sesenta y ocho

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─Definitivamente le ganai al Andrés ─le confieso al Damián mientras acaricio su brazo debajo de las sábanas. Él suelta una risita que retumba en su pecho y me besa el pelo─. Damián...

─Priscila...

─No sé si quiero irme a Australia...

─ ¡Tení que irte! ─responde al toque, como si tuviera la frase en la punta de la lengua─. ¡Es una oportunidad única que no podí desaprovechar!

─Sí sé...

─Entonces para de dudar, que soy capaz de amarrarte al avión yo mismo pa' que te vayai. No todas las personas tienen la posibilidad de irse a estudiar a Australia con su mejor amiga, así que aprovéchala.

Me quedo pensativa... se me enciende la ampolleta y se siento en la cama como india.

─ ¡Se me ocurrió una idea bacán! ─le cuento al Damián emocioná.

─Uh, qué susto...

Lo miro con la media cara, huebiando.

─ ¿Por qué no nos vamos a la playa por el finde? Para despedirnos como se debe, digo yo... ─hago un puchero.

─ ¿Con qué plata, Priscilove? Ando iñi piñi.

«ME DIJO PRISCILOVE, REPITO: ME DIJO PRISCILOVE».

─ ¿Te acordai que te debo el regalo de tu cumpleaños número diecisiete?

─No.

─Y el regalo de tu cumple número dieciocho... ─agrego─. ¡Vamos a la yapla po! ¡Yo invito!

─ ¿Y tus trámites están listos?

─Casi listos. Mañana jueves tengo que ir a buscar mi pasaporte con la Cami y ahí quedamos ready. Y el viernes nos vamos a la yapla y volvemos el domingo o el lunes. ¡Ya po! Aprovéchame que se puede caer el avión al mar y nunca más me vai a volver a ver, y ahí vai a decir "puta la hueá, ¿por qué no me fui con la Priscila a la playa?".

─No hablí hueás. El avión no se va a caer.

─Si se cayó el del Camiroaga, qué en paz descanse ─me persigno─. ¿por qué el mío no se podría caer?

─Porque no.

─ ¡Ya po, Damián! ¡Vámonos! ¡Atrévete!

Finalmente lo convenzo y el viernes nos vamos.
Salgo piolitamente con mi mochila, y cuando estoy en el jardín de mi casa, mando un WhatsApp al grupo de mi familia.

Yo: Familia querida, me voy por unos días. Vuelvo el lunes. No me manden mensajes, ni whatsapp's, ni me llamen, déjenme disfrutar mis últimos días en Chilito. Los amo con mi vida❤❤❤

Sí, ya superé mi trauma de no poder expresar con palabras mi amor hacia las personas que quiero. Un paso hacia la madurez...

Después de mandar el WhatsApp, desconecto el Wi-Fi al toque, pongo el celu en modo avión y salgo de mi casa pa' emprender mi rumbo hacia el terminal de buses, donde me espera el Damiansito.

Los días en la yapla con él, se basan en estar todo el día regaloneando sentados en la arena, viendo el reventar de las olas y el atardecer. Más en la noche, en carretear y llegar a la pieza que arrendamos a hacer el amor, aaah.

El segundo día, cuando veo a una mina tatuada caminar por la arena de la mano con su mino tatuado también, se me ocurre otra idea.

─Damián, ¿alguna vez hay pensado en hacerte un tatuaje?

─Sí, caleta de veces. ¿Por qué? ─sigue mi mirada que está posada en esa pareja tatuada─. ¿Querí que nos hagamos uno juntos?

─Me conocí tan bien... ─le sonrío y le doy un beso─. ¡Vamos al toque!

Al final, después de que el tatuador nos muestra varias ideas de tatuajes para parejas, decidimos hacernos un cohete y un planeta.

El Damián se hace el cohete en el brazo y yo a Saturno en la muñeca de la mano derecha.

─Contigo, hasta el infinito y más allá ─me dice el culiao cursi cuando nuestros tatuajes están terminados.

─Cállate, Buzz Lightyear. Estos tatuajes significan que tu cohete siempre va a aterrizar en mi planeta...

Él me queda mirando con la frente arrugá.

─Qué romántica ─se burla─. Y más encima lo malpensé.

─No lo malpensaste, me refería a eso ─intento poner care maraca.

─Necesitamos una cama al toque ─el Damián dice serio.

─ ¡Primero me tienen que pagar! ─nos interrumpe el tatuador.

«Ah, el culiao amargao».

─Mínimo un descuento por interrumpir el momento romántico con mi dama ─lo chantajea el Damián.

─ ¿Tai loco, cabro chico? Les cobré entero barato, así que vamos pagando no más.

─Ay, si estaba huebiando no más ─aclara el Damián con una risa─. Toma ─le paga─, y gracias, quedaron pulentos.

El hueón cuenta el cash mientras nos dice:

─Ya, de nada. Ahora vayan a conseguir la cama y el gorrito.

Me pongo roja internamente y me llevo al Damián de un ala afuera del local.
Volvemos a la pieza que arrendamos y llevamos a cabo nuestros planes.

─Oye... ─llamo al Damián, alias Buzz Lightyear, clavando la vista en sus hermosos ojos cafés─. ¿Qué va a pasar con nosotros después de esto?

─ ¿Qué querí tú que pase?

La pienso un largo rato...

─Ahora soy yo la que te va a pedir que sigai con tu vida ─respondo al fin─. No quiero que me esperí porque me voy por un tiempo indefinido a Australia. Puedo quedarme años allá si me entusiasmo. Somos cabros chicos todavía y no me quiero amarrar acá en Chile, ni amarrarte a ti... Tenemos planes diferentes y vamos a tener que ir cada uno por su propio camino.

─Sí, estoy totalmente de acuerdo contigo. Duele caleta pero... así es la vida no más po.

─Si somos almas gemelas, como decí tú ─me burlo levemente por esa frase cursi─, nos vamos a volver a encontrar.

─Sí. Aparte tú erí la prima de mis primos, así que siempre van a haber lazos que nos unan, Priscilove ─me acaricia la cara.

─Y un tatuaje que nos recordará siempre el uno al otro. Así que... te vai a virar de mi vida, culiao, pero espero que después volvai a ella, o sino me voy a quedar con un australiano.

El Damián me apreta más en sus brazos.

─El primer amor nunca se olvida ─responde─, así que yo siempre, siempre, siempre, me voy a acordar de ti, Priscilove. Y no sé, quizás algún día me cambie de nacionalidad... a australiano y ahí te vai a quedar conmigo.

─Prefiero quedarme con un chileno no más ─me río.

─En ese caso, ¿sabíai que se puede tener dos nacionalidades?

Vira de mi vida, culiao.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora