Los chicos estaban terminando su entrenamiento y como todos prestaban atención a su último ejercicio, Uma me llevó al sector de las gradas donde me apoyé y fue ella quién tomó la iniciativa de besarme, sonreí subiendo mis manos a sus mejillas y siguiéndole el beso en la oscuridad que nos daba la altura de la pared.
Sus labios eran tan suaves que me causaban escalofríos recorrerlos, su gusto era único y me encantaba probarlo a cada centímetro que recorría con mi boca, no sabía lo que teníamos y lo que iba a pasar entre nosotros, pero sus besos tenían que ser parte del proceso que nos llevara a ser algo, ya que no sería capaz de aguantar hasta una próxima vez que ella quisiera besarme.
Escuchamos una risita y por inercia de inmediato nos alejamos, mi corazón palpitaba fuerte por la adrenalina, pero verlo a Kasia con la manos sobre la boca me puso más nervioso de lo que pensé que iba a ser.
— ¿Son novios?
— ¿Ya terminaste? —le preguntó Uma y él asintió. —entonces nos vamos, chau Alec.
—Chau. —le dije y saludé a Kasia que no dejaba de sonreír hacia mí mientras era llevado por su hermana del brazo. Respiré hondo y me revolví el pelo viendo acercarse a los demás chicos, todos me chocaron la mano y sentí un poco de inquietud cuando el asistente me sonrió negando.
—Perdón. —le dije y él hizo una mueca como si no fuese nada, pero lo había dejado solo y sospechaba por su sonrisa que era porque me vio con Uma.
— ¡Alec! —escuché y Gaby saltó sobre mi espalda. — ¿nos quedamos esta noche?
—Uh amigo perdón, pero no puedo. —le dije y lo bajé para mirarlo. —tengo una cena con mi representante.
—Oh no, ¿eso significa que te vas a España?
—No, significa que me va a decir cuándo tengo que irme, pero voy a intentar hacer mis prácticas de rehabilitación acá porque no puedo jugar la temporada y sería estúpido que vaya a sentarme a un banco.
—Bueno genial, te quería contar que van a venir a dar un acto acá y decir algunas estupideces, creo que van a arreglar las calles y dar planes de vivienda.
— ¿En serio? —pregunté sorprendido por la aceptación tácita que mi papá estaba haciendo al fin de cuentas, después que me tomé el atrevimiento de incidir en su imagen dentro del barrio.
—Sí, llamaron a Gus preguntando por nuestros nombres para saber si éramos tus amigos y nos dijeron que íbamos a ser los primeros en recibir la ayuda de vivienda, así que gracias.
— ¿Gracias por qué? Me alegro mucho Gaby, era hora de que hicieran algo para ustedes.
—Gracias por permitirnos seguir siendo tus amigos en realidad, y queríamos festejarlo esta noche pero sino podés, vamos a festejar igual. —se rió palmeando mi hombro y yo sonreí.
—Siempre van a ser mis amigos, y yo debería agradecerles por seguir siéndolo a pesar de todo.
—A nosotros nos conviene, mirá tenemos casa nueva. —se burló y me reí recibiendo su abrazo. —si podés vení, recién la crucé a Uma y dijo que viene.
—Entonces vengo.
—Hijo de puta. —me pegó una cachetada y yo me reí empujándolo para entrar al club a pedirle a Stefff que me llevara en busca de mi representante, así asegurarme que estaba todo bien con su estadía.
Miré por quinta vez el teléfono y había pasado una hora y veinte minutos, lo único que escuchaba eran todas estrategias de prensa lo que me tenía bastante cansado porque nunca me gustó tanto la exposición, pero ser un Klein dentro del Barça tampoco era benefactor.
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El partido más Difícil.
Novela JuvenilHISTORIA EDITADA BAJO OTRO NOMBRE. Para Alec volver a sus raíces siendo un famoso y reconocido futbolista, siempre es un buen motivo para poner los pies sobre la tierra, aunque volver también requiera de encontrarse con su remarcada verdad, ser hij...