uno

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Empieza el día viernes y yo me despierto con las gallinas. El colegio me tiene programada pa' despertar a estas horas de la madrugada. Me quedo en el celu hasta que siento que alguien se levanta al baño. « ¡Puta la hueá! Yo quería entrar y me ganaron » pienso. Me empieza a sonar la guata de hambre y me levanto obligada.

─ ¡El baño! ─grito en el pasillo esperando que lo desocupen luego.

─ ¡Ya salgo! ─responde mi mamá.

Ese "ya salgo" en idioma mamá significa « Yo entré primero, cabra culiá, así que te esperai ».

Bajo a tomar agua a la cocina y me asusto caleta porque mi papá está en la esquina con la luz apagá comiéndose un pan.

─ ¿Qué onda, papá?

─ ¿Y ese milagro que despertaste temprano? ─ignora mi pregunta.

─Últimamente despierto a esta hora.

─ ¿Vai a tomar desayuno?

─ ¡Obvio! ¡Qué pregunta es esa!

─ ¿Leche con cereal?

Asiento tomando un sorbo de agua.

¡Amo/adoro/me encanta la leche con cereal! Podría desayunar, almorzar y cenar leche con cereal.

Cuando mi mamá desocupa el baño, entro rapidíto pa' que mi hermano no me lo gane. Cuando me bajo el pantalón del pijama y me doy cuenta de que Andrés me visitó se me desfigura la cara. ¿Por qué justo me visita pal' 18 el hueón? Más encima mi flujo es terriblemente abundante, menos ganas tengo de ir a la parcela de mis tíos. Pero a mis papás les importa un pico mi opinión, y me obligan a ir igual.


Vira de mi vida, culiao.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora