setenta y cuatro

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Mi boca forma un O y yo me la tapo terrible emocioná. Me paro del sillón y corro a abrazar a mis papis.

─ ¡Gracias, papis hermosos! ─les doy un beso a cada uno en la cabeza─. ¿De verdad pueden pagarla? Porque o sino estud...

─ ¡Ya lo decidimos, hija! ─mi mamá me corta al toque─. No te la pagaríamos si no pudiéramos.

─ ¡Ay, gracias, gracias, gracias! ─los vuelvo a abrazar.

─No tení nada qué agradecer, mi hijita ─mi papi me acaricia el pelo─. Esto es fruto de tu propio esfuerzo.

Les sonrío.

─Algún día les voy a pagar todo lo que han hecho por mí ─les prometo─. Por esa razón me esfuerzo tanto estudiando, porque quiero devolverles la mano.

This is so emotional though I don't even understand what are you sayin' ─comenta el Daniel.

Mi hermano lo mira, luego me mira a mí y nos reímos porque somos los únicos que le entendemos.

─ ¿Qué dijo? ─me pregunta mi papá.

Le hago un ademán al Martín pa' que él traduzca. Sus habilidades en inglés son sorprendentes pa' tener solo quince años.

─Dijo que esto es muy emotivo aunque ni siquiera entiende lo que están diciendo ─responde mi hermano.

─Wena traducción, pendex ─levanto mi dedo pulgar─. Parece que alguien más se irá a Australia cuando sea más grande...

\\

El Daniel está jugando Play Station con mi hermano. Apenas hablaban con palabras simples de inglés y español, pero se llevaban bien.
Yo estoy ayudando a mi mami a secar la loza.

Mi mamá me dice que pa' año nuevo, los papás del Gonza se van a sacar la parcela.

─No, mama, por fa no vayamos... ─le digo mientras dejo una taza a medio secar.

─ ¿Por qué no, Priscila? Yo no lo quiero pasar aquí aburrida. Qué fome.

─Pero vamos a la playa po.

─No, a tu papa le da paja. Aparte tú sabí los medios tacos que hay en la carretera... ─cierra la llave y posa su vista en mí─. ¿Tu primo sabe que estai en Chile?

─ ¿El Gonza? ─le pregunto y ella asiente─. No. No le quise decir porque... tú sabí po, mamá. No quiero que sepa el Damián. O sea, si el Daniel no hubiera venido pa' acá, todo bien. Pero no quiero ser desubicá...

─ ¡Ná que ver! Ustedes terminaron hace años ya po ─vuelve a abrir la llave.

─El año pasado tuvimos remember ─suelto rápido.

Vuelve a cerrar la llave y me vuelve a mirar.

─ ¡Yo sabía! Estaba esperando que me lo contarai.

─ ¿Quién te contó?

─Nadie. Pero no soy hueona, Priscila. Sé que el año pasado, cuando te fuiste a la playa, te fuiste con él. Mi sexto sentido de madre siempre me lo dijo.

Le dedico una sonrisa.

─Me conocí tan bien, mami.

─Te conozco como la palma de mi mano, no por nada te tuve nueve meses en mi guata.

Suelto un risita y estiro el brazo derecho pa' sacar un vaso y seguir secando loza.

─Y también sé que ese tatuaje no te lo hiciste en Australia ─dice y apunta mi Saturno en la muñeca.

Le había mentido, diciéndole que me lo había hecho en Australia con la Cami.

─ ¡Ups! ─le digo entre risas─. El Damián se hizo un cohete en el brazo.

─ ¿Y qué significan?

«Estos tatuajes significan que tu cohete siempre va a aterrizar en mi planeta» recuerdo lo que le dije al Damián.

─El Damián dijo que significaban "contigo, hasta el infinito y más allá" ─le cuento, recordando con nostalgia, mirando a la nada con una sonrisa.

─ ¡Tanto que se querían ustedes!...

«Demasiado...».

─Volviendo al tema de ir a la parcela de los tíos, me sigo negando ─cambio el contenido de la conversación─. Imagínate va el Damián y me ve con el Daniel. No. Me niego.

─El Damián debe andar en el norte, donde la mamá, pasando las fiestas con ella...

─ ¿Tú creí?

─ ¡Sí po!

─... entonces vamos pa' allá po ─acepto resigná.

«Pulento, confío en ti».

Vira de mi vida, culiao.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora