Enseguida él se acercó a nosotros vi por el rabillo del ojo como Steff y los guardaespaldas se aproximaron también, asimismo Uma se puso enfrente de mí y fruncí el ceño, podía dar un aspecto de chico malo por todos los tatuajes que tenía y el cigarrillo en la mano ayudando al estereotipo, pero eso no significaba que me quería matar, o eso suponía.
— ¿Qué pasa Dani? —le preguntó Uma y me tranquilizó el hecho que lo conocía, no era un ladrón o un asesino, probablemente.
—Sólo quería saludarte por lo de tu mamá, me enteré.
—Ah, bueno gracias.
—De nada. —asintió y después de unos segundos me miró a mí, frunció el ceño como si intentara descifrarme. — ¿Vos sos Alec Klein?
—Sí, ¿vos sos...?
—Daniel, un gusto, voté por tu papá. —dijo y se acercó para darme la mano, yo la acepté aunque Steff me apretó el brazo como si intentara retenerme. —jugas bien eh, miro los partidos.
—Gracias.
—Dijeron que andabas por acá, y ahora entiendo muchas cosas. —levantó ambas cejas mirando a Uma y no entendí la reacción de ninguno.
—No tiene nada que ver.
— ¿Ah no?
— ¿Qué no tiene que ver? —pregunté y vi cómo uno de los guardaespaldas se acercaba por detrás del chico, para quedarse a vigilarlo e intimidarlo, algo que él mismo notó.
—Nada.
—Bueno se rumoreaba que Uma andaba con vos, quizá sea por eso que me dejó a mí.
—Sí claro, vos no te haces cargo de las cosas y ahora querés hacerme responsable a mí. —se rió secamente Uma, entendía que era su ex novio y lo único que me pasó por la mente fueron las palabras de Karen hacía un rato, cuando me contó que su ex la quiso obligar a tener sexo. —nos estás haciendo perder el tiempo Dani, gracias por tu pésame, podés irte.
—Sí claro, me voy. —dijo dándole una calada al cigarrillo para después tirarlo. —no quiero retener a su majestad, a ver si me saca el salario.
—Nadie te va a sacar nada amigo, tranquilo.
—Cierto que vos sos el responsable, gracias. —se rió y se dio la vuelta para encontrarse con mi guardaespaldas. —claro, el FBI.
Los miré a los chicos negando que intervinieran, de por sí su aspecto de tipos rudos era suficiente para asustarlo, y aunque no parecía que él les tenía miedo, lo dejaron irse, vigilándolo hasta que se alejó en la oscuridad.
Steff enseguida se acercó para apresurarme. —Vamos Alec.
—Sí andá Alec, hablamos mañana.
— ¿Podemos hablar un minuto en privado? —pregunté a ambos, y aunque la expresión de Steff evidenciaba su descontento, me dio el espacio para quedarnos solos. —ya sé que no me tiene que importar tu pasado en este caso, pero ¿ese chico te obligó a algo?
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El partido más Difícil.
Teen FictionHISTORIA EDITADA BAJO OTRO NOMBRE. Para Alec volver a sus raíces siendo un famoso y reconocido futbolista, siempre es un buen motivo para poner los pies sobre la tierra, aunque volver también requiera de encontrarse con su remarcada verdad, ser hij...