T2/Capítulo 26 - Edo Tensei y Kyūbi

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—No tengo mucho tiempo.

—¿Eh?— preguntó Deidara volteándose.

—¿Touya? ¿Pero qué haces aquí?— inquirió Itachi un tanto alarmado.

—¿No te habías ido con Tobi?— cuestionó Sasori.

—Soy un clon'ttebane— les informó, apuntándose a ella misma —. Tengo algo que darles— en la parte trasera de su Obi, sacó un pequeño bolso, y de allí 3 cajitas.

—¿Qué es eso?— masculló el Hidan, haciendo una mueca y acercándose lentamente.

–¿Conocen los lentes de contacto?

—Ah, sí ¿cómo los de Deidara?— comentó el mareniotista.

—¡Hey! ¡Mis ojos son así, hum!— le gritó furioso el susodicho.

—Chicos...— llamó la peliblanca —. Les tengo una nueva misión.

(...)

—Veamos los resultados— dijo impaciente el chico.

Se acercó a las cajas que estaban junto a él, y las abrió lentamente.

—¿Eh?— estaban vacías —. Se supone que debían de aparecer allí... ¿Habré hecho mal el jutsu?— se acercó a los libros que tenía a un lado, sobre una pequeña mesa —O tal vez faltó más ADN.... Iré a investigar— echó una última mirada a las cajas y se retiró de allí.

—Vamos— susurró Itachi, quién tenía la esclera de color negro, al igual que sus compañeros. También vestía una capucha roja con negro, su color de piel era un poco más oscuro gracias a una pintura, y tenía rayas dibujadas en su cara y cuerpo, simulando una especie de cortadas.

—Hum— respondió Deidara, y los cuatro compañeros saltaron de donde se encontraban escondidos.

Hidan, quién venía un poco distraído, se golpeó accidentalmente, causando que la caja estuviera a punto de caer. El marionetista utilizó hilos de chakra para detener la cuadrada —¡Idiota! ¿Quieres que nos descubran?

—¡¿Idiota quién?! ¡Tú...!

—Sh, cállense— les regañó el escultor —. Dejen de hacer estupideces y entren de una vez— dicho eso, cerró la tapa de su caja.

—"Dejen de hacer estupideces y entren de una vez"— imitó con voz graciosa e irritante.

—¿Qué?— escuchó un bufido dentro del cuadrado de madera de Deidara.

—¡Ya, Hidan!— el peligris se indignó, e imitó a sus compañeros. Toda la pelea entre los Akatsuki fue en susurros.  Ya una vez todos adentro, soltaron una pequeña bomba de humo, para disimular más.

El de lentes regresaba a la habitación con una bolsita en manos, cuando se percató del humo —¿Qué? ¿Habrá funcionado?— corrió hacia las de madera, y abrió una lentamente, encontrándose con un pelirrojo que parecía dormido. Sonrió —. Tal vez fue un efecto retardado... Para la primera vez se vale, ¿no Sasori?

⭐️⭐️⭐️

—Ahora comencemos con los saludos. ¿Tobi? No... Ahora te haces llamar Madara.

—Lo hiciste bien para encontrar este lugar— aceptó el azabache.

—Fui de país en país como un espía, y una vez yo también pertenecí a Akatsuki. No subestimes mi trabajo de inteligencia— bufó.

—Eras un espía de tipo sensorial, eres un traidor de Akatsuki— saltó con intención de atacarlo, pero el peliazul imitó la acción e hizo un sello de manos; aparecieron 5 cajas delante de él —. Esto es...

En su mundo; t ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora