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Terminamos de cenar todos juntos en la mesa y el bebé comenzó a quejarse somnoliento por querer dormir, haciendo reír a sus hermanos por sus ojitos caídos que podían cerrarse en cualquier momento

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Terminamos de cenar todos juntos en la mesa y el bebé comenzó a quejarse somnoliento por querer dormir, haciendo reír a sus hermanos por sus ojitos caídos que podían cerrarse en cualquier momento.

Me encantaba como eran ellos entre sí, Odalis era la chiquita de la casa y a pesar que no hablaba y era muy vergonzosa, se reía cuando yo le hacía muecas y me pedía con timidez que la ayudara a comer, dado que su hermana la tenía acostumbrada al avioncito para que fuera más interesante y así lograr que acabara su plato.

Zarek por su lado estaba perdido en su mundo, se mantenía sentado y jugando con lo que tenía su plato, Uma no le decía nada pero indirectamente lo ayudaba a llevar la comida a su boca en forma de juego también.

Harumi era un caso, me sacaba la lengua cada vez que la miraba peleándome, lo que era gracioso y me divertía seguirle el juego poniéndome a su altura e imitándola, logrando que se sonriera mientras correspondía sin problema a la indicación de su hermana mayor de comer.

Kasia por su parte, se mantenía fascinado como siempre de tenerme cerca, hablándome de miles de cosas a la vez sin tomarse un respiro, era muy inquieto al punto que ni se sentaba del todo en la silla, y antes que su hermana lo reprendiera para que lo hiciera, buscó nuestra foto en su pieza así contarme que Uma se la había pegado en la pared, al lado de su cama.

Todos eran simpáticos y hermosos, tal cual a su hermana mayor que por primera vez la veía relajada teniéndome en su casa y mostrándome algo tan personal como lo era su vida con sus hermanos, lo que no parecía fácil pero lo hacía parecer práctico en todo sentido, ella se ocupaba desde hacerles la cena hasta ayudarlos a lavar los dientes para irse a dormir, acunar a Gaizka y después a Odalis que no dejaba de ser una bebé y la más apegada.

El único que seguía revoltoso era Kasia que quería seguir contándome acerca del partido, y aunque yo no tenía problemas para escucharlo y comentar con él, Uma lo envió a dormir.

La acompañé a acostar a Zarek cuando volvió a su hermana para que le hiciera unos mimos y lo llevara encima, miré a todos los nenes en su cama y como ella le dio un beso a cada uno con la ternura que la caracterizaba.

Algo que me pareció destacable fue ver sólo dos camas. En una dormía Odalis y Harumi y en la otra Kasia con Zarek mientras que el bebé en una cunita en el medio de las dos.

Una vez que los vimos dormidos, me llevó afuera apagando la luz y suspiró frustrada para salir y hacerse un moño en el pelo, que enseguida se le desarmó por tenerlo tan fino.

—Son muy lindos tus hermanos, y todos tienen tu sonrisa. —le dije sentándome en el pequeño sofá, ella sonrió mostrándomela y asintió sentándose también a mi lado, a pesar de caber muy justos.

—Creo que es lo único que sacamos en común con mi mamá.

—Y el formato de los ojos.

—Qué observador. —levantó ambas cejas y yo me encogí de hombros. —Gracias por venir y quedarte, los nenes pueden ser muy intensos así que te agradezco por seguirles la corriente.

El partido más Difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora