Pensé que poner en vibrador el teléfono iba a ser buena idea para que nadie me molestara en la mañana, sabía que Manu hablaría con mis representantes y puede que lo haya hecho por cómo me solicitaban, pero al tener pocas horas de sueño y darme cuenta que el cuarto todavía estaba oscuro, no creí que podrían ser ellos.
Somnoliento estiré el brazo hasta el teléfono así dejaba de vibrar en mi mesa de noche, me moví haciendo que Uma se apartara de mí abrazo para darse la vuelta y buscar su comodidad. Antes de poner la pantalla a mi vista, recordé mi dolor pero traté de tener la mente en blanco así mi cerebro no enviaba la información hacia mi tobillo.
Un poco cegado le bajé el brillo a la pantalla de mi Iphone y vi un mensaje de Walter, seguramente era su Perdón número mil, por las dudas lo abrí.
Perdón número mil, me siento muy apenado de toda la situación hermano, espero mejores pronto, quería recordate que es el cumpleaños de Uma, bueno Gaby dijo que te lo recordara. Perdón.
El cumpleaños de Uma, mierda.
De repente una sensación de angustia se me instaló en el pecho, habíamos estado hasta la madrugada despiertos y era su cumpleaños, ella no dijo nada y con todo el tratamiento no recordé ni siquiera saludarla, definitivamente era el peor novio del planeta.
Miré la hora y eran las siete de la mañana, mi cuarto seguía oscuro pero probablemente afuera no lo estaba, a pesar de haber dormido muy poco, me senté en el colchón y enseguida le envié un mensaje a Manu antes de que me agarrara la desesperación.
Me levanté y al poner mis pies en el suelo, sentí la venda apretarme fuerte el tobillo, pero eso no impidió que me doliera en el contacto con el piso, cerré los ojos por un segundo y la preocupación de no tener nada para ella me invadió mucho más, por lo que a pesar de mi dolor caminé rengueando un poco, tratando de apoyar todo mi peso en mi pie sano.
Salí del cuarto lo más sigiloso que pude y evidentemente el sol iluminaba todo el departamento, caminé rápido para la cocina e improvisé armar el desayuno, al menos acomodar la vajilla y tener las cosas a la vista cuando Manu llegara con todo lo que le pedí.
Tenía que pensar en el regalo, no se me ocurría qué podía ser y enviarles un mensaje a las chicas no sería buena idea, por lo que me forcé a deliberar una idea mientras ignoraba mi punzante dolor y preparaba el desayuno, hasta que Manu me avisó que estaba abajo y pudo subir a mi rescate.
—Alec no deberías estar caminando.
—No importa, perdón que te moleste tan temprano pero te juro que me salvas la vida. —le dije agarrando todas las bolsas que trajo con lo que le pedí. —Hacé silencio que todavía duerme.
—Sí todos deberíamos dormir a esta hora. —murmuró y yo hice una mueca pidiéndole disculpas. —Es mi trabajo.
—Vas a ser recompensado te lo juro, de hecho en cuanto tenga un tiempo libre necesito hablarte de algo. —le dije para recordarme a mí mismo que no podía irme sin hacerle la propuesta de trabajar conmigo allá también.
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El partido más Difícil.
Teen FictionHISTORIA EDITADA BAJO OTRO NOMBRE. Para Alec volver a sus raíces siendo un famoso y reconocido futbolista, siempre es un buen motivo para poner los pies sobre la tierra, aunque volver también requiera de encontrarse con su remarcada verdad, ser hij...