—"Los tres soles de Uzumaki Naruto, ¿eh?"
—Ya veo— dijo Sasuke, sonriendo con una expresión de cariño y felicidad jamás vista por el mayor.
—¡Te dije que confiaras en ella'ttebayo!— exclamó Naruto, mirándole con una sonrisa todavía más grande —¡Sabías que Touya no era capaz de matar a Itachi por nada!
El azabache mayor dejó que una gota se sudor resbalara lentamente por su mejilla, mientras un cuervo negro con un ojo sharingan se posaba sobre la cabeza del rubio Uzumaki —Ahora que Nagato se ha ido, iré a detener el Edo Tensei. Les encargo a Madara— dijo eso, observando a Killer y al Jinchuriki.
—Durante el camino hacia acá, nos enfrentamos a uno de los resucitados. Un shinobi de la Arena lo selló, pero al parecer, no podemos matarlos. ¿Ok? Esta es una técnica perfecta que no tiene punto débil, así es, ¿Ok?— rapeó Bee.
—Toda técnica tiene su punto débil— inquirió Sasuke —Una gran técnica, debe de tener una gran debilidad.
—¡Yo dije que me encargaría de todo! ¡Déjenmelo a mi!— gritó el Uzumaki.
—Yo soy el indicado para detener el Edo Tensei. Tengo una idea— negó Itachi.
—¡Pero yo me encargaré de la guerra! ¡Ese es mi deber!
—No seas terco— regañó Sasuke, dando un leve golpe en la cabeza a su amigo.
—Ciertamente eres más fuerte en comparación con el pasado. Sin embargo, debido a eso te estás olvidando de algo importante. Escúchame bien y memorízalo; La razón por la que la gente de la aldea que te odiaba comenzó a acercarse a ti y a considerarte un compañero, es por que tú los tomabas en cuenta y te esforzaste para que todos te reconocieran. Dijiste que has llegado a ser lo que eres hoy tracias a los demás, ¿cierto? Pero ahora que eres fuerte, si te olvidas de los demás y te vuelves arrogante y egoísta, tarde o temprano terminarás como Madara— el cuervo que tenía en el hombro, alzó sus alas y se fue volando tranquilamente— "Por más fuerte que seas, no trates de cargar con el peso tú solo". Si lo haces, terminarás fracasando. Tu sueño es el mismo de tu padre, ¿no es así?— el rubio asintió lentamente —. Entonces recuérdalo. El hecho de llegar a ser Hokage no significa que todos te reconocerán, aquel que es reconocido por todos se convierte en Hokage. No te olvides de tus compañeros.
—Naruto, le hice una promesa a Iruka de protegerte. No te dejaré ir solo, y en todo caso, ¡yo todavía estoy vivo!— se comenzó a apuntar de arriba a abajo, graciosamente —¡Así de vivo!
El cuervo negro, después de dar unas cuantas vueltas en el cielo, bajó al hombro de Sasuke —Puede que haya exagerado en pensar que tengo que resolver esto por mi cuenta...
Itachi sonrió de lado —Killer Bee, te encargo a Naruto. Sasuke, acompáñame— los ojos del azabache menor brillaron.
—¡Sí!— asintió feliz y se posó junto a su hermano —Ni hagas nada malo, Usuratonkachi— se despidió de su amigo, y de un salto se fue de allí junto al otro Uchiha.
—¡Vamos nosotros también, viejo Bee!
***(no tengo las estreshitas :'v)
Aquel peliazul caminaba vagamente por los caminos vacíos e iluminados únicamente por diversas antorchas colocadas aleatoriamente. Se mantenía serio, pues aquel silencio sepulcral que siempre había estado allí no era muy interesante; interesante sería quizás a donde se dirigía. Aquella chica siempre fingía ser muy seria, simple y sin sentimientos, pero él sospechaba que no era así. Tenía la duda que le carcomía internamente siempre.
Después de unos pasos más, se detuvo frente aquella puerta de madera. Por alguna razón, su cuerpo no reaccionaba y no lograba levantar su brazo para tocar. Se quedó callado, silenciando incluso los latidos de su corazón que iban acelerando conforme los segundos, y su respiración. Intentaba escuchar el mínimo sonido dentro de aquel cuarto. Esperó unos momentos, y logró escuchar un ligero sollozo, como si la chica supiera de su presencia e intentara callar igualmente. Instintivamente, su mano rápidamente tomó la perilla y abrió la puerta.
Allí estaba; la peliblanca se encontraba sentada sobre sus rodillas en la cama, de espaldas —¿Touya?— La chica no reaccionó, quedándose completamente quieta. El mayor caminó unos pasos adelante, cerrando la puerta y acercándose a la menor —¿C-cómo... Estás?— no venía exactamente a eso, pero por un lado, tenía la necesidad de preguntar. Todos los subordinados y prisioneros de Orochimaru le daban igual; hombre o mujer, niño o niña. Pero aquella ojiazul le daba curiosidad, y una inmensa.
—Kabuto— escuchó su murmuro de su parte —¿Qué haces aquí?
—Yo...— sacó un pergamino de su bolsillo —Vengo a entregarte esto.
—Déjalo en el escritorio— respondió Touya.
El peliazul dejó el papel sobre la madera. Su mente decía que había cumplido y debía irse, pero su cuerpo seguía estático allí —¿Te ocurre algo?
—Nada— dijo seria. Kabuto se acercó a su cama, y dudó un poco de lo que haría después, pero al final colocó su mano sobre su espalda. La peliblanca dio un pequeño respingo. Estaba caliente.
—Estás ardiendo... ¿Te encuentras bien?— repitió, y valientemente se movió, quedando frente a sus ojos. Re-Colocó su mano sobre su frente, y esperó unos segundos.
Las mejillas y nariz de la menor tomaron un color carmesí fuerte. Según Kabuto, sus ojos parecían apagados, y no tenían aquel brillo chillón que conoció en los exámenes chunnin. Touya frunció el entrecejo y murmuró —Vete.
—No te ves excelente, Touya. ¿Te estará pasando algo que estás escondiendo, acaso?
—Tus palabras son acertijos psicológicos, como siempre— respondió la peliblanca, temiendo a contestar algo comprometedor. Sonrió, para ver si así por fin la dejaba en paz.
—El misterio encantador de tu sonrisa— dijo Kabuto. Las mejillas de Touya enrojecieron todavía más. Rió ante la pena y el nerviosismo.
—¿Y eso'ttebane?
—Allí está; el "dattebane" tan molesto de siempre— el peliazul sonrió de lado, triunfador. Mientras con su dedo índice picaba graciosamente el brazo de la menor. La susodicha hizo una mueca —No entiendo por qué lo ocultas, así eres tú.
—Orochimaru— comentó, simple. Volvió a su expresión de al principio, perdida —Si digo eso frente a él, probablemente me echará de aquí...— hubo un silencio momentáneo. Touya volteó y se fijó en la mirada de el de lentes, sintiendo la curiosidad esparcirse sobre la noche de sus ojos —Pensaría que soy una niña inocente, que no tiene futuro ni odio. Me echaría de aquí y... No sé por que te estoy diciendo esto.
Kabuto rió de una manera de la peliblanca jamás había visto... No, bueno. Una vez sí; cuando estaba en la iglesia, con su familia adoptiva —Pues en lado tienes razón. Pero conmigo no tienes que actuar.
—Já— dijo sarcástica —Tú, el lamebotas de "Orochimaru-sama"— imitó su voz —, ¿sabiendo un secreto y no contándoselo?
El peligris hizo una mueca de lado —Esto es diferente— se acercó y susurró a su oído —Sé más secretos de lo que tu crees por tu mirada— la peliblanca amplió los ojos y, solamente moviendo su pupila, le miró —. Como que tienes hemofobia, por ejemplo. Veo el sufrimiento en tu azul chillón cuando haces entrenamiento con personas reales. Los ojos son las puertas del alma, ¿no es así?
Touya cerró sus párpados, dándose por vencida —Sí. Así es, Kabuto...
—-nii— completó él con una sonrisa, sabiendo las ganas que tenía ella de llamarle de esa forma —Así está bien— cerró los ojos —Puedes confiar en mi.
—Cada palabra que sale de tu boca juega con tu mente sin darte cuenta; eres una persona de múltiples personalidades, eres frío y a la vez amable, tienes un humor ácido que también llega a ser sádico. Me agradas— sonrió —Los ojos son las puertas del alma, ¿o no?
—Ja. Ja. Ja— rió con sarcasmo Kabuto, mientras se levantaba —Eres muy astuta. Ahora, abre ya el pergamino.
Touya rió y después miró el papel sobre el escritorio. Se movió sobre su cama, estiró la mano y lo tomó. Abrió sus ojos con un brillo notable en ellos. Rápidamente miró al mayor —Esto es...— masculló con emoción.
—Sí— entre pequeñas risas, el peliazul asintió —Orochimaru-sama también puede ser bueno. Y más, si eres su discípula favorita...
Touya dio un pequeño brinco, con el pergamino todavía en sus manos y se acercó a Kabuto —¡Con esto voy a poder entrenar mejor!— miró sonriente aquel papel, mientras movía sus ojos de un lado a otro, leyendo su contenido una y otra vez —Uchiha, Hyūga, Uzumaki... ¡Incluso los jutsus de la vieja Tsunade!
—Nara, Yamanaka e incluso del clan Yuki. Todos sus jutsus, formas de taijutsu y genjutsu están allí. Esfuérzate— sonrió de lado y caminó hacia la puerta —Nos vemos, Touya-chan.
—Adiós Kabuto-nii— le despidió con una sonrisa, para que después el mayor cerrara la puerta y se fuera de allí.
—¿Qué te parece? Aquí si te harás fuerte, es un hecho— escuchó una voz su interior. Touya se levantó de allí, y corrió al armario, donde sabía que había una prenda dejada por Orochimaru —Oye, oye. ¿Qué haces?
Touya tomó la ropa y se la cambió por la que tenía; ahora vestía una camisa de manga larga color negro, parecida a la que usaba antiguamente Kimimaro, y abierta en el torso, una especie de pantalón del mismo color, unas botas ninja grises que llegaban hasta un poco más abajo de la rodilla, una hakama azul oscuro que colgaba desde la mitad de su estómago hasta sus rodillas, y el típico cinturón de cuerda morada atada en un arco alrededor de la hakama; lucia como una auténtica discípula de Orochimaru. Tomó vendas y las envolvió alrededor de su pecho y antebrazos. Peinó su cabello (que en ese entonces, ya había crecido hasta unos centímetros abajo de los hombros) con una cinta casi al final, y sonrió —¡Bien! ¡Esto es por el equipo 7!— tomó el pergamino, guardó su katana en la cuerda violeta, y abrió la puerta. Miró a los dos lados antes de salir, como si de cruzar la calle se tratase y después salió (no sin antes cerrar su puerta) y caminó. Miró aquel papel en su mano —¿Cuánto tiempo habrá pasado desde que he estado siguiéndote?
Te vi en un sueño pero seguías siendo el mismo,
Así que salí corriendo atravesando los enormes pastizales.
Como si persiguiera un recuerdo inalcanzable corrí detrás de ti.
Me culpé por esforzarme sin descanso y jamás haberte alcanzado.
Distante...
Eso debió haber sido hace varios años.
Ahora nunca miraré de nuevo hacia ese lugar,
Mi corazón se quedó detrás de querer soñar.
Si en verdad un sueño fue y nunca te recuperaré.
Entonces, ¿Cómo puedo deshacerme de estos sentimientos?
Por alguna extraña razón todavía sigo anhelando aquel día.
Consumo todo mi tiempo lamentándome,
¿Por que estoy viviendo en este insípido mundo sin ti?
—¿Touya?
¡Hola! ¡Jajajaja! Bueno, lamento este capítulo con relleno, ¡empezamos rellenos este 2016! Después de todo, es culpa del recalentado. Ya dije. Bueno, lo principal que este capítulo fuera relleno, es que lo comencé a escribir el 31 de Diciembre, en plan yolo. Y hoy, 1º de Enero, a las 12 de la tarde me dispuse a escribir el capítulo. ¡Pero puras mamadas, chicos! Me vi todos los capítulos con el opening de Moshimo, tratando de buscar algo que escribir. Son las 7 de la noche, y estoy viendo otro capítulo *al momento que escribo esto* y ya está el opening 13 ._. ¡No pude escribir nada! Gomen, pero espero y no les moleste :"c tal vez y esto ayude un poco en entender los temores que tiene Touya, ¿no creen? *excusa barata*
Vamos, no se enojen. Nunca he puesto relleno en la historia, no daña un poco... Además, alarga un poco el proceso de que termine, ¿o no? Obviamente esto terminará antes de abril, seguramente... *llora*
¡Por cierto!
Una pregunta algo rara... Cuando termine todo esto, ¿que preferirían? ¿Un especial (Lo que sería "The last") o un Epílogo (lo que vendría siendo "Boruto")? ¿O los dos? ¿El especial primero y luego el epílogo? ¿O el epílogo y el especial ya como algo extra?
ESTÁS LEYENDO
En su mundo; t ©
PertualanganUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...