Casa agua: La peor forma de extrañar a alguien

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Dibujo por TheAngelCrimson

"La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener."

Sentado fuera de la habitación, sobre el suelo de mármol, me encontraba jugando con un escorpión negro que caminaba entre mis manos sin problema alguno. Era día de Luna Llena y Cáncer se encontraba encerrada en su habitación y puesto que mi padre alegaba que yo aún era demasiado joven para tratar el asunto, no me quedaba de otra más que hacer guardia en la puerta del cuarto. Me percaté de que alguien se había sentado a mi lado, con la espalda recargada en la madera de la entrada, y al girarme a mirar, me encontré con los ojos azulados de mi padre.

—No deberías jugar con ellos— me dijo, señalando con un movimiento de cabeza al escorpión que aún tenía en manos.

A él realmente no le gustaba que hiciera eso, quizás por miedo a que uno me pinchase con su aguijón y me envenenase, pero yo realmente podía controlarlos y jamás me habían causado problemas. En respuesta me encogí de hombros, volviendo a mirar al animalillo que tenía en las manos.

— ¿Qué tal está? — preguntó Moses.

—No lo sé. Como todo está silencioso, me imagino que ha de estar durmiendo.

—Eso es bueno entonces.

—Sí, así no hace ninguna estupidez.

—Sí— dijo en voz baja y se tomó un tiempo para volver a hablar, como si sopesara sus opciones de lo que debería decir—. Escorpio.

—Mande.

— ¿Quieres a Cáncer?

No dejé que la pregunta me tomara desprevenido y seguí actuando como naturalmente lo hacía. Para evitar mi nerviosismo, seguí jugando con el escorpión. Sin alzar la mirada, sabía que mi padre me observaba tranquilamente y expectante.

—Es mi hermana—respondí casi de inmediato y tal frase me dejaba un sabor amargo en la boca, mas decidí ignorarlo por mi bienestar y para evitar problemas con Moses —. La respuesta es obvia.

—Supongo. Pero yo no hablo de eso.

Suspiré largamente, decidiendo dejar el escorpión en el suelo para que éste se marchara, cosa que hizo sin problema. Dejé caer mis brazos contra mis piernas que se encontraban cruzadas sobre el suelo y me iré a mirar a mi padre con el ceño fruncido.

— ¿A qué quieres llegar con esto? — espeté bruscamente, cosa que no le sorprendió a él.

—A que te sientes apegado a Cáncer— dijo con una mirada seria, pero no molesta.

—Es mi hermana— volví a decir, remarcando la última palabra como si mi padre fuese un idiota y no entendiese el griego.

—Eso es cierto, pero tu apego va más allá, ¿no es verdad?

—Estás loco, padre. Te estás imaginando cosas que no deberías.

— ¿Estás seguro?

Me quedé un buen rato admirando el azul profundo de los ojos de mi padre, que me invitaban a hablar con libertad y dejando de lado las bromas. Hice una mueca con los labios a la par que giraba el rostro para mirar al frente; me despeiné con frustración el cabello y solté una risa sin gracia, casi irónica y cínica. Negué con la cabeza mientras jugaba con mi lengua, tratando de distraerme un poco del tema para no tomármelo tan a la defensiva, y volví a mirar a mi padre, que seguía esperando una respuesta de mi parte.

—Es mi hermana— a ese punto, parecía más que trataba de convencerme a mí mismo que las cosas eran así y eso no tenía remedio—. Esto no está bien.

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