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La reunión con mi papá, los dirigentes del club y representantes, fue una estupidez más grande que la cuenta de él en el banco.

El señor exigía cosas que no tenía nada que ver con el club y mucho menos con mi nombre, pero pudo ganar usar mi persona para involucrar su campaña dada que se aproximaba y según su gente, el ídolo futbolístico iba a hacer que mis seguidores, se concienticen en votar a mi papá porque simplemente yo era su hijo.

Si bien no me gustaba nada esa propaganda sucia, tenía que aceptarlo ya que según él había sido un hada madrina para mi barrio, cuando sabía perfectamente que las calles todavía seguía rotas y de tierra porque continuaba sin destinar fondos para que los obreros empezaban a trabajar.

Después de la estresante reunión número ochenta que tenía por mínima cosa en el club, me enviaron directamente a hacer la rehabilitación de mi tobillo y como si fuera poco, a empezar con la de mi pierna quebrada anteriormente, para ellos había sido tan irresponsable mi actitud que cada vez veía más lejos volver en una semana a Argentina.

El teléfono vibró en mi pantalón mientras esperaba que Pablo hablara con un administrativo de la clínica y lo atendí, sabía que tenía tiempo. Era un mensaje de Uma y al abrirlo me encontré con una foto que envió de ella con Copito, lo que me hizo sonreír como un estúpido.

—Alec ya podemos irnos. —dijo Pablo y me levanté mientras escribía una respuesta, con muchos emojis de corazones y enamorados, porque así me sentía y no creí que un emoji pudiera describirme tanto. — ¿Cuándo llega tu asistente?

—Hoy a la tarde.

—Bien, enseguida llegue por favor concretemos la reunión.

— ¿Otra más?

—Somos un equipo Alec y si se suma uno, todos tenemos que estar de acuerdo con lo que hacemos, y no tendría que estar si no fuese porque necesitamos hablar el tema del aumento, con lo loco que nos están volviendo es lo justo. —dijo y yo rodé los ojos, la plata para ellos lo era todo, le brillaban los ojos casi como a mí me brillaban por Uma.

Estoy con Kas, le haría bien si podes llamarlo cuando puedas

Enseguida ella me dio la señal, marqué su número mientras nos acercábamos al estacionamiento.

—Hola.

—Hola amor ¿podés hablar?

—Sí, estoy yendo a mi casa. —le dije y escuché que me llamaron, así que me di la vuelta para ver un grupito de chicos ansiosos por llamarme la atención. —Uh.

— ¿Qué pasa?

—Va a tener que ser cuando llegue, tengo gente esperándome.

—Bueno no te preocupes, cuando puedas hablamos que te quiero contar de la enfermera, Manu fue muy rápido con ese tema. —me dijo y me maldije por tener que cortarle, aunque no pude evitar inquirir saber.

— ¿Es bueno o malo? —le pregunté esperando que ellos llegaran a mí ya que si o si tenía que quedarme a esperar que sacaran el auto.

—Supongo que bueno, pero estoy indecisa, envió tres y parece que tengo que entrevistarlas.

—Podés usar las tres para diferentes horarios, no te hagas problema con eso.

—Mmm... no lo sé. —musitó dudosa y me sentí terrible por tener que apresurarme a cortarle, ya que no quería que habláramos de ese tema que para ella era importante, tan al pasar.

—Amor te tengo que cortar ahora, hablamos enseguida llegue.

—Ok, nos hablamos. —dijo y tuve que cortar porque una de las chicas se acercó a abrazarme bastante efusiva.

El partido más Difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora