─ ¿Cómo que se invitó solo, maraca de mierda? ─le pregunto toda amorosa a la Camila, achinando los ojos.
─Es que mira... Yo estaba hablando con el Alejandro y le dije "ay, sabí que con las chiquillas vamos a ir al cine, ¿querí acompañarnos?" y el otro hueón llegó y dijo "¡la raja! Yo también quiero ir". Y yo le dije "sorry, pero va la Prisci" y respondió "¿Y?" y yo le dije "no creo que le guste la idea de que vayai". Y se encogió de hombros y dijo "lo que piense ella me importa bien poco, fíjate". Y pucha, el Ale me dijo que lo invitáramos, si igual es tela el Roberto, dentro de todo. Porque igual si el Roberto no va, el Ale tampoco, porque habían quedado de pasar el finde juntos, terrible fletos. Y pucha, el Alejandro me gusta en serio...
─Oye, pero qué onda ─se mete la Anto mordiendo la tapa de su lápiz─. No se puede invitar solo el Roberto po. Si nosotras no queremos ir con él, no vayamos con él y punto.
─Pero pucha, ¡yo quiero que vaya el Alejando po!
─Ya, filo ─les digo─. No voy no más.
─Pucha, Camila, que la cagai. Todo por un hueón que no tiene nada de otro mundo ─le dice la Anto.
─ ¡A ver, Antonia! No me vengai a decir que no tiene nada de otro mundo, si tú estai con la cagá esa del Hueilo. ¡Con qué cara!
─Oye, el Hueilo no tiene nada que ver en esto. ¿Por qué siempre tení que meterlo en todo?
─Hueón, mejor hagan las cagás de ejercicios ─intento calmarlas y llevarlas por el buen camino de la responsabilidad de hacer las tareas.
─Ya oh, pero, ¿funó la cagá de ida al cine? ─pregunta la Anto.
─Vamos con el Ale sí po.
─Sí, no se preocupen por mí ─les digo─. Tampoco tengo ganas de ir al cine, aparte el Damián debe estar todo adolorido con la volá del accidente...
─Puta, pero la idea era que fuéramos las tres po ─sigue insistiendo la Antonia.
─Entonces otro día vamos las tres y vemos una película mamona ─concluye la Cami.
\\
─ ¿Por qué no? ─pregunta el Damián con una pizca de pataleta en su voz, luego de decirle que no quiero ir al cine al final.
─Porque va el mino que le gusta a la Camila y él invitó al hueón que me gustaba antes de conocerte.
El Damiansito me queda mirando fijamente.
─ ¿El hueón que te pidió pololeo, rechazaste y a la semana andaba pololeando con otra?
Asiento mordiéndome un cuerito del labio.
─ ¿Y qué tiene que vaya ese hueón?
─Que va a ser incómodo po.
─No hay que pescarlo no más po.
Él evalúa mi cara durante un rato, mientras yo juego al juego de la pelotita con el celular.
─ ¿Tení superado a ese hueón?
La pregunta me deja impactá.
─ ¡Obvio que sí! ¿Por qué lo preguntai?
─Porque tanto color que le dai pa' ir al cine. Ni que el loco fuera el medio personaje.
─ ¡Pero si tú erí el que le da color! La única razón que tengo pa' no ir es para evitar atados contigo. Lo que pasó con el Rodrigo fue suficiente.
─Son cosas súper diferentes, Priscila. No comparí peras con manzanas.
Me quedo callada... Soy como un niño dormido, que puede despertarse con apenas solo un ruido. Cuando menos te lo esperas, cuando menos lo imagino, sé que un día no me aguanto y... ¡Concéntrate, Priscila! Aguante Luchito Fonsi.
─Ya po, ¡vamos igual! Si ya dijimos que íbamos a ir, no podemos echarnos pa' atrás ahora... ─la voz del Damián me saca de mis pensamientos Fonsitos─. Aparte, estoy chato de estar en esta casa culiá. Necesito salir, distraerme, despejarme...
─ ¿Todavía siguen peleados tus viejos?
─Sí... por eso quiero salir.
─Ya oh, vamos al cine no más ─acepto, ignorando la vocecita que me dice que es mala idea ir.
ESTÁS LEYENDO
Vira de mi vida, culiao.
RomanceNada más penca que tener que pasar el dieciocho de septiembre junto al ahueonao primo de tus primos... Aunque con unos cuantos terremotos cambia toda la perspectiva. La pregunta es; ¿se vira o no se vira de mi vida el culiao?