21: Heridas y tiritas

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No sé porqué, pero la imagen que os dejo arriba me ha hecho mucha gracia, y me pega con el capi, así que ahí os la dejo.

Hasta en shock, es demasiado guapo.

XXX

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Alyson Aimable no era virgen como Zac había supuesto.

Sí, eso era exactamente lo que permaneció en mente del joven prácticamente toda la jodida noche. Él era consciente de lo estúpido que era haberse quedado marcado con eso precisamente después de todo lo que le había contado la chica, pero... ¡Es que era muy fuerte!

Pero bueno, siendo sincero, Zac recordaba cada una de las palabras de Alyson. No era tan santita como él creyó, ¿eh?

No podía dormir y se quedó pensando sobre ello. No fue lo único, ya que el resto de la historia de la chica también tenía tela, pero aquel hecho le creó una sensación extraña e incómoda en las tripas.

Él había decidido hacer las cosas bien con Alyson, o por lo menos intentarlo... Y con aquella confesión sentía que sus esfuerzos habían sido en vano. ¡Vale, vale, no del todo! Uff, la mente de Zac era un completo lío a raíz de las palabras de la chica.

No sabía exactamente si lo que sentía por Aly era una mera atracción (no tan mera, en realidad) o algo más, algo que no tenía intenciones de identificar por el momento.

Zac era un chico directo. O eso creía él, ya que siempre había ido a por lo que deseaba de cabeza, sin pararse a pensar en consecuencias. Siempre fue su forma de ser. Y a ello le debía el haber tenido una primera vez... especial. Zac nunca había sido muy dado a las palabras. Es decir, podía regalar mil frases bonitas, pero a la hora de expresarse no era claro ni en sus pensamientos. Pero esa es otra historia. El caso ahora era que él, aunque estuviera dándole vueltas a la confesión de Alyson, también se estaba planteando si confiar en ella. Ella sí se había abierto a él, ¿verdad?

Y en definitiva el chico no le había contado a nadie la verdadera versión de su primera vez. Se inventó nuevas, a cada cual más loca, pero solo había tres personas que conocían lo que pasó, y no fue de su boca.

Tampoco era que fuese un secreto de estado, pero le daba la impresión de que su abuelo se enteraría si él dijera algo... Y prometió no contarlo. En estos momentos aquel pacto era más débil que nunca. Qué estúpido al dejar que una chica le manipulase así.

Pero en el fondo quería dejar que ella le conociese también.

Alyson había visto lo peor de él y no se echó para atrás. Ella seguía a su lado, hasta quería apoyarle. ¡Estaba loca! Vale, no. Simplemente era una muchacha buena por la naturaleza. Y era precisamente eso lo que le daba más... miedo no, pero algo similar.

La chica lo había pasado mal antes, así que, ¿por qué atormentarla más? En el fondo, Zac empezaba a pensar que ella era masoquista.

...

Puede, ¿quién sabe?

La miró en medio de su desvele. Parecía tan pacífica.

Aly, con los ojos cerrados y una expresión tonta de niña pequeña. Era super tierna. Y sobre todo hermosa. Más aún así, con la luna dándole un tono especial a su piel.

Zac se movió con cautela, ya que la joven se había dormido en sus brazos y no quería despertarla. Le acarició la mejilla.

Preciosa, perfecta... No, no, mucho más, pensó, hechizado a su pesar con el rostro de la chica.

Cuando el cielo baja al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora