T2/Capítulo 57 - El Valle del Fin

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*Versión resubida después del problema en Wattpad

—¡Touya, este no es momento para estar pensando en eso! ¡Lo más---!

Comenzó a gritar Sakura. Más Naruto hizo una seña con la mano para que se detuviera.

El rubio se encontraba anonadado. Sus ojos fácilmente se podrían comparar con platos, y como Bart Simpson dijo una vez: "Podría pausar la escena, justo en el segundo en el que su corazón se rompe"

Ahora que todo el estrés y nerviosismo de la pelea contra Kaguya había pasado, ahora que se había despedido de su papá y todo estaba al menos más tranquilo, podía verlo. Él sabía que había algo diferente en los ojos zafiros de Touya, un chispazo diferente, una forma diferente, algo. Los notaba distintos.

Pero eso lo había notado hasta ahora, los ojos de Touya habían cambiado hace mucho tiempo.
Ya no era la niña feliz que se divertía dando vueltas por la aldea de Konoha, y que en sus ojos podías ver un brillo que no encontrabas en cualquiera. El brillo de la felicidad.

Desde que comenzaron los cambios en la vida del equipo 7, Touya se forzó a cambiar de perspectiva. A tener una meta de ayudar a sus compañeros, y que todos fueran más felices. Si todo iba como lo planeado, su plan terminaría ese mismo día.

Y ahora Naruto, que como por arte de magia pudo leer los ojos de Touya, entendía ese plan. Los pensamientos que seguramente Touya tuvo durante toda su vida, le estaban cayendo a una velocidad incontrolable a la mente del Uzumaki.

Y eso era lo que le horrorizaba.

Entendía que todo lo que había hecho. Todos los ataques, todas las veces que se había visto como la persona más cruel y fría del universo. Cuando de una manera inesperada, aparecía para salvar a alguien de Konoha y ellos no entendían por qué.

Entendía su plan. El inicio, el medio, y el final. El inicio le dio malos recuerdos, pero junto al medio le ayudó a entender el por qué de las acciones de la azabache. Lo que le hacía temblar y sudar, lo que le había dejado tan desconcertado y con una leve punzada en el estómago, era el final del plan.

El concepto que tenía Touya de si misma era espantoso. Ella sabía que era fuerte, hábil y rápida, pero incluso eso parecía verlo en su propia contra. La gente le temía más por aquellas habilidades, era una renegada poderosa y por eso había que exterminarla rápido. Eso se podía leer en sus ojos. Ahora que había casi completado su plan, estaba en la parte final. Planeaba hacer una segunda batalla, una secuela de esa pequeña batalla que tuvieron hace años en el Valle del Fin, donde ella había salido victoriosa. Planeaba pelear con Naruto, y perder. Planeaba que el Uzumaki se viera como todo un héroe después para todo el mundo, y hubiera sido el chico que derrotó a Kaguya, a Madara y a la renegada de Touya.

Planeaba morir en esa pelea.

Naruto hizo una desagradable mueca y entrecerró un poco los ojos. Guardó la imagen que tenía ante él: la chica azabache que dejaba caer suavemente su cabello por los hombros, que tenia su típico mechón tomado hacia un lado detrás de su oreja. La chica que aunque después de tanta batalla, se seguía viendo llena de energía, y sus ojos zafiro brillaban ante el alba más que nunca.

Y esos ojos, sin explicación, fueron la inspiración para un gran plan en la mente de Naruto. Cambió su expresión desconcertada a una pequeña sonrisa —Está bien. Peleemos.

Touya sonrió ante la aceptación de su propuesta.

—Vamos... ¿sabes a donde debes de ir, o no?

En su mundo; t ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora