Capítulo 33

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    He sobrevivido una semana. No me canso de darle las gracias a Dios porque Efraín no ha venido aquí. No sé y no me interesan los motivos por los cuales no ha venido. Jake tuvo que irse a L.A. dos días después que llegó aquí. Sé que Efraín tuvo algo que ver con eso.

En la empresa no me he podido escapar de él. Casi siempre que entro a su oficina salgo con los ojos llenos de lágrimas y Nick ya se ha dado cuenta que algo no anda bien. Efraín no ha llegado más allá de un roce o de una amenaza pero no ha dado un paso en falso aún.

Adele me invitó el fin de semana a un bar y me negué. No pienso salir por ahí disimulando que todo anda bien cuando no es así. Nick no me ha dicho que es Gay y no pienso preguntárselo. No quiero parecer entrometida así que mejor espero hasta que él me lo diga.

Andrés ha estado evadiendo mis llamadas, no he sabido nada de Karla y mi padre me llama todos los días. En dos semanas empiezo las clases, es extraño porque se supone que empezaría el sexto semestre en un mes y medio... pero, las cosas son diferentes aquí así que... tengo que prepararme.

― El caso es que Ellie no está nada mal, si yo... ―Nick cierra la boca cuando ve que me acerco a él. Adele se aleja caminando por el pasillo.

― Hola, Nick. ―lo saludo.

― Hey, creo que llegas tarde. ―me dice y ruedo los ojos mientras hago una mueca.

― Es mejor que no hagas eso.

― Trataba de imitar al señor Collins. ―me dice riendo.

― Era mi hora del almuerzo, además he llegado diez minutos antes de lo normal. ―le digo―. No son ni las dos de la tarde...

Él me mira. Lo conozco poco pero, juraría que quiere contarme algo.

― Cuéntame.

― Adele me estaba administrando información vital.

― ¿Qué? ―pregunto acercándome más al mostrador.

― Es que... Landon dice que Ellie, la de contabilidad estaba... ―él vacila―. Ya sabes...

― No, no sé.

― En una situación bastante comprometedora con el señor Collins. ―farfulla―. En este instante Ellie y él están en la oficina.

― ¿Sí? ―pregunto despreocupada.

― Bueno, en realidad... Ellie es muy puta y...

― ¡Nick! ―susurro―. Shhh...

― Okay, el caso es que...

Nick sigue hablando. No le pongo atención, ¿Será cierto? En realidad no me importa pero, creo que a mi madre sí. Y... no estaría mal amenazarlo con decirle a mi madre que le es infiel. Supongo que eso me daría material para amenazarlo con base.

― ... así que, nadie puede entrar. ―concluye y lo miro.

― Iré allí... ―susurro.

― ¿Qué?

― Tú sólo disimula que estás buscando algo en el piso, Nick. ―refunfuño y él reacciona.

― ¡Oh! Eso es genial. ―masculla. Él se muere por saber que está pasando allá adentro―. ¡Oh, soy un idiota Señorita Belicova! ―dice en voz alta llamando la atención de todos alrededor. Nick disimula que se le ha caído algo debajo del mostrador.

Mi amigo es un actor profesional.

En cuanto se agacha a recoger lo que sea que se le haya caído, hago un gesto de fastidio y camino hacia la puerta de la oficina de Efraín.

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