"Cuando las personas quieren proteger algo importante, es cuando realmente se hacen fuertes"
Allí se encontraba aquel peliblanco, sentado en el suelo y mirando esa celda vacía con detenimiento. Escuchó como a lo lejos se acercaban unos pasos metálicos y se levantó. Se apegó a los barrotes y sonrió mientras miraba como un Samurai se acercaba. Dio una risita cuando pasó frente a él, y una vez que siguió su camino, el Hozūki comenzó a convertir su cuerpo en agua, traspasando las rejas y después dejándose caer. El Samurai dio la vuelta, inseguro por haber escuchado un sonido detrás de el. Suigetsu se escurrió sigilosamente hasta quedar en su espalda.
El pelinaranja que descansaba tranquilo en su celda simplemente escuchó el sonido de una armadura cayendo al suelo, y después vio como unos ojos morados se acercaban a donde estaba el —Al parecer la vigilancia está bastante floja. Ahora pude escapar— dijo eso con una sonrisa, mientras abría las rejas de su compañero.
—Busquemos a Touya— inquirió Juugo saliendo, con un animalito blanco aferrado en su espalda.
—Mmm— murmuró el ojimorado. Seguido, se acercó al mini bijuu en la espalda de su compañero —¿Y Touya?
—Está bien, se encuentra con Sasori y Karin— le susurró en respuesta.
—Okay. Juugo, si quieres adelántate. Iré a buscar mi espada.
El ojirojo pareció pensárselo un poco –Fueron ellos que te quitaron la katana, ¿no? Entonces comencemos por buscar en armería. Vamos.
—Oh, me vas a ayudar. En verdad eres bueno, a diferencia de Karin...— Suigetsu cerró los ojos feliz y dijo eso con una sonrisa, mientras seguía al alto. Después de llegar al lugar, Juugo se esparció.
—Debe de estar por aquí...
El Hozūki asintió y comenzó a buscar entre las innumerables espadas que había allí, incluso tomó una pequeña y larga que le pareció interesante. Después de un rato, el pelinaranja se acerco a él –Al parecer tampoco está aquí— dijo Suigetsu, adelantándose a lo que diría el mayor y clavando la espada en el suelo.
—Dijiste que querías reunir las Espadas Perdidas de la Niebla, ¿por qué estás tan empeñado en eso?— preguntó curioso.
—¿Qué? ¿Dijiste que me ayudarías y ya te dio pereza?
—No— negó Juugo —, al que siempre le da pereza es a ti. Sin embargo, cuando se trata de las katanas shinobi te esmeras.
Suigetsu chasqueó la lengua —Es que en esto debo poner empeño, ya que mi sueño es restaurar las 7 espadas ninja de la niebla y convertirme en el líder.
—¿Restaurar?
—Sí, ahora en la aldea de la niebla el único de los 7 que está vivo es un niño llamado Chojuro. Las katanas se daban de generación en generación, pero ahora sólo queda una llamada Hiramekarei. Las otras están perdidas; Samehada está en manos de Kisame, un ninja fugitivo. Y obtuve el Kubikiriboucho pero la perdí... Por ahora es una organización que no existe, por ahora.
—De hecho, Suigetsu-chan— dijo Natural, llamando la atención de los dos —Kisame-san ahora se encuentra en Akatsuki con ustedes.
—¿Qué? ¿Es verdad? Esa Touya— Suigetsu rió —Esto dará algunos problemas, yo lo sé. Por lo mientras, busquemos en otro lugar.
—Está bien— asintió Juugo. Ambos salieron del lugar y el mayor cerró la puerta, para después seguir al menor.
—En la historia, entre los usuarios de las espadas ninja— siguió con la historia el Hozūki —, a parte de Kisame, Zabuza y Chojuro, habían otros usuarios impresionantes... Primero mencionaré a la katana con un corte eléctrico excepcional, el usuario de la katana eléctrica "Kiba", Ameyuri Ringo; el usuario de la katana sin filo que quiebra cualquier defensa, "Kabutowari", con Jijin Akebino; punza todo y lo cose, el usuario de la katana larga "Nuibari", Shimaeu Kuriarare; introduce el poder explosivo de una bomba en su corte, el usuario de la katana explosiva "Shibuki", Jinpachi Munashi; y también, había otro usuario de la "Samehada" al igual que Kisame Hoshigaki, Fuguki Suikazan. Por supuesto, había alguien que podía manipular las 7 katanas, considerado como la reencarnación del demonio. Mi hermano mayor, Mangentsu Hozūki. Pero sobre todo— quizo agregar, para no verse tan pobre allí como un sabelotodo sin lugar dentro de los 7 espadachines —, yo soy el capitán de la nueva generación de las 7 espadas ninja. Y además-
—Muy bien, suficiente— interrumpió Juugo —. Has hablado de más en voz alta.
—¡Oye! ¡Arruinas mi final con broche de oro!— alegó Suigetsu.
—La katana que tenías se rompió, ¿verdad? ¿No sería mejor que hicieras otra?
—Hablas sin saber nada— el peliblanco frunció ligeramente el ceño —. Esa katana tiene una habilidad; su filo no se rompe. O mejor dicho, su filo se restaura al cortar a las personas y absorber su sangre. Se restaura mediante el hierro de la sangre, ¡es genial!
—Ya veo de donde viene tu afición a cortar cosas...— masculló divertido Natural.
Suigetsu le miró unos segundos y después rió.
(...)
—Suigetsu y Juugo están fuera— comentó Natural en la mente de Touya.
—¿Ya? Por fin...— decía la chica, mientras veía el agua debajo de sus pies con una sonrisa.
—¿Mm? ¿Qué tiene de divertida el agua?
—Nada. Solo... ¿Recuerdas cuando llegué aquí por primera vez?— le miró con la sonrisa todavía en su rostro.
—¿Ah? Sí. Eras una mocosa sin ninguna idea— el Bijuu sonrió de igual manera, moviendo sus 11 colas animosamente —Te has vuelto muy fuerte, y vaya que no tenías mucha iniciativa al principio...
—¿Qué dices?— le miró de reojo con un puchero —Por algo me elegiste, ¿o no?— levantó un pulgar.
—Tenías la opción de cambiar el destino y hacer de todo paz, y a pesar de todo eso elegiste cambiar de lugar con el emo ese. Eres considerada una criminal y una traidora, aceptaste desgracia en lugar de honor y odio en lugar de amor. Y a pesar de todo eso, no te das por vencida y sigues tu plan...
—La gente odia y teme a lo que no comprende— respondió Touya, mirando al bijuu —Y sí, me he vuelto fuerte. Pero no importa que tan poderosa llegue a ser, no intentaría cargar con todo yo sola. Por eso he hecho un grupo— sonrió.
—Y pensar que tienes solamente 15, mocosa...
(...)
—¿¡Que incomodidad es esta!?— se quejó aquel rubio que viajaba dentro de una marioneta. Gracias a que el grupo de personas iba saltando de rama en rama rápidamente, Deidara simplemente sentía todo el movimiento y los golpes —¡No tiene nada de artístico, hum!
—¡Silencio!— exclamó Kankuro, cansado de los quejidos del artista —¡Te puedo bajar ese aire de grandeza si así lo deseas!
—¡El sado-masoquismo no es mi fuerte! ¡Te enseñaré lo que es arte de verdad! ¡Así que sácame de aquí, hum!— se siguió retorciendo dentro de la madera.
—Que problema...— suspiró el castaño. De la nada, todos s detuvieron en tierra firma –Chiyo-baasama... Y además...
—Kankuro, bien hecho. Pudiste calmar a Sasori— la voz de viejita resonó en el lugar.
—¿Hum? ¿Esa voz?— Deidara reconoció que era un Edo Tensei, y sonrió para sus adentros, sabiendo que quizás podría usar eso a su favor —¡Oye, si has venido como refuerzos sácame de aquí rápido! ¡Estoy a punto de explotar por la falta de aire, hum!
—No es así. Por que no puedes explotar mientras estás ahí, mocoso del Bakuton— respondió un hombre alto, Hanzō.
El rubio maldijo mentalmente, puesto a que no tenía planeado quedar atrapado, ya que si moría, moriría realmente —¡Ese no es el punto, hum!
—Ustedes los Akatsuki y las 5 potencias son mis enemigos. No pretendo salvarlos, pero lo que menos perdono es esta técnica. Ya que mi cuerpo se mueve por sí solo...
—Escuchen— susurró Kankuro —, vamos a retroceder cuando yo dé la señal.
—Entendido.
*capitulo pésimo :"v no hay mucho que escribir por la guerra y además en mi casa me traen de esclava :"v
Disculpen ❤️
ESTÁS LEYENDO
En su mundo; t ©
AbenteuerUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...