Capítulo 54

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― En el día trabajo y en las noches me divierto. ―Jules habla y habla.

― Interesante.

― Sé que no lo es para ti. ―me dice y hago una mueca de culpabilidad. No es mi intención ser odiosa, pero de verdad no estoy de buen humor.

― Esto es muy lindo. ―le digo mirando los alrededores de la Royal Tower. Luces por todos lados, esto es lindo―. Creo que hasta aquí llegas. ―le informo.

― Mira el Reef, está lejos. ―me dice y miro hacia delante. Bueno, no está tan lejos. Para mis zapatos altos sí―. En realidad puedo acompañarte.

― Está bien. ―¿Qué más da?

― ¿En serio? ―pregunta.

― Sí Jules. ―farfullo y miro hacia atrás. Nadie que conozca, mejor dicho: No viene Harry detrás de mí.

Quisiera quedarme por aquí sentada mirando todo este hermoso lugar, pero quiero ir a mi habitación a descansar mi mente, en las últimas horas sólo he pensado en la bofetada que me dio mi madre y ese hecho me está afectando mi sistema nervioso. De hecho... he estado manteniendo algunas de mis emociones bloqueadas, y esas emociones quieren salir a flote. Lo siento en la forma extraña en que se acelera mi corazón. Puedo hacer como si nada, que no pasa nada y ser feliz con Harry, pero muy dentro de mí sé que soy un desastre. Que mi vida es un desastre.

Las piscinas de diferentes formas y tamaños están llamando mi atención, creo que mañana vendré por aquí.

― Hay arena por todos lados. ―murmura Jules―. Hasta en las habitaciones. ―rio.

― En mi opinión, no vendré más. ―le digo y siento molestias en mis pies. Estos tacones altos...

― ¿Por qué?

― No quiero andar por ahí sola como ahora. ―miento.

― No estás sola.

― Se supone que ando con mí novio. ―mascullo―. Bueno, a decir verdad, no creo que esta sea la primera y la última vez.

― Así suena mejor. ―me dice―. No olvides visitar la joyería. ―reímos y llegamos al edificio. Miro mí alrededor pero, no hay señales de Harry. Entramos y nos detenemos en el Lobby a pocos metros de los ascensores.

― Gracias por acompañarme. ―le digo y lo miro―. Esta es nuestra despedida, querido Jules.

― Eso creo.

― Bueno... adiós. ―balbuceo y parezco una estúpida. Sé que no lo conozco bien, pero se ha portado bien conmigo.

Doy un paso hacia él con vacilación, él sonríe y me da un corto abrazo, luego me da un beso en la mejilla.

― Adiós Jules. ―le digo con un poco de incomodidad.

― Hasta pronto, Grace. ―susurra y se cruza de brazos.

― No es necesario que te quedes allí.

― Sólo veré que subes al ascensor. ―dice y ruedo los ojos.

― Está bien. ―me doy la vuelta y doy un paso.

― Espera. ―habla y frunzo el ceño. Me giro un poco confundida―. Se me olvidó darte esto.

Me agarra la mano y deja algo en ella.

― Jules...

― Un recuerdo. ―me dice un poco nervioso. Miro el dije con asombro―. Conserva tu relación hasta el final, Grace. No dejes que los celos la destruyan.

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