Más encima dejan a mi hermano chico solo, ¿qué clase de padres tengo, hueón?
─ ¡Una de terror po! ─le dice el Damián a mi hermano.
─ ¿De qué están hablando? ─les pregunto.
─De que vamos a ver una película de terror ─me responde mi hermano.
─No vamos a ver nada. Nos vamos a ir a acostar.
Terrible fome yo como hermana mayor, sí sé.
─Anda a acostarte tú po, yo la veo con el Damián ─me desafía mi hermano chico.
─ ¿Y quién te dijo a ti que el Damián se iba a quedar?
─ ¿Querí que me vaya a esta hora? ─me pregunta mi primo postizo intentando poner care de pena.
─Sí, en taxi no te va a pasar nada.
─No me pienso ir. Yo creo que me tendré que quedar a cuidarlos.
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Vira de mi vida, culiao.
RomanceNada más penca que tener que pasar el dieciocho de septiembre junto al ahueonao primo de tus primos... Aunque con unos cuantos terremotos cambia toda la perspectiva. La pregunta es; ¿se vira o no se vira de mi vida el culiao?