cuarenta y cuatro

3.9K 258 26
                                    

─Adriana, te dije que hiciéramos el informe por Facebook y después juntáramos las partes po ─le reclama el Damián─. Ahora tengo que salir con la Prisci además...

─Ay, ahora que está la "Prisci" me decí Adriana y no Adri ─suelta una risa seca la maraca─. Damián, a mí no me gusta hacer los trabajos desordenados, tú ya me conocí. Y pucha, qué pena interrumpirles el panorama, pero Priscila, no sé si sabí que al Damián le va como las pelotas en historia... yo que tú salgo solita y lo obligo a quedarse a hacer el trabajo. Eso haría una buena polola.

No pesco a la fea conchesumare y dirijo mi mirada hacia el Damián.

─ ¿Es necesario que hagai el trabajo con esta?

El Damián asiente.

─Oye, tengo nombre, ¿sabí? ─me para los carros la maraca, poniendo sus brazos como jarra─. Cero respeto tú.

─El profe es terrible coloriento, demás me baja puntos si hago el informe solo ─se justifica mi pololo ignorando a la fea culiá.

─Me quedo ─le aviso.

Ni cagando me iba. Nica lo dejo solo con esa... ay, ni siquiera encuentro una palabra que sea así bien terrible pa' describirla. Maraca re culiá y la conchesumare le queda muy chica.

El Damián me dedica una sonrisa de « ¡esa es mi polola! », y sube a buscar su notebook. Yo subo los pies al sillón pa' que la pelá no se siente.

Éramos como la Adriana Barrientos v/s la Pamela Díaz. Yo era la fiera, obvio, y la otra maraca la versión chanta y rasca de la "leona". Ya nos imaginaba yendo a Primer Plano y volás, y obvio que la people me iba a apoyar a mí, ah.

─ ¿De qué te reí? ─me pregunta la perseguía.

Me cagaba de la risa con las hueás que se me ocurrían. Soy tan chistosa, me amo.

─Qué te importa.

Qui ti impirti ─me hace burla.

«Terrible hueona esta mina».

Por fin baja el Damián. Me hace un ademán pa' que saque las patas del sillón y se sienta a mi lado para luego prender el notebook.
La pelá se sienta al lado de mi pololo, así que yo para marcar territorio me abrazo a su cuello.

Al final terminan el informe en una hora aproximadamente. Yo me metía todo el rato en lo que hacían, y gracias a mí el informe quedó perfecto, ya que ni uno de los dos sabía hacerlo como la gente. En unas partes escribían con Arial, en otras con Times New Roman. Otras veces usaban 11 de porte, otras 14. No le habían puesto conclusión, ni membrete, ni el nombre del profe, ni el nombre de ellos. No, si de verdad que estaban haciendo todo al lote. Al final fui yo la que quedó más estresá con el informe de los tres.
Las chiquillas y yo hacíamos los medios informes, loco. La Anto siempre se encargaba de decorar las cagás, la Cami de que la información estuviera completa y no se notara de que la habíamos sacado de Internet, y yo de que estuviera todo perfecto antes de mandarlos o imprimirlos. Nos quedaban terrible wenos.

\\

─ ¡Priscila, hueona! ─nos interrumpe la Cami a la Anto y a mí de nuestra conversación sobre una compañera que se había acortado la falda jurando que nadie la iba a cachar.

─Es que hueón, ¡mira esas cañuelas! Le faltan cazuelas, muchas cazuelas ─dice la Anto bebiendo su Kapo.

─Sí, hueona y adem...

─ ¡Priscila po! ─grita la Cami.

─ ¿Qué querí, conchetumare?

─ ¡A verrrr! ¡Más respeto con tus mayores!

─ ¿Qué quieres, amiguita linda de mi alma? ─me corrijo.

─ ¿Sabí qué día es hoy?

─Lunes po.

─ ¿Lunes cuánto?

─ ¿Por qué me estai preguntando esta hueá?

─ ¡Porque el jueves es tu cumple po, ahueoná! ¡Ay, qué emoción!

─ ¡Ay, verdad! ¡Está tan grande la cabra! ─la apoya la Anto.

─Qué lata... Eso significa que voy a ser mayor que el Damián ─comento─. No me gusta ser mayor que él.

─La hueona alharaca. Le ganai por un mes y tanto no más ─dice la Cami─. No le pongai color.

─Sí po, Prisci, un mes no es nada.

─En todo caso...

─Supongo que te vai a sacar la casa ─me dice la Cami con una sonrisa malévola.

─Obvio, wachita. Vayan preparándose no más... ─les advierto a mis amigas con la misma sonrisa malévola.

Mis 17 años los iba a celebrar en GRANDE.

Vira de mi vida, culiao.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora