—¿Estás segura de que ir en persona estaría mejor?— preguntó aquel peliverde, preocupado.—En la guerra, si llegan a golpear a mis clones desaparecerán. Si voy yo, estarán mejor— respondió la peliblanca, mirando de reojo a su equipo —Deidara, Sasori, Itachi, Hidan, Kisame, vayan al cuartel general donde están diversos shinobis creando estrategias, no deben morir.
Los mencionados asintieron y de un salto se fueron, al igual que Touya. Karin suspiró —Esta chica...
—Bien— comenzó Orochimaru —Podemos empezar ahora...
El pelinegro caminó adentro de un lugar subterráneo, y prendió un poco de fuego para iluminar. Se encontraban en un templo Uchiha. El sannin se colocó una máscara que llevaba entre las manos, y rápidamente un chakra gigantesco comenzó a brotar de él, incluso era visible. El susodicho se movió de un lado a otro, como siendo controlado, y al final una ilusión de un viejo de cabello blanco y con dos cuernos rojos apareció.
—Es un Shinigami— explicó a sus compañeros el clon de Touya. El demonio tomó una cuchilla que antes apretaba en su boca, y cortó su vientre. Al hacer esto, varios chakras salieron de allí volando en diferentes direcciones, incluso uno voló dentro del mismo Orochimaru.
El mayor movió sus brazos hacia arriba, mientras un chakra los cubría. Había recuperado los brazos que se le habían quitado en la invasión a Konoha hace años. El Shinigami comenzó a desaparecer, y Orochimaru se quitó rápidamente la máscara —¡Juugo, Touya, Suigetsu, prepárense!
—Sí— afirmó el pelinaranja. Convirtió uno de sus brazos con el sello maldito y pegó su mano a un hombro de la peliblanca.
El chakra del sello maldito fluyó por el cuerpo del clon, y entonces, varios Zetsu salieron de su cuerpo. El chakra de la marca haría que los Zetsu respondieran y tuvieran que salir. Shiro miró eso con una mueca de desagrado —¿Por qué, Tobi?— masculló asqueado, pues el azabache había dejado a aquellos clones para vigilar a la Jinchuriki, aunque al final no sirvió de mucho.
Orochimaru sonrió —Listo— de su ropa, salieron varias serpientes que tomaron los cuerpos blancos y los amarraron. El sannin comenzó a hacer varios sellos de manos, y luego posó su mano en el suelo. Varios escritos comenzaron a deslizarse por el suelo, haciendo figuras y rodeando a los cuerpos de Zetsu. Los chakras que antes habían salido de los Shinigami, estaban justamente detrás de cada clon, como esperando a que pasara algo. El pelinegro exclamó —¡Edo Tensei no Jutsu!
Los chakras bajaron hasta el cuerpo de cada Zetsu, y estos comenzaron a ser cubiertos por miles de papeles. Lentamente, aquellas cosas amorfas comenzaron a tomar forma, hasta que allí estaban. Los 4 Hokage anteriores. Orochimaru sonrió satisfecho.
—¿Ese es el primer Hokage, el hombre conocido como dios de los ninjas?— preguntó inocente Suigetsu, apuntando al pelinegro.
—¿El auténtico Hashirama?— dijo de igual forma Karin, que estaba del otro lado de la sala.
Conforme los segundos, los Edo Tensei parecieron recobrar su conciencia, y el primero en hablar, fue Tobirama —¿Otra vez el ninja llamado Orochimaru?
—¿A qué te refieres?— cuestionó Hashirama.
—Seguramente deshizo aquel sello del Shikifūjin que nos tenía atrapados— inquirió el más bajo de todos los Hokage, Hiruzen —, y después emplease el Edo Tensei...
—¿Es decir que logró deshacer la técnica de sellado?— ahora habló el Hokage conocido como el Relámpago Amarillo de Konoha —¿Cómo lo hiciste, Orochimaru-san?
—Me subestimas demasiado, Minato— respondió el susodicho con la voz siseante de siempre —Al principio se trataba de una técnica de sellado del clan Uzumaki, pero después de perder mi jutsu, me pasé el tiempo estudiando ruinas y documentos de clanes que desaparecieron hace mucho— explicó fácilmente.
ESTÁS LEYENDO
En su mundo; t ©
AventuraUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...