Grace Victoria a las diez de la mañana en la oficina de Jake Beckett. ―frunzo el ceño al oír la voz de mi madre. Primera vez que mi madre me deja un mensaje de voz...
Miro la hora y salgo disparada de la cama. Hoy es sábado, ¿O no? Tomo mi teléfono y miro la fecha... ¡Hoy cumple años Jake! Me visto con rapidez luego de darme una ducha rápida.
Me coloco un vestido suelto el cual llega justo a mis rodillas, es de color rosa pastel y elijo casi sin ver unos zapatos de tacón bajo y agarro un chaleco de mezclilla y lo lanzo a la cama.
― ¡¿Por qué me pasa esto a mí, Dios?! ―exclamo sentándome frente a la peinadora y sin pensarlo dos veces empiezo a hacerme una trenza en el cabello. Rápidamente me aplico delineador y rímel. Me coloco perfume y casi se me olvida aplicarme un poco de labial... ¡Basta!
Estoy lista. Miro la hora y grito con todas mis fuerzas.
― ¡Estoy empezando a odiarte! ―grito pensando sólo en la moto. ¿Cómo me voy a la oficina ahora?
Debí haber elegido un jeans...
Mi teléfono suena por enésima vez y contesto mientras camino por el pasillo.
― ¿Quién? ―espeto. En mi mano libre llevo mi cartera, el chaleco.
― Hija, ¿Estás lista? ―preguntan y frunzo el ceño.
― ¿Papá?
― Sí.
― ¿Qué pasa? ¿Dónde estás?
― Sal afuera. ―me dice y corro a la puerta llenándome de alegría. Sé que me hizo pasar momentos malos antes de venirme, pero lo extraño mucho.
No, él no pudo venir.
Salgo a fuera y miro a mi papá al lado de una camioneta blanca.
― ¡Papá! ―exclamo con alegría y corro hacía él.
Él me abraza y siento que mis ojos se humedecen.
― ¡Hija mía! ―dice―. Estás hermosa, te extrañé mucho. ―no dejo de abrazarlo.
Mi padre está aquí, me siento tan feliz que podría abrazar a Miranda... bueno, no.
― Pero, ¿Por qué no me dijiste que venías? ―pregunto apartándome y agradezco a mis lágrimas por no salir completamente.
― Llegué en la mañana. ―me informa y me mira de arriba a abajo―. Estás más flaca, pero igual de hermosa.
― ¿Ayer?
― Sí, Victoria y yo viajamos juntos. ―me dice―. Ah y su esposo viajó antes.
Entonces...
― Ven aquí, cariño. ―dice, vuelve a abrazarme. Efraín vino con mi madre, o sea que... ¿Qué hacen todos aquí?
― ¿Pasa algo? ―pregunto apartándome―. ¿Por qué tengo que estar en la oficina?
― Ah, tu madre quiere hacer una reunión, queríamos hacerla en L.A. pero tú no estabas allí y Giselle no quería viajar allá.
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Aléjate
General Fiction[EN EDICIÓN] Desde el principio siempre tuvieron razones para no mirarse ni hablarse, pero ambos saben que lo prohibido y lo peligroso siempre es codiciado por todos y ellos no serán la excepción. Romper las reglas siempre fue y será elección de amb...