Ha pasado una semana desde que le entregué la pistola a Harry. Lo he visto muy poco y eso que vivimos en la misma casa. Ni quiera le he podido preguntar en dónde ha estado porque no he tenido tiempo, siempre está de salida y apurado. Me está hiriendo su comportamiento, pero puede que tenga mucha tarea.
¿O será que me está evadiendo? ¿Pero, por qué? yo no le he hecho nada.
No he visto a Will en la universidad desde aquel día y tampoco es que lo esté buscando.
No puede ser que me falte muy poco para irme a Londres y tal vez no vea a Harry otra vez y todo lo que él hace es ignorarme.
― ¡Grace! ―exclama Andrés cerca de mi oído y no puedo evitar que un grito se escape de mis labios.
― ¡¿Qué demonios te pasa?! ―chillo.
― Cálmate. ―me pide riéndose.
Suspiro y lo ignoro. Es un infantil.
― ¿Qué haces?
― Nada. ―miento y me acomodo en el asiento de acero.
― ¿Qué haces aquí? Tu clase terminó hace casi una hora. ―me giro un poco para verlo con nerviosismo bien disimulado.
― ¿La universidad es tuya? ―pregunto odiosa y él sonríe―. Puedo estar todo el tiempo que yo quiera aquí... ―sigo viendo hacia los salones, especialmente la puerta que tiene una etiqueta en la parte superior que dice: Diseño IV.
― Cualquiera piensas que eres muy ruda. ―dice riéndose aún.
― Espero a que Harry salga. ―digo y él deja de reírse.
― ¿Qué? ―espeta―. ¿Por qué lo esperas?
― Quiero hablar con él. ―respondo.
― ¿Y, no viven juntos? ―pregunta desconcertado.
― Escucha, Harry ha estado raro. ―explico―. Me ha estado evadiendo y quiero saber por qué.
― ¿Por qué?
― ¿Por qué, qué? ―replico.
― ¿Por qué crees que te está evadiendo?
― No lo sé... ―digo insegura y nerviosa.
― ¿No me estás contando algo, cierto?
Trago y no digo nada. No entiendo en qué momento deje de confiar en Andrés.
― El viernes pasado... Will me... Will trató de...
― Dilo sin rodeos, Grace.
― Me llevó hacia la parte trasera de Sede Dos. ―murmuro.
― ¿Sede dos? ¿Detrás de sede dos? ¿Más o menos? ―pregunta sin entender―. Allí no hay nada...
― Exacto. ―interrumpo―. Allá estaba otro chico, al parecer William quería decirme algo o hablar algo serio conmigo sin que nadie nos viera.
― ¡¿Qué?! ―grita poniéndose de pie―. Espera un momento... ―dice y se pellizca el puente de la nariz mientras respira hondo varias veces.
― Cálmate. ―le pido―. Harry llegó y aquí estoy. ―digo y extiendo los brazos.
Me mira fijamente y puedo ver que está enojado.
― ¿No te hicieron daño?
Bajo la mirada. Oh, Andrés si supieras que ya no hay forma de hacerme más daño, no de esa manera.
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Aléjate
قصص عامة[EN EDICIÓN] Desde el principio siempre tuvieron razones para no mirarse ni hablarse, pero ambos saben que lo prohibido y lo peligroso siempre es codiciado por todos y ellos no serán la excepción. Romper las reglas siempre fue y será elección de amb...