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Lo que se suponía que debía ser una hora de relajación para mis músculos tensos, fue pura frustración al no poder dejar de escuchar a Pablo del otro lado del teléfono reprendiéndome, según el kinesiólogo estresarme cuando tenía que cooperar a la rehabilitación no era conveniente, pero eso no parecía importarle a mi representante.

Me comunicaron que para el sábado debía volver a presenciar un partido así la prensa me veía concentrado en mi vuelta, y aunque tenía ganas de empezar jugar, tener que irme y estar lejos de Uma me desanimaba por completo. Sin embargo, el tiempo con ella quería disfrutarlo lo mejor posible y como prometió corresponder a ello, en cuanto salí de rehabilitación fui a verla así plantearle la idea que Manu me ayudó a preparar.

—Tengo que volver a España el sábado. —le comenté y me miró con la misma decepción que yo tenía, pero quería pasar rápido por las consecuencias de aquella declaración, así que intenté llevar mi idea a cabo. —y como dijiste que podías estar conmigo estos días, quería proponerte algo

—Sólo te queda un día y medio.

—Si me concedes la exclusividad desde ahora, sí. —hice puchero juntando mis manos y su expresión relajada decayó por una más triste, me acerqué hacia ella y la hice dejar lo que revolvía en la cocina. —sé que suena muy demandante y que es el peor momento para pedirte que sólo me des atención a mí, pero no sería así si no fuese que no quiero simplemente llevarte a mi departamento o estar acá en tu casa.

— ¿A qué te referís?

—Quiero llevarte a un lugar, no estamos tan lejos pero podríamos volver el viernes por la mañana, así directamente voy al aeropuerto.

— ¿Sería un día fuera de casa? —preguntó frunciendo el ceño y yo asentí, dejó de lado lo que estaba haciendo y lo analizó, rogué para que dijera que sí. — ¿y cuándo nos iríamos?

—Hoy a la noche.

—Ah.

— ¿Por favor? —rogué poniendo mi mejor cara de soborno y ella me sonrió cómplice, comprándome porque asintió. Yo respiré aliviado.

—Está bien, voy a hablar con mi tía, Manu consiguió la reunión con el abogado para mañana, pero puede ir ella sola.

—Podemos retrasar la reunión, si se lo pido personalmente no va a tener problemas.

—Pero el viernes a la tarde tenemos cita con la asistente social, ¿crees que puede atendernos por la mañana o eso es demasiado pedir? —preguntó con notable timidez y negué de inmediato, ya que odiaba que se sintiera así cuando se trataba de un favor.

—Nada es demasiado pedir, voy a arreglarlo, no te preocupes.

—Eso es difícil cuando todo parece tentarse a caernos encima.

—Lo sé, pero no te estreses que todo va a salir bien, la tenencia de los nenes nadie se las puede sacar. —le aseguré acariciando su mejilla, ella asintió a pesar que no estaba tan convencida y me sentía un poco exigente por querer cambiar sus planes, pero la vuelta estaba cerca y no quería desperdiciar más tiempo sin estar a su lado.

—De verdad espero que no. —suspiró y negando para quitarse esa idea de la cabeza, me sonrió acercándose para darme un suave beso en los labios. —me encanta que podamos pasar tiempo juntos, va a ser bueno.

—Sí que lo va a ser. —prometí volviendo a responder su beso que me quedó corto para lo mucho que me gustaba probar sus labios.

Después que Uma les preparó la cena a los nenes, los bañó e hizo dormir a Odalis y Zarek, le dejó a Kasia y Harumi a cargo de su tía que al menos ésta última ya estaba pronto a dormirse. Rita y Copito nos acompañaron a la puerta y fueron quienes nos despidieron hasta que entramos al auto de Steff, que esperaba junto a los chicos de seguridad que nos fuéramos a donde ya tenían organizada mi idea, por lo que nos dirigimos directamente hacia el destino.

El partido más Difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora