Nuevo integrante
―Es mejor estar sola que mal acompañada. ―Ese es el comodín que suelo usar para justificar mi soledad desde que tengo memoria.
Nunca me he quejado de hacer muchas cosas solas, pero a la hora de ver una buena película siempre pienso cómo sería verla junto a mis hermanas; no es algo que me cause tristeza ni preocupación, pero he rechazado sus invitaciones de hacer una pijamada en la casa de mamá muchas veces.
¿Quién es el culpable de que estemos separadas?
Quizás ellas culpen al divorcio de nuestros padres, todo depende a quien se lo preguntes. Yo nunca he buscado culpables, en realidad.
La peor parte del divorció para mí fue la «repartición de bienes e hijos» mi hermana menor tenía cuatro años, era obvio que se iría con mamá. Giselle tenía nueve, sus palabras ese día fueron: «quiero irme con mamá».
Al ver la situación y a pesar que solo tenía siete años no quise que mi padre se quedara solo. Ver su cara de dolor cuando Giselle eligió a mamá me dio ganas de llorar y sabía que mi mamá iba a aprovechar mi debilidad para llevarme con ella, pero corrí hacia mi papá y lo abracé.
Ese gesto fue mi respuesta. Siempre pienso que tomé una buena decisión. ¿No he tenido momentos en los cuales pienso que sería mejor vivir con mi madre? Definitivamente no.
Decido ver por enésima vez Interestelar. Alejo mi teléfono para no caer en la tentación de mirarlo y miro hacia la puerta haciendo una mueca. Mi padre dijo que vería la película conmigo, pero creo que cambió de opinión, pues la última charla que tuvimos no terminó muy bien y él sabe que la idea de querer un trabajo no se irá de mi cabeza así no más.
No sé qué hay de malo en querer ganar tu propio dinero, quizás no quiera dejarme trabajar porque mi deseo es tener una moto, pero claro, son conjeturas sin base, ¿qué trabajo honesto me daría para comprarme una Ducati?
Alguien toca la puerta sacándome de mis cavilaciones y al cabo de dos segundos la única persona que vive conmigo entra sonriendo y yo le devuelvo la sonrisa. Bueno, no parece enojado.
―Cariño ―me da un beso en la frente como si tuviese un día sin verme. Eso significa que quiere decirme algo y ha decidido hacer las pases. Lo conozco tan bien.
―¿Todo bien? ―carraspeo colocando la taza de palomitas en la mesita de noche con algo de nerviosismo―. ¿Verás la película conmigo?
―No hija, tengo que preparar la cena.
―Son las cuatro de la tarde, papá. ―Le recuerdo y se pone nervioso.
―Sí, pero ya he visto Interestelar muchas veces, no me apetece verla hoy.
Vale, me ha ofendido un poco.
Me quedo callada esperando que diga algo más y él mira a todos lados con nerviosismo hasta que suspira derrotado.
―Invité a alguien a cenar ―confiesa sin anestesia y alzo mis cejas. No lo vi venir, en realidad pensaba que había cedido a mi petición de buscar un trabajo.
―¿A quién? ―pregunto sigilosa y se hace el desentendido―. ¿Una mujer? ―pregunto empezando a sonreír―. ¡Papá, dime ya que esa sonrisita lo dice todo!
―¡Está bien! A una mujer. Por favor no pienses que...
―No te preocupes, te he dicho que eso no me enojaría, de hecho ya te estabas tardando en buscar a tu media naranja.

ESTÁS LEYENDO
Aléjate
General Fiction[EN EDICIÓN] Desde el principio siempre tuvieron razones para no mirarse ni hablarse, pero ambos saben que lo prohibido y lo peligroso siempre es codiciado por todos y ellos no serán la excepción. Romper las reglas siempre fue y será elección de amb...