T2/Capítulo 5 - Último integrante por ahora

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-¿Tenemos que seguir caminandooo~?- se quejó Suigetsu infantilmente, alargando la "o" en su frase -Estoy totalmente exhausto.

-Hm, dicen que irán a la guardia del norte, pero sólo conseguirán que les maten cuando lleguen allí- dijo Karin.

-No sé mucho sobre eso porque sólo la he visto en un mapa, ¿pero qué tan peligrosa es?

-La guardia del norte no es como las otras, el lugar es un complejo en experimentos humanos. Allí se crearon monstruos intolerables y fueron mantenidos en detención.

-De todas maneras- se sentó en una roca y comenzó a tomar de su agua -¿No podemos tener un descanso?

-¿¡Y cómo llamas a lo que está teniendo ahora!?- preguntó la Uzumaki, ya fastidiada -¡Diablos, eres un vago! Todavía falta bastante para llegar.

-Tenemos destinos diferentes.

-Me fastidian- habló una voz que desconocían.
-Y a mi. Natural, ¿me harías el favor?
Una criaturita blanca bajó del hombro de la mayor -¿Qué otra opción tengo?- su cuerpo se rodeó de chakra blanco y comenzó a aumentar de tamaño -Ustedes dos, súbanse- ordenó.

-¿Qué es eso?- preguntó el Hozūki.

-Es mi bijuu, Natural- respondió Touya.

-¿Eres jinchuriki?- Karin preguntó incrédula -Por eso tenías tal cantidad de chakra, ¡exquisito!- encantados, la pelirroja y el peliblanco se subieron al lomo del bijuu.

La peliblanca suspiró aliviada y comenzaron a caminar.

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Se posaron frente a la guardia -Eh, ¿porqué no caminas?- le preguntó Suigetsu a Natural. El bijuu, simplemente se colocó en forma de amenaza, al igual que su jinchuriki. Del techo, saltó una bestia de color café y cabello naranja largo.

-Realmente eres....

-¿Qué carajos es eso?- preguntó con algo de asco el Hozūki.

-Esta es la segunda etapa del sello maldito- respondió la Uzumaki, ajustándose los lentes.

Touya, en un movimiento muy rápido, con la katana hirió al enemigo, quedando detrás de él. El sello comenzó a deshacerse y el hombre cayó -La guardia del norte está aquí, vayamos a encontrar a Juugo.

Caminaron un poco, hasta que un grupo de personas en el segundo grado del sello les impidieron el paso -Los encargados de aquí han sido asesinados. Todos han escapado de prisión.

-¿Cómo sabremos cuál de todos es Juugo, Touya?

La chica cerró los ojos, para sentir el chakra -No está aquí.

-Entonces puedo despreocuparme con estos tipos, ¿verdad?

-Sólo no les des en puntos vitales- respondió indiferente la peliblanca.

Suigetsu soltó una pequeña risa -Se nota que eres de Konoha. También hubiera estado bien matar al tipo de antes. Eres muy compasiva.

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-Encontré las llaves- avisó Karin a los otros dos. Caminaron entre los pasillos del lugar, Touya mantenía los ojos cerrados siguiendo el chakra, con sus compañeros siguiéndole por detrás.

-Y pensar que el sello maldito hace mutar a la gente así... ¿A ti también te hace lo mismo, Touya?- preguntó Suigetsu.

-Algo así- respondió -Aquí es- se detuvo frente a una puerta de acero, asegurada con varias cadenas. Karin se acercó y comenzó a abrir los varios cerrojos que había.

-Ya está- se colocó de una forma que cuando abriera la puerta, quedara detrás, protegida. Acercó su mano a la manija para abrirla y tiró de ella lentamente. Suigetsu sacó su espada, listo.

-¡Bingo, estás muerta!- escuchó una voz gritar dentro de la sala. La peliblanca se agachó un poco, tomando su katana.

-Suigetsu, protege a Karin- la chica sin rechistar fue detrás del peliblanco. El mayor de todos, golpeó fuertemente la pared, haciendo que se agrietara, y rió malvadamente.

-¡Aún no termino!- su brazo se volvió una especie de cañón. Juugo rió más.

Sintió que una pequeña mano tocaba su espalda tranquilamente -Juugo, para.

-Jutsu de teletransportación- le informó en un susurro Natural a Karin y Suigetsu, subiéndose a los hombros de la pelirroja en su forma miniatura.

-No tengo deseos de luchar, sólo quiero hablar contigo.

-¿Hablar?- se volteó un poco más calmado.

-Te sacaré.... Sacaremos, de este lugar.

-¿Sacarme?- miró a los otros dos presentes, y luego a la peliblanca. Comenzó a reír -¿Eres idiota? Sin él... Sin él jamás podré salir de este lugar.

-A Kimimaro le hubiera alegrado que salieras de aquí, en lugar de quedarte a lamentarte toda tu vida, ¿sabías?- le respondió.

-¿Tu... tú lo conociste?

-El me protegió cuando era una niña, allí murió, pero cumplió su último sueño- asintió en respuesta. El sello poco a poco comenzó a deshacerse -Te ayudaremos a mantener el dominio en ti mismo, y podrás superar las ansias de matar. Ven con nosotros.

-¿Murió protegiéndote?... Entonces... ¿Eres Touya?

-Así es.

Juugo miró durante unos segundos más a la chica.

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En su mundo; t ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora