44: Tocar el cielo

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Arriba os dejo a Ashley, la amante de universitarios. Universitarios... <3

Ejem. 

En este capi los chicos se van de fiesta. Whoop whoop! ¿Qué pasará? 

XXX

.


Alyson amó City Bar desde el momento en el que puso un pie dentro.

Según había dicho Tom, era lo más parecido a Miami que podías ver en Charleston. Tenía una chispa de vida que la joven no había encontrado jamás en esa clase de sitios. Claro que en su pueblo natal y alrededores, eran todo garitos de mala muerte o locales en los que quedaban los de siempre. City Bar doblaba el tamaño de todos ellos juntos. Y el ambiente era impresionante.

Entraron con el enchufe de Sebastian. Un primo suyo era jefe de relaciones públicas del club.

La música estaba tan alta que solo podían comunicarse hablándose al oído o gritando. Se metía en el cuerpo de tal manera que en cuanto dejaron las chaquetas Aly empezó a moverse ligeramente, siguiendo el potente sonido.

Caminó de esa manera con sus amigas hasta la barra. Los chicos las seguían, mirándolas bailar y admirando sus cuerpos. Estaban más impresionantes que nunca, vestidas de fiesta para arrasar.

Zac se humedeció los labios, pendiente de un golpe de cadera que dio su novia.

–¡Qué suerte has tenido, cabrón! –le dijo Sebastian.

El chico le miró. Su amigo tenía los ojos puestos en Alyson de la misma forma que él y le dieron ganas de darle un puñetazo. Se lo dio, en el brazo, pero controlando su fuerza.

–Eh, que es mía.

–Tranqui tio, no voy a ponerle la mano encima.

–Más te vale.

Le devolvió la sonrisa, aunque ambas eran afiladas.

–Chicos, vuestros chupitos –gesticuló Tom desde la barra.

Era un chaval enorme, sobresalía por encima de los demás.

Los dos rezagados se unieron al grupo.

Cuando Zac vio cómo bebía Alyson, se prometió que en cuanto estuviera más afectada la haría servirse uno en el ombligo y dejarle tomárselo. Así le demostraría a Sebastian cómo de suya era.

El vodka entró solo. Ah, hacía mucho que no bebía. El alcohol creó una sensación cálida en su estómago. Tenía ganas de más.

Hicieron tres rondas de chupitos y finalmente se pidieron una copa. Vodka con Red Bull, porque no es bueno mezclar.

Las chicas se ausentaron al baño a retocarse, aunque sabían que al final de la noche tendrían el pelo hecho un desastre y les faltarían hasta las bragas. Por lo menos, Zac se encargaría de que su novia perdiera las suyas.

–Tias, hay un montón de universitarios –comentó Ashley, mordiéndose el labio.

Estaba en modo vampiresa. Iba a echarle el diente al cuello a alguno aquella noche, seguro.

Era cierto, el club estaba lleno de jóvenes musculosos, bronceados y probablemente mayores que ellas.

La única que no estaba emocionada era Aly.

–Como tú ya tienes un bombón en casa –la pinchó Dunia mientras le pintaba los labios de rojo pasión.

Alyson sonrió.

Cuando el cielo baja al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora