Capítulo 13

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Rompiendo más reglas


― ¿Comportándome como un imbécil? ―pregunta incrédulo, ahoga un risa y se muerde el labio negando con la cabeza como si no creyese lo que escuchó de mi boca, o quizás pensando en que debería acostumbrarse a que lo llame así cuando se comporte como tal.

― No entiendo porque dijiste que Jake me estaba comiendo el trasero.

― Porque te lo estaba comiendo.

― ¿Y eso qué te importa? Joder. ―manoteo.

― ¿Quién dijo que me importa?

― Bueno, entonces deja de hacer el ridículo pidiéndome explicaciones y déjame en paz. ―exclamo y camino hacia las escaleras.

Es increíble, no entiendo por qué me reclama cosas que no le importan. Todo iba bien, no entiendo por qué tiene que salirme con esta idiotez como si... como si sufriera de celos o algo así.

― Grace. ―me llama y no le hago caso, noto que viene siguiéndome pero no pienso detenerme―. ¡Grace! Te estoy... ―me hala del brazo y gracias a Dios no es el brazo lastimado.

― ¡Suéltame! ―le grito intentado zafarme y me pega contra la pared ni tan suave ni tan fuerte―. Te he dicho mil veces que no me agarres así.

― ¡Sí me importa!

Sólo lo miro como si le hubiese salido otra cabeza. Eso no tiene sentido, ni siquiera sé qué decirle.

― Ese idiota te comió con la mirada. ―continúa con expresión contenida.

― ¿Y eso te importa? ―le pregunto en un susurro.

― Me importa mucho. ―susurra cerca, muy cerca de mis labios y ya mi cerebro me está mandando advertencias que esta atracción no es normal.

No es normal en ninguno de nosotros.

― No. ―musito―. No hagas nada de lo que no debas. ―añado.

― Sé que quieres que te bese.

― No. ―repito―. Debes respetarme, Harry. ―no puedo mirarlo ahora. No con el corazón a mil por hora.

― Admítelo.

Esto se está saliendo de control y no sé ni cómo carajos se puede controlar. Es como cuando ya el fuego ha acabado con la mitad de un bosque, hagas lo que hagas sólo tienes que esperar a que acabe, y la espera es tan peligrosa porque puede que empeore, el agua a veces no es suficiente para apagar el fuego. Y es más que obvio que ni él ni yo somos el agua en este momento

― No voy a ceder... ―me interrumpe uniendo sus labios con los míos.

Él sabe que no voy a alzar el brazo izquierdo por lo cual, me sujeta el otro brazo y con su mano libre me agarra por el cabello suavemente para que no mueva la cabeza. Sacudo la cabeza porque claramente algo se está encendiendo en otro sitio cuando siento lo suave y firme que son sus labios contra los míos.

― Harry. ―protesto contra sus labios.

― No me rechaces. ―me ordena enojado, más que enojado está desesperado, suena desesperado.

― Sí te...

Pega sus labios a los míos y por alguna razón alocada decido ceder un poco, sólo un poco. Siempre que Efraín me encontraba, mi cuerpo se quedaba inmóvil, el terror me congelaba al instante, lo odiaba, sentía repulsión. Pero esto es diferente, muy diferente, para nada siento repulsión, para nada quiero apartarlo, y... para nada quiero que acabe.

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