-¿Tenemos que seguir caminandooo~?- se quejó Suigetsu infantilmente, alargando la "o" en su frase -Estoy totalmente exhausto.-Hm, dicen que irán a la guardia del norte, pero sólo conseguirán que les maten cuando lleguen allí- dijo Karin.
-No sé mucho sobre eso porque sólo la he visto en un mapa, ¿pero qué tan peligrosa es?
-La guardia del norte no es como las otras, el lugar es un complejo en experimentos humanos. Allí se crearon monstruos intolerables y fueron mantenidos en detención.
-De todas maneras- se sentó en una roca y comenzó a tomar de su agua -¿No podemos tener un descanso?
-¿¡Y cómo llamas a lo que está teniendo ahora!?- preguntó la Uzumaki, ya fastidiada -¡Diablos, eres un vago! Todavía falta bastante para llegar.
-Tenemos destinos diferentes.
-Me fastidian- habló una voz que desconocían.
-Y a mi. Natural, ¿me harías el favor?
Una criaturita blanca bajó del hombro de la mayor -¿Qué otra opción tengo?- su cuerpo se rodeó de chakra blanco y comenzó a aumentar de tamaño -Ustedes dos, súbanse- ordenó.-¿Qué es eso?- preguntó el Hozūki.
-Es mi bijuu, Natural- respondió Touya.
-¿Eres jinchuriki?- Karin preguntó incrédula -Por eso tenías tal cantidad de chakra, ¡exquisito!- encantados, la pelirroja y el peliblanco se subieron al lomo del bijuu.
La peliblanca suspiró aliviada y comenzaron a caminar.
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Se posaron frente a la guardia -Eh, ¿porqué no caminas?- le preguntó Suigetsu a Natural. El bijuu, simplemente se colocó en forma de amenaza, al igual que su jinchuriki. Del techo, saltó una bestia de color café y cabello naranja largo.
-Realmente eres....
-¿Qué carajos es eso?- preguntó con algo de asco el Hozūki.
-Esta es la segunda etapa del sello maldito- respondió la Uzumaki, ajustándose los lentes.
Touya, en un movimiento muy rápido, con la katana hirió al enemigo, quedando detrás de él. El sello comenzó a deshacerse y el hombre cayó -La guardia del norte está aquí, vayamos a encontrar a Juugo.
Caminaron un poco, hasta que un grupo de personas en el segundo grado del sello les impidieron el paso -Los encargados de aquí han sido asesinados. Todos han escapado de prisión.
-¿Cómo sabremos cuál de todos es Juugo, Touya?
La chica cerró los ojos, para sentir el chakra -No está aquí.
-Entonces puedo despreocuparme con estos tipos, ¿verdad?
-Sólo no les des en puntos vitales- respondió indiferente la peliblanca.
Suigetsu soltó una pequeña risa -Se nota que eres de Konoha. También hubiera estado bien matar al tipo de antes. Eres muy compasiva.
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-Encontré las llaves- avisó Karin a los otros dos. Caminaron entre los pasillos del lugar, Touya mantenía los ojos cerrados siguiendo el chakra, con sus compañeros siguiéndole por detrás.
-Y pensar que el sello maldito hace mutar a la gente así... ¿A ti también te hace lo mismo, Touya?- preguntó Suigetsu.
-Algo así- respondió -Aquí es- se detuvo frente a una puerta de acero, asegurada con varias cadenas. Karin se acercó y comenzó a abrir los varios cerrojos que había.
-Ya está- se colocó de una forma que cuando abriera la puerta, quedara detrás, protegida. Acercó su mano a la manija para abrirla y tiró de ella lentamente. Suigetsu sacó su espada, listo.
-¡Bingo, estás muerta!- escuchó una voz gritar dentro de la sala. La peliblanca se agachó un poco, tomando su katana.
-Suigetsu, protege a Karin- la chica sin rechistar fue detrás del peliblanco. El mayor de todos, golpeó fuertemente la pared, haciendo que se agrietara, y rió malvadamente.
-¡Aún no termino!- su brazo se volvió una especie de cañón. Juugo rió más.
Sintió que una pequeña mano tocaba su espalda tranquilamente -Juugo, para.
-Jutsu de teletransportación- le informó en un susurro Natural a Karin y Suigetsu, subiéndose a los hombros de la pelirroja en su forma miniatura.
-No tengo deseos de luchar, sólo quiero hablar contigo.
-¿Hablar?- se volteó un poco más calmado.
-Te sacaré.... Sacaremos, de este lugar.
-¿Sacarme?- miró a los otros dos presentes, y luego a la peliblanca. Comenzó a reír -¿Eres idiota? Sin él... Sin él jamás podré salir de este lugar.
-A Kimimaro le hubiera alegrado que salieras de aquí, en lugar de quedarte a lamentarte toda tu vida, ¿sabías?- le respondió.
-¿Tu... tú lo conociste?
-El me protegió cuando era una niña, allí murió, pero cumplió su último sueño- asintió en respuesta. El sello poco a poco comenzó a deshacerse -Te ayudaremos a mantener el dominio en ti mismo, y podrás superar las ansias de matar. Ven con nosotros.
-¿Murió protegiéndote?... Entonces... ¿Eres Touya?
-Así es.
Juugo miró durante unos segundos más a la chica.
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En su mundo; t ©
AventureUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...