Capítulo 52

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Lanzo las bolsas encima de la cama y me voy al baño, el cual se encuentra en otro lado. Entro a la otra sección de la Suite y observo varios sofás... televisor, esto es una casa, en realidad.

¡¿Dónde está el baño?!

Mi teléfono suena y contesto con exasperación.

― Estoy en la...

― Hija, ¿Dónde estás?

― ¿Papá? ―pregunto sorprendida. Casi meto la santa pata.

― Sí, por favor dime, Grace, no contestas mis mensajes y tengo que recurrir al WhatsApp. ―dice con tono de preocupación.

― No... ahora no...

― Los problemas con tu madre no tienen nada que ver conmigo, puedes hablar libremente, ella no me quiere decir que pasó, dice que no es mi problema. ―me dice y me muerdo el labio

¿Qué hago? ¡¿Qué hago?!

― Papá, estoy bien. ―afirmo―. No estoy en Londres, estoy con una amiga.

― ¿Qué?

― Estoy bien, si quieres puedes comunicárselo a mi madre. ―le digo con cierto enojo y luego cuelgo.

― ¿Yo soy esa amiga? ―doy un respingo al oír la voz de Harry.

― Al parecer. ―hablo dándome la vuelta. Me cruzo de brazos y lo miro―. Podrías decirme donde está el baño.

― En la habitación. ―responde y trago antes de empezar a caminar.

Le paso por el lado y él me detiene agarrando mi brazo.

― Quiero ir al baño.

― ¿Por qué no me esperaste? ―pregunta―. Te dije que...

― Esperé más de lo que me dijiste. ―me defiendo―. Además, ¿Dónde estabas?

Él alza la mano dejándome ver un collar que pende de sus dedos. Parpadeo varias veces y miro el collar de plata que tiene un dije minimalista en forma de la estrella de David o quizás una Merkaba.

― Estaba buscando esto. ―me dice―. Es para ti. ―trago. Se supone que no iba a salirme con esto.

― Emm...

― Ábrelo. ―me dice y frunzo el ceño. Cojo el collar entre mis dedos y miro que se puede abrir y además se puede ver algo dorado adentro que brilla.

― ¿Qué tiene adentro? ―pregunto en baja voz. Él me compró esto y yo... me enojé y no lo esperé.

A veces me provoca golpearme.

― Sólo ábrelo. ―me dice y con mucho cuidado divido la estrella en dos partes. Abro los ojos desmesuradamente cuando veo un... un... un anillo dentro.

Joder.

― ¿Q-qué es...? ―trago y saco el anillo cerrando el dije de nuevo. Es de oro y parece que fueran dos anillos unidos con curvas, especialmente en el medio se forma como el signo del infinito lleno de... ¿Son diamantes?

Joder, otra vez.

― Es tuyo. ―dice sin más y me quita el anillo con suavidad.

Agarra mi mano izquierda y rápidamente coloca el anillo en mi dedo anular con mucha facilidad.

Joder, joder, joder.

― La medida perfecta. ―dice satisfecho y yo trago duro.

― Espera, no. ―farfullo sin saber qué decir―. No, o sea... y-yo no...

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