Extra: Felicidad Abstracta

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Os recomiendo, como no he recomendado nada en mi vida, que chequeeis esta historia corta y a esta chica, porque me ha dejado totalmente alucinada. Tiene una forma increíble de escribir y espero que no deje de hacerlo. Os dejo aquí los enlaces, se llama Marina, id a darle mucho amor!!

https://www.wattpad.com/user/macc17

https://www.wattpad.com/story/82144031-%C2%BFy-s%C3%AD

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—¡Eres muy fea! ¡Me duele mirarte!

Leroy contempló desde la distancia como la muchachita rubia que acababa de ser insultada sin compasión salía corriendo. El niño que la había agredido verbalmente no lo vio porque estaba riéndose a todo volumen con sus amigos. Pero él sí. Alyson estaba llorando.

Sus pies se movieron solos para perseguirla. Se detuvo cuando llegó junto al grupo que había ridiculizado a la que era como su hermana pequeña. Les miró fijamente y ellos se quedaron callados.

—¿Qué? ¿Quieres una foto? —se envalentonó el mismo chaval que se había metido con Aly.

Leroy no pudo evitar sonreír con confianza. El otro joven podía ponerse gallito con él si quería, al ir acompañado de cinco más. Pero ambos sabían que si Leroy le pegaba nadie le ayudaría. El chico rubio podía parecer delgaducho en apariencia. A pesar de eso y de haber cumplido recientemente trece años, era el más fuerte de toda la clase. De todo el pueblo, seguramente. Y tenía una fama a sus espaldas que hacía que le respetaran.

Avanzó un paso hacia el chico estúpido que le desafiaba y este se retrajo un poco.

—¿Crees que Alyson es fea? —le preguntó.

Vio cómo se ponía rojo hasta las orejas lentamente. Ahí estaba la respuesta. Alyson le gustaba. Era el típico niñato de su edad que abusaba de la chica que le molaba. Trabajo fácil. Solo tenía que acabar con su autoestima.

Al otro niño no le dio tiempo a responder.

—Alyson es preciosa. Es la más bonita de clase. Sabes eso muy bien porque no dejas de mirarla. Pero nunca la conseguirás. Así que te acercas a ella así, metiéndote con ella, porque es la única forma en que puedes llamar su atención. ¿Sabes lo que eres tú? —inquirió con burla— Eres un enano ridículo que no ligaría ni con una piedra.

Ahora el muchacho estaba mucho más colorado, pero de rabia. Tras él sus amigos se partían de risa.

Leroy se adelantó y le habló al oído.

—Ven a verme detrás del colegio al final de la hora. Si no quieres que te haga pedazos aquí mismo, delante de todo el mundo.

El chico frunció el ceño cuando él se alejó. Ya no se mostraba desafiante. Era un niño asustado. Leroy miró al grupo con asco antes de ir a buscar a Alyson. Alguien tenía que consolarla. Y en el último año había aprendido que no había nadie mejor que él para eso.

La localizó detrás de un árbol no muy lejos de allí. Estaba acurrucada sobre sí misma, hecha una bola, en el césped. Llevaba un vestido veraniego de color azul. Que hacía juego con sus ojos, tal y como comprobó cuando ella levantó la mirada hacia él al oír sus pasos.

Últimamente se fijaba demasiado en cómo vestía, en sus pequeñas manías y gestos característicos. No sabía porqué. Bueno, no exactamente. Había empezado a sentirse atraído por las chicas hacía poco tiempo. Alyson podía ser una monada, mas no era atractiva. No tenía pechos y era muy inocente. Una niña pequeña. Aunque solo un par de años menor que él. Pero Leroy había visto muchas cosas, había vivido más de lo que ella viviría en el resto de su vida. Podía ser un niño también, pero por dentro no. Y a él le gustaban las mujeres. Maduras, mayores que él, de talla 100 y piernas torneadas.

Cuando el cielo baja al infierno.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora