─ ¡Cabro tonto! ─me toco el corazón─. ¿Cómo se te ocurre asustarme así?
El Martín, mi hermano, se caga de la risa.
─Me voy a vengar de vo ─le aseguro.
─Hazlo po.
Escucho a lo lejos voces nuevas.
─La Ángela llegó parece ─le comento a mi broda.
La Ángela es mi prima de once años. Es como la uña y mugre de mi hermano. Mi hermano tiene doce, así que se llevan de pana. Me recuerda un poco a la relación de hermandad que tenía con mi primo mayor, el Gonzalo. Después me acuerdo de su traición y me dan ganas de pegarle. « ¿Por qué no puedo olvidarme de esa lesera de brocacochis? ». La hueá es que éramos primos súper unidos hasta que el hueón se puso agrandao' y ahora con cuea hablamos.
Con mi hermano nos acercamos a saludar a la Ángela, que efectivamente había llegado. Se pone a hablar de que se pasó el nivel no sé cuánto de no sé qué juego con mi hermano, así que yo hago como que cacho de lo que hablan y me río. Me siento un poco incajable. Ya sé que esa palabra no existe, pero así me siento no más po. La Esperanza, mi prima de siete años, nos invita a jugar a no sé qué hueá en el tercer piso. Me da un poco de plancha subir con los pendejos, así que aviso en voz alta que «voy a cuidar a los cabros». Y justo cruzo la mirada con el Damián, que se ríe de lo que acabo de decir. Se jura grande el hueón y debe tener como mi edad.
─ ¡Priscila! ─me llama mi mamá.
Mis primos y hermano suben sin mí porque a mi mamá se le ocurre hablarme.
─ ¿Qué sucede?
─Suban un rato no más porque después tienen que bajar a almorzar.
─Ya... Oye ─agrego antes de que ella se vaya.
─Dime.
─ ¿Quién invitó a ese imbécil? ─le susurré al oído.
─ ¿Qué imbécil?
─El Damián po ─le volví a susurrar.
─Ah, corta tu hueá, Priscila. Tení 16 años, compórtate como una hueona de tu edad, ¿querí?
Turn down for what empieza a sonar de fondo, en la mente de mi mamá.
Me cagó no más po, así que me limito a subir y quedarme con los pendejos.
ESTÁS LEYENDO
Vira de mi vida, culiao.
RomanceNada más penca que tener que pasar el dieciocho de septiembre junto al ahueonao primo de tus primos... Aunque con unos cuantos terremotos cambia toda la perspectiva. La pregunta es; ¿se vira o no se vira de mi vida el culiao?