34.

75.5K 4.4K 343
                                    

Sentí pequeñas gotitas caerme en la cara y empecé a tomar un poco de consciencia, fruncí el ceño pero escuchar una risita me hizo dar cuenta de una linda y hermosa realidad. Abrí los ojos despacio y Uma esperaba expectante mientras dejaba caer gotas de agua que tiraba de sus dedos, al mojarlos adentro de un vaso.

—No sabía que eras tan dormilón, no demostraste eso el otro día eh.

—Buen día. —sonreí moviéndome un poco y cerrando los ojos de nuevo. Hacía calor a pesar de estar sin remera, pero el sol pegaba fuerte en la ventana. — ¿Por qué hace tanto calor?

—Quizá porque es verano y tu aire acondicionado no me hace caso.

— ¿Intentaste encenderlo?

—Hace dos horas que digo: aire, y no funciona. —dijo y yo me reí sentándome en el colchón. No había visto con detenimiento la habitación, era grande y tenía una linda decoración que por supuesto yo aprobé, pero lo más lindo de todo es que en la enorme cama estaba sentada ella, con una hermosa sonrisa.

— ¿Por qué razón te despertas tan linda?

—Porque dormí con Alec Klein y dejame decirte que su cama es muy cómoda, sus brazos también.

—Ah qué buena razón. —sonreí acercándome a darle un casto beso, su gusto era fresco y enseguida me di cuenta que se había lavado los dientes. —Qué limpia.

—Tenía que hacerlo.

—Entonces voy a hacerlo yo antes de besarte como te quiero besar. —le dije y me apresuré a bajarme de la cama rápido para correr al baño, ella se rió y yo me encerré así lavarme los dientes con un cepillo que no era el mío y tampoco el que Uma había usado porque estaba todavía sin abrir, al lado del que sí usó.

Aire, 24. —dije en voz alta cuando salí y el pip se hizo escuchar, me miró indignada y yo me reí para volver a subirme a la cama y directamente ir hasta ella, cerniéndome encima de su cuerpo mientras se acostaba y la besaba como quería.

Era cierto que no podía apartarme de su boca, anoche había sido un poco difícil y mucho más en la situación que estábamos, en la cama y con todas las ganas de seguir pero por un bien de salud mental decidimos que iba a ser mejor dormir, lo cual no me costó tanto cuando la tuve entre mis brazos relajada y dormida, como un angelito.

—Fue un poco vergonzoso verlo a Steff tan temprano.

— ¿Vino?

—Sí y trajo cosas para desayunar, yo le abrí.

—Ah, qué bueno. —dije y abrí la heladera para encontrarme con mercadería que antes no había. —Bueno ¿qué querés desayunar?

—Lo que sea.

Saqué varias cosas que había traído Steff y los dos elegimos chocolatada, hacía calor para hacer un desayuno elaborado.

—Ya me tendría que estar yendo Alec.

— ¿Ya?

—Sí, no puedo delegarle a mi tía tanto tiempo a mis hermanos, aparte no quiero soportar a mi mamá después. —rodó los ojos y yo fruncí el ceño sin entender mucho.

—Tu mamá no te puede decir nada, prácticamente estás criando a sus hijos.

—Pero lo hace, y no quiero escucharla así que es mejor que me vaya.

—Me dijeron que había una piscina en la terraza ¿no puedo convencerte con eso? —le pregunté acercando más su silla a la mía, ella se agarró del borde de la barra para no caerse.

El partido más Difícil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora