A falta de algo nuevo

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Después de una cena amena entre todos, Libra y Virgo se encargan de limpiar los trastes sucios de todos. Al menos cada uno se dedica a ciertas tareas cada cierto tiempo. Mientras ambas chicas continúan con su labor, un rubio se deja caer sobre la barra de la cocina, con la frente contra el material y su largo cabello cubriéndole el rostro. Un quejido escapa de sus labios.

—Estoy aburrido—rezonga él—. Deberíamos hacer algo para divertirnos.

—M-bueno—concuerda Tauro un tanto pensativo —. Hace tiempo que no hacemos algo juntos.

— ¿Y qué tienes planeado?—indaga Escorpio mirando al rubio que, ante sus palabras, alza la cara y ahora permanece con la barbilla sobre la mesa.

— ¿Qué tal... Nunca-nunca?

— ¿No se te pudo ocurrir algo mejor?—pregunta enfurruñado el menor de los aire.

— ¡No! Mi cerebro se derrite sin entretenimiento. En este punto ya me da igual qué hacer, mientras sea divertido.

—Ya, Acuario —le habla el azabache —. Complace al niño y ya está.

—Bueno. Saca las latas de cerveza del refrigerador.

— ¿Y yo por qué?

—Porque eres mi perra, perra.

—Ah, claro, eso tiene mucho sentido.

Sagitario le hace una seña obscena con los brazos y el contrario responde con una sonrisa inocente, formando un corazón con los dedos índice y pulgar. Aunque el pelinegro se ha quejado de la orden, no hace otra cosa que obedecerla; se pone en pie, dirigiéndose al electrodoméstico grande de color cromado para sacar unos viejos six-packs de cerveza que desde hace mucho tiempo están ahí dentro. Ya ni si quiera saben si realmente pueden beberlas aun. El azabache deja todo sobre la barra y los demás observan las latas.

— ¿Por qué hay tantas?—cuestiona Piscis con el ceño fruncido.

—Creo que por la fiesta a la que fuimos la otra vez —Sagitario frunce los labios en una mueca de remembranza —. Acuario, Géminis y yo nos trajimos todas estas latas cuando acabó.

—Tiene sentido.

—Oye—llama la atención Aries—, pero los demás no hemos dicho nada.

— ¿Tienes alguna objeción?

—La verdad, no.

Los demás no profieren ninguna queja, ni tampoco rechazan la idea del mayor de la casa aire. Intentar cosas nuevas no está mal y pasar el tiempo entre todos tampoco está demás. Después de todo, son familia.

El menor de la casa fuego comienza a dejar latas de cerveza a cada uno de los signos, colocándolas frente a ellos sobre la barra de la mesa, contando tanto a las dos chicas que aún continúan con su labor como a él mismo, y se sienta en su lugar. Esperan unos cuantos minutos y, finalmente, la rubia y la peli-verde regresan a sus asientos. Una vez todos acomodados, se disponen a empezar tal juego típico en las fiestas y algunas reuniones de amigos.

—No creo que debamos decir las reglas, ¿no?—habla el rubio, ya sentado correctamente sobre la silla alta y abriendo con ambas manos la lata.

Todos niegan ante su duda.

— ¿Por dónde empezamos?—cuestiona Leo.

— ¡Por ésta!—expresa el menor de la casa aire, señalando con ambos dedos índice a sus pantalones. Los demás le miran consternados, divertidos y, quizás, decepcionados—. Perdón, tenía que decirlo. Como sea, empecemos con Libra y que se vaya para la derecha.

Estrellas juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora