Directo a las confrontaciones

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A lo mejor es mala idea. Quizás no debería meterse en estos asuntos porque, sinceramente, no le afectan directamente. Sin embargo, tampoco se puede quedar muy tranquilo viendo el estado de su novia.

Cáncer es una dormilona sin remedio. Para ella no es problema dormir incluso en los lugares y situaciones más incomodas. Con solo encontrar una posición lo suficientemente decente, la chica de largos cabellos de tonos azulados se pone prontamente a dormir, teniendo sueños bonitos durante horas ininterrumpidas. Solo hay escasas ocasiones en las que se le dificulta, cuando tiene demasiado trabajo es un ejemplo.

Por ello, Aries ha entendido que ella se encuentra mal en cuanto, la noche pasada, al moverse sobre la cama, se percató que estaba completamente despierta.

A diferencia de la cangreja, el pelirrojo no tiene buenos hábitos de sueño. Suele costarle mucho quedarse dormido y se despierta con cualquier ruidito o movimiento cerca suyo. Así que, cuando se dio la vuelta en busca de una posición cómoda, se percató de que Cáncer se removió muy sutilmente a su lado, cosa que lo despertó en un dos por tres. La miró entre las penumbras con los ojos entrecerrados y pensó que quizás la había levantado por sus movimientos

—¿Pasa algo? — le preguntó con voz baja y aterciopelada.

—No, nada— Cáncer le dijo y Aries notó que no sonaba como si acabara de despertar—. Lo siento.

—¿No puedes dormir?

Se formó un silencio entre ambos mientras él reposaba su perfil izquierdo contra la almohada y veía que ella se encogía en su sitio, aun boca arriba. Dudó un segundo que hacer, hasta que estiró una de sus manos para colocarla suavemente en las de ella que descansaban tranquilamente sobre su abdomen.

—No, disculpa.

Le dio un par de palmaditas y suspiró.

—¿Por qué no puedes dormir?

—No lo sé.

—Mh. Seguramente es porque traes muchas cosas en la cabeza, ¿no? Con lo de Piscis y Escorpio es normal.

Cáncer dijo nada en respuesta y jugó un poco con los dedos del contrario, esperando que ya no le preguntara más sobre el tema, porque realmente no quería hablar de ello. Fue una suerte para ella que Aries lo comprendió.

—¿Puedo hacer algo para que duermas, aunque sea un rato?

Escuchó una suave risa brotar de la signo agua.

—Solo no trates de cantarme— confesó ella, pues el pelirrojo de verdad no tiene una voz apta para el canto.

—No lo iba a hacer.

Entonces la cangreja procedió a recostarse de lado, quedando frente a frente con el carnero que levantó el brazo en espera de que se acomodara. Luego, comenzó a acariciar, con la yema de los dedos, la frente clara en dirección horizontal. Alcander no era bueno con los niños y su forma de amar era diferente a la que tenía Moses, por ejemplo. No solía ser muy expresivo ni estaba acostumbrado a llenar de mimos a los signos, pero de vez en cuando ayudaba a Sagitario y a Aries a dormir con ese mismo gesto. Para que la acelerada y enérgica mente de ambos se calmara lo suficiente pasaba gentilmente sus dedos por sus frentes durante unos instantes mientras permanecían con los ojos cerrados hasta que se dejaban llevar por el sueño.

Pensó que podría servir de la misma forma con Cáncer, incluso le sobó un poco entre las cejas, el puente de la nariz y las sienes. Por segunda vez, una risa emergió de ella y Aries, en respuesta, le pellizcó la nariz.

—Sh...— le chistó de manera seria—. Cierra los ojos.

—Perdón. Perdón.

Obedeció y se volvió a aplastar contra la almohada, sintiendo los dedos de él. Pasaron unos instantes hasta que Aries notó el suave respirar de ella y lo relajada que se mostraba su cara, así que apartó su mano y supo que estaba dormida porque permaneció en ese estado. Miró la luz que se andaba colando por la ventana y luego el celular que descansaba en la mesita de noche a su lado; como supuso, eran las tres de la mañana. Suspiró con algo similar a la preocupación, pues Cáncer no se quedaba despierta hasta tan tarde. Se dejó caer en el colchón e inspeccionó a su novia una segunda vez; estaba completamente noqueada por el cansancio. Seguro le fue muy difícil no poder conciliar el sueño por obvias razones para él.

Estrellas juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora