-¿Puedo preguntarte algo?- dijo Suigetsu, mientras los dos caminaban sobre el agua. La peliblanca asintió -¿por qué estás reuniendo compañeros?-Tengo una meta y tengo una mayor probabilidad de conseguirla con un equipo. Desde que me acerqué a Orochimaru, este momento es en todo lo que he pensado. Llevo más de tres años planeando esto- respondió Touya.
-¿Oh? ¿Pero por qué elegirías a Karin? Al contrario de mi, ella es seguidora de Orochimaru, sin mencionar su personalidad. Ella es la encargada de la guardia del sur, donde Orochimaru mantenía encerrados a sus sujetos de prueba. Y después de afirmar de que está bajo sus órdenes, ella jugueteó con mi cuerpo en varias ocasiones.
-Sí, pero ella tiene una habilidad especial que me va a ser útil.
-Bueno, estoy de acuerdo contigo en eso- llegaron a tierra firme, donde se encontraba la base -Casi no hay seguridad aquí.
-Ella no necesita eso, tiene todo bajo control, si lo notas.
-Aún así, es muy silencioso. Pensarías que los rumores de la muerte de Orochimaru ya llegaron hasta acá- una vez estuvieron frente a la gran puerta, pararon. Touya miró a Suigetsu, y luego a su espada-¿Eh? Tú también tienes una- apuntó a su katana. La menor frunció el ceño. Sin más opción, el peliblanco soltó una pequeña risa y tomó a la espada de Verdugo, y rompió la puerta.
Comenzaron a caminar y pasaron junto a unas jaulas, donde experimentos de personas estaban encerradas -¡Esa es Touya!- dijo uno, y la demás gente se acercó a las rejas para poder ver. Después de seguir caminando un poco más, una mujer se colocó en frente, impidiéndoles el paso, cruzada de brazos.
-Así que eres tú después de todo, Touya- sonrió un poco y bajó los brazos. Cambió su expresión a una seria -El hecho de que estés aquí sólo quiere decir que los rumores eran ciertos.
-Que mala eres, yo también estoy aquí- se quejó Suigetsu.
-¿Y? ¿Qué te trae aquí?- preguntó Karin, ignorando al Hozūki.
-Touya tiene algo que discutir contigo. No podemos estar hablando aquí afuera, así que llévanos adentro, ¿si? Ha pasado mucho desde que caminé, estoy exhausto.
-¿De qué quieres hablar?- volvió a preguntar la pelirroja, moviendo la cabeza para mirar directamente a Touya y no a Suigetsu.
El dientes de tiburón se molestó un poco de ser ignorado, así que se acercó a ella -Te dije que no nos quedáramos aquí afuera, Karin. Aunque sé que me estás ignorando completamente.
La Uzumaki giró un poco la cabeza, como gesto de indignación, y luego se acercó a olerlo -Me desagradas.
-¿Qué dijiste?
La peliblanca se acercó -Ya basta los dos, Karin, llévanos adentro.
-Está bien- frunció el ceño y dio la vuelta para comenzar a caminar. Los dirigió hacia una habitación, y allí, cerró la puerta.
-Acompáñanos en un viaje- soltó la ojiazul de la nada.
-¿Ah? ¿Por qué te acompañaría? ¡Tengo órdenes de vigilar este lugar!
-Orochimaru ya no está.
-¿Y qué hay de los prisioneros?
-Ellos se han reducido en número desde la última vez que vine aquí, no les pasará nada si los liberamos- dicho esto, miró a Suigetsu de reojo. El mayor sonrió de lado y se levantó.
-¡No pueden llegar aquí de la nada y hacer eso! ¡No saben lo que me ha costado mantener en orden las cosas aquí!
-Sin prisioneros no habrá necesidad de un guardián. Lo diré una vez más, ven conmigo.
Una vez que Suigetsu salió de la habitación, habló más normal -Está bien, pero sólo por que somos amigas y eras del equipo de Sasuke.
-Gracias- sonrió ligeramente. Las dos se dirigieron a la salida, donde esperaba el peliblanco parado, mirando a los prisioneros irse felices -Vamos al siguiente.
*Lo siento si es corto, pero quiero hacer un integrante por capítulo >:v
ESTÁS LEYENDO
En su mundo; t ©
PrzygodoweUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...