T2/Capítulo 36 - El tamaño de la luna

2.5K 309 56
                                    


PD: ¡Así es! ¡Ya estamos en el 14º opening tan rápido! ¡Este es mi favorito!


—¡Haaa!— aquella chica estiró sus brazos hacia arriba y después hacia los lados, manteniendo una sonrisa impregnada en su cara —¡Después de tanto tiempo'ttebane!— abrió por fin sus orbes azules, y guardó la katana, que estaba sobre el suelo, en su obi.

—Oye... ¿Era necesario destruirlo?— decía Zetsu, mirando hacia abajo como de la antigua base, todavía salían pequeños escombros y el humo seguía en pie.

—Era para desahogarse— contestó la pelirroja, haciendo un ademán con su mano —Estresaba estar allí metidos— sonrió de igual manera, estirándose levemente.

—Bueno...— comenzó Sasori, una vez que todos parecían más relajados —¿A dónde vamos?

(...)

—¿Estarán bien Touya y Karin?

—No sirve de nada que te preocupes por ellas...

–¿Por qué?— cuestionó el pelinaranja, mirando de reojo a su compañero. Suigetsu caminaba con una sonrisa en su rostro, y una expresión bastante tranquila y serena.

—Si siguen con vida y están juntas, ¿crees que si las encontramos tendremos una reunión emotiva?

—Bueno...— el alto lo pensó un poco. La reacción de Karin no sería muy linda, si se lo imaginaba. La Uzumaki podría llegar a insultarles, sacando todo su enojo, o incluso golpearles. Era de un temperamento fuerte y explosivo, en muchos casos. Pero por otro lado, Touya era una chica de temperamento más débil, o suave. Quizás les sonreiría al verlos, los revisaría para ver si están heridos o algo por el estilo. Pero imaginándose el alboroto de la de lentes, dudó un poco —Pero entonces, ¿qué hacemos? ¿Continuamos reuniendo las espadas?

—Nope— negó el Hozūki, recalcando el "pe" de su respuesta. Juugo le miró con una ceja alzada.

—Así que seguiremos buscándolas, ¿no?

—Mmm— el peliblanco hizo una mueca de lado, y miró al cielo nublado. Pensó en una buena idea —¡Primero echaremos un vistazo a la base secreta de Orochimaru!

(...)

—A buscar a Suigetsu y a Juugo— respondió simple Touya, mirando a aquel ojicafé, que a pesar de ser de una altura baja, ella era todavía más.

—¿Eeh?— se quejó Karin, frunciendo su entrecejo —Había tanta calma....

—Pero te-— antes de terminar su frase, Touya se quedó estática. Hubo un silencio momentáneo, mientras los demás esperaban que dijera algo. La peliblanca miró hacia un punto indefinido a lo lejos, entrelazó sus dos manos y las colocó sobre su pecho. Sus compañeros miraron hacia donde ella veía, y una pequeña brisa les movió el cabello, para después ver una pequeña, casi innotable, explosión —El chakra de los bijuu— escucharon que murmuró —... Naruto...

—Oh, ya veo— masculló Sasori, acercándose a la menor y posando su mano sobre el hombro de la menor, brindándole apoyo —Calma, todo estará bien— le dedicó una pequeña sonrisa, de esas que casi jamás daba, y después volvió a su seria expresión —Mientras tanto, vayamos a donde sea tengamos que ir. Y apresurémonos, que parece que comenzará a llover— la ojiazul miró el cielo, notando unos pequeños destellos blancos y las nubes grisáceas.

Touya miró a Karin, y esta solamente sonrió. Aunque estuviera cansada y sin ganas de hacer algo, debía apoyarla. Zetsu miró ese compañerismo, y entrecerró los ojos, añorando ese cariño —Antes, tengo una duda— se volvió hacia Shiro —¿Tus clones de guerra no nos seguirán? Digo, ya es hora de salir, pero no creo que Tobi esté de acuerdo...

En su mundo; t ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora