¡Hey! Bueno, antes que nada, publiqué dos "Touya's databook" (uno está antes de este cap, y el otro está entre los capítulos 11 y 12 de la primera temporada ;D
Ah, y una cosa que noté apenas... Perdónenme por poner en las primeras temporadas "Rinnengan"... Mátenme....
También quería avisar que hace unos días publiqué una historia de Steven Universe llamada Citrine, ¡vamos a leerla! ¡Siiiii! ❤️
En todos los campos de batalla, una luz iluminó a todos los Edo Tensei. Brillaban más que la luna llena en una noche despejada, y sus cuerpos se comenzaron a debilitar, mientras unas líneas aparecían en su cuerpo, semejantes a grietas. Las partes de su cuerpo comenzaron a despegarse cual papel, y a volar por los aires. Aquellas personas sonrieron, y se despidieron de los exhaustos shinobis junto a ellos, para después desaparecer por completo. El Edo Tensei había sido liberado, las almas ahora eran libres.
—¿Este es Kabuto? Se ve algo asqueroso...— masculló aquel chico, observando al de lentes inmovilizado a la mitad de una cueva —Lo que le sale del estómago parece un gigantesco...
—Suigetsu, por favor, no— dijo asqueada la chica, mientras fruncía levemente el ceño y observaba a su amigo curiosear por allí.
—No seas tan desagradable, Suigetsu— se quejó la otra mujer de allí, ajustándose los lentes.
—¡Ah! ¡Cierto, cierto!— exclamó el susodicho, volteando a ver a las amigas como si hubiera recordado algo —Hablando de algo desagradable, ¡encontramos una guarida increíble! Esto...— metió su mano en el abrigo que llevaba y comenzó a buscar entre las cosas.
—Antes dijiste que Itachi y Sasuke detuvieron el Edo Tensei de Kabuto, ¿no?— preguntó otro hombre entrando a aquel lugar, mientras cargaba una mujer pelimorada en su hombro y dos pájaros le acompañaban. Uno de estos, se detuvo en el dedo índice del pelinaranja —Pero parece que el resucitado Madara no se detuvo...
La peliblanca asintió, y antes de responder algo, el Hozūki gritó —¡Oye! ¡Estaba hablando con Touya! ¡Deja de interrumpirme!— lanzó al aire el pergamino azul que tenía en la mano, y lo volvió a atrapar para estirárselo a la ojiazul –¡Ten! Mira, mira.
—¿Qué hay allí?— susurró la pelirroja, acercándose a leer los escritos sobre aquel papel que tenia en las manos la menor.
—¿Qué? ¿No es fantástico?— preguntó feliz Suigetsu, levantando ambas manos a los lados.
Touya sonrió —Gracias por traernos esto— levantó la vista y cerró el papel —Pero antes de esto, necesitamos encontrarnos con Orochimaru...— lo último lo dijo más bajo, puesto a que sabía que a sus compañeros tal vez no les agradaría mucho la idea.
—¿¡Qué cosas dices!?— exclamó sorprendido Zetsu, que se encontraba allí en la cueva con ellos, con la mitad del cuerpo bajo tierra.
—¡Si fuiste tú quién lo mató!— Suigetsu renegó.
—¿Crees que Orochimaru desaparecería por tan poca cosa?— preguntó Touya, apuntándose con el dedo índice, y después mirando a la desmayada pelimorada —Sabes que es parte del plan, tampoco es que me agrade ver al pedófilo de lengua larga'ttebane— movió la cejas en una expresión de "No hay alternativa" y sonrió.
—¿Y cómo piensas verlo?— cuestionó Karin.
La peliblanca saltó de la roca en la que estaba y se acercó al alto Juugo. Este asintió y dejó a la mujer sentada en el suelo, entendía en parte como lo haría. Touya se hincó para estar más cerca del sello maldito que esta tenía en el hombro.
ESTÁS LEYENDO
En su mundo; t ©
AventuraUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...