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Empezaba a creer que mis técnicas de convicción eran muy buenas, pero no sabía exactamente quién convenció a quién, porque logré entre caricias y besos, que Uma se quedara a cenar y terminar, o mejor dicho empezar, nuestra cita realmente

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Empezaba a creer que mis técnicas de convicción eran muy buenas, pero no sabía exactamente quién convenció a quién, porque logré entre caricias y besos, que Uma se quedara a cenar y terminar, o mejor dicho empezar, nuestra cita realmente.

Llamé a Steff para que pudiera comunicarme con su tía, y Uma habló por mi teléfono así le confirmaba que podía extender su tiempo conmigo, por lo que al saber que estaba todo bien por su casa, accedió a quedarse e improvisé una cena romántica.

—Voy a considerar el detalle de las rosas, pero fue una idea de Steff ¿no?

—No, yo se lo pedí. —mentí y ella se rió, realmente no lo había hecho pero Steff comprendía a la perfección el concepto de cita cuando requerí su ayuda para que me abasteciera de lo necesario.

— ¡Qué mentiroso!

—Bueno esto es pura improvisación, perdón.

—Me gusta que sea así, porque no es en el centro comercial o mucho peor, en el club.

—Sí, está bueno que podamos tener un poco de privacidad.

—Exactamente. —concordó con una sonrisa antes de tomar de la copa que le serví.

— ¿Y qué te pareció la película? —le pregunté y me miró con esa picardía en sus ojos que me hizo sonreír sin poder llevarme el tenedor a la boca. — A mí me gustó.

—A mí también. —levantó ambas cejas y ambos nos reímos. No la habíamos visto nada, simplemente fue un fondo que le dimos a nuestro único entretenimiento, besarnos.

Es cierto que esos besos fueron muy calientes, estuve casi todo el tiempo intentando tranquilizarme y no tirarme sobre ella, sabía que también lo sintió así y nuestras bocas después nos delataron, pero nada pudo haber sido más lindo.

—Te quiero confesar algo. —dijo y yo asentí tomando más vino. —esto me asusta.

— ¿Específicamente qué?

—Esto que estamos... iniciando, si se podría decir así.

—Se puede decir así, si, ¿por qué?

—Porque es raro para mí sentir cosas que no había sentido antes por nadie, me asusta olvidarme de todo y cuando estoy con vos pareciera como se evaporaran los problemas, las responsabilidades, mi mamá, mis hermanos, no sé qué tan bueno puede ser eso. —pensó y yo sentí mi corazón volver acelerarse por sus palabras.

—Es bueno que tu vida no gire en torno a responsabilidades que no deben ser tuyas, pero si puedo ser eso para mí es un placer, yo me siento de la misma manera, a veces es como si me olvidara que soy un Klein, o un futbolista profesional.

—Y es bueno ser sólo Uma y Alec, ¿no?

—Es fantástico. —sonreí y su hermosa sonrisa también se asomó. — me gusta que te sientas así, y soy egoísta pero te quisiera todo el tiempo para mí y de esa manera.

El partido más Difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora