—Hi...La pequeña de cabellos violetas dejó de mirar sus piernas colgar desde la alta silla para ahora poner su completa atención al pequeño junto a ella.
—Hi... —volvió a balbucear Ame.
Ambos se encontraban sentados en la sala de espera de los laboratorios de Katasuke Tōno, un científico que trabajaba para su padre el Hokage y que además era amigo de Boruto.
—Hima-chan... —el tímido azabache, con sus mejillas coloreadas en un fuerte color rosa, por fin terminó de pronunciar palabra.
A Himawari le brillaron los ojos de emoción y ternura cuando escuchó la manera en la que el menor le había llamado, y no pudo evitar reír a la vez que lo abrazaba como si se conociesen de toda la vida.
—¡Me llamaste por mi nombre! ¡Por fin! ¡Al fin! —exclamó ella entusiasmada, puesto a que durante todo el mes que habían convivido juntos, el pequeño jamás había pronunciado el nombre de ninguno en la casa Uzumaki. Incluso en cierto momento, ella y Boruto llegaron a pensar que Ame era mudo.
—Hima-chan, ba-basta —pidió el menor sintiendo como los últimos despojos de aire en sus pulmones escapaban a velocidades alarmantes.
—¡Ah! sí, perdón —la susodicha se alejó inmediatamente. A veces olvidaba que el pequeño era 4, casi 5 años menor que ella. Pero inconscientemente, por los paralelismos entre las dimensione, pensaba que era de su misma edad—. ¿Qué sucede, Ame-kun?
El mencionado, que al fin había conectado sus zafiros orbes con los cielos de Himawari, los desvió empapados de vergüenza nuevamente. Con voz temblorosa y sus manos jugando con su suetercito, preguntó.
—¿Cuánto tiempo tardarán onii-chan y onee-chan en volver...?
—Seguro no mucho, Ame-kun. Ellos fueron junto con Boruto-niichan y mamá y papá. Si todos trabajan juntos, ¡estarán de vuelta enseguida! —exclamó ella con una sonrisa, muy segura de sí misma.
Ame miró a la mayor sin saber si creerle o no. Estaba nervioso, puesto a que él nunca se había quedado solo sin alguien conocido cerca de él.
Dispuesto a hacer otra pregunta, una repentina voz ajena interrumpió a ambos infantes.—¿Himawari?
Los pequeños de orbes azules giraron su atención hacia el portador de aquella voz. Era un chico alto, más o menos de la edad de Boruto o incluso un poco mayor; de ojos afilados y amarillentos y cabellera azulada.
—¡Oh! —Himawari le reconoció en seguida–. Tú eres el amigo de onii-chan~
Ame por supuesto que también lo reconoció: se trataba de Mitsuki, el hijo de Orochimaru y el "shiro" de su hermana Natsuo. Aunque, a pesar de encontrarse en una dimensión alterna, este Mitsuki parecía ser exactamente igual al que él conocía.
—¿Qué haces aquí? —cuestionó una cuarta voz. En seguida, una chica de anteojos rojos y cabello y ojos azabache apareció de detrás de Mitsuki—. Por cierto, ¿sabes dónde está Borutonto?
—¡Ah, Sarada onee-chan! —la llamó Himawari con su eterna sonrisa tierna—. Boruto onii-chan está con mamá y papá trabajando, no tardará mucho. ¿Cierto, Ame-kun?
—¿El Hokage está con él? —preguntó en seguida Mitsuki, robándole la palabra de la boca a la Uchiha. Por supuesto, eso era muy extraño, incluso para ellos.
Sarada se tocó la barbilla, pensando. Ciertamente era raro ver al Hokage fuera de su habitual puesto, junto con su esposa y Boruto en los laboratorios de Katasuke.
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En su mundo; t ©
AventuraUna chica "normal", entre comillas, ya que su vida era como todas las vidas de niñas de 11 años. Algo friki, adoraba leer mangas y ver anime. Un día, mientras se encontraba dibujando uno de los Kekkei Genkai más fuertes de su anime preferido en su l...