Si el periodismo de cartón hablaban era porque yo les daba motivos, eso era obvio, hiciera bien o mal las cosas siempre iban a hablar así que por una cuestión de privacidad y porque no tenía que probarle nada a nadie, y mucho menos a los medios de comunicación que dicho sea de paso, no eran los que me alimentaban, no quise que mi encuentro con esos chicos fuera mediatizado.
Éramos ellos, sus papás, y yo, no quería a nadie más en esa habitación y aunque insistí con la privacidad, de alguna manera los medios se enteraron y pese a que no me parecía la forma correcta, fue una mejoría para esa imagen que todos pretenden de mí.
Hablaban de mi buena acción principalmente con el chico que padecía cáncer, y el papá de uno de los nenes, explicó que enseguida yo me subí al auto envié a mi gente para invitarlos a esa charla privada, por lo que sabían que no lo hice porque ellos me hicieron sentir mal, y mucho menos por una imagen que poco me importaba.
A la gente de mí le debía gustar cómo jugaba, dentro de la cancha y nada más ya que a pesar de ser hijo de Klein, el tema político no era lo mío, al menos por ahora, todavía tenía que convencer a casi todo un barrio por votar a mi papá o hablar de él en algún momento dando a entender mi apoyo hacia su candidatura, lo que no era así pero esos eran los arreglos.
Mis días estaban siendo estresantes, básicamente mi alma estaba rota, no significaba que me daba por vencido a ella, pero ¿cómo poder recuperarla si no tenía ni tiempo de ir a verla?
No estaba en condiciones de exigir, pero tampoco me gustaba que pasara mucho tiempo ya que iba a tomarlo como si no me importara, aunque una vez más estaba subestimando sus pensamientos y no era mi intención, por lo que intenté hacer todo a la perfección los siguientes días así podía viajar lo más pronto posible.
No podía pensar en que ella estaba mal porque eso me hacía peor, entender que la lastimé faltando a mi palabra de todas las personas que me advirtieron lo frágil que era, me destruía y esa imagen sí me importaba, porque nunca quise lastimarla.
Steff me comentó que así todo ella estaba bien y no demostraba lo contrario, no habló del tema con nadie y cuando escuchó a las chicas preguntarles por mí no les dijo nada, también me contó que Kasia retomó sus clases de fútbol y hablaba de mí a más no poder, sería muy aprovechador si entraba por el lado de Kas, ni siquiera podía imaginarlo así que ideé otro plan.
—Sé que el partido se acerca y tengo que volver a presenciarlo...
—No sé, por cómo te comportaste el pasado ya ni me da ganas de hacer que estés. —me dijo Luis. Yo lo seguí aún así mientras caminaba hacia las oficinas.
—No estoy pasando por un buen momento personal, intento ponerle lo mejor de mí pero se me va de las manos.
—Alec puedo comprender eso, pero realmente no era necesario hacer hablar a todos los medios de tu cara de pocos amigos cuando tus compañeros festejaban el triunfo de tu propio club. —me reprendió por mi actitud poco emotiva cuando ganamos el partido pasado.
—Es mi club, estoy contento del triunfo pero no me sentía bien ese día.
—Podrías habérmelo dicho antes, en ningún momento te obligué a presenciarlo. —dijo y yo fruncí un poco el ceño ya que Pablo me dijo otra cosa, pero no venía al caso.
— ¿Es necesario que presencie el siguiente partido? Puedo salir a aclarar lo que pasó, la gente va a entender, es mi club obviamente me pone feliz.
—Háblalo con gente de presa, pero sería lo mejor. —me palmeó el hombro y se paró frente a su oficina mirándome un momento. —Me alegra que estés mejorando, pero si necesitas el tiempo para resolver tus problemas sabes que puedes aprovecharlo mientras sigas en recuperación, habla con los directivos y pídeles que te dejen al menos una semana, eso sí, sin dejar de rehabilitarte.
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El partido más Difícil.
Teen FictionHISTORIA EDITADA BAJO OTRO NOMBRE. Para Alec volver a sus raíces siendo un famoso y reconocido futbolista, siempre es un buen motivo para poner los pies sobre la tierra, aunque volver también requiera de encontrarse con su remarcada verdad, ser hij...