Entra a la cocina, dispuesto a preparar algunas palomitas para disfrutar mejor la película que está viendo con Acuario y Aries en la sala de la casa. Por suerte ahora están pasando comerciales y esos duran más de diez minutos. Saca el empaque de la alacena y lo adentra al microondas; los botones reproducen pequeños "beeps" cuando los presiona. Mientras espera que estén listas, escucha unos pasos arrastrados acercarse y cuando se da la vuelta, se encuentra con Virgo, quien luce ligeramente cansada.
La chica de tierra no se siente en las mejores condiciones, últimamente se ha estado desvelando más. La cabeza le duele demasiado al punto que sus pensamientos son molestos y el cuerpo lo siente tan pesado que apenas puede moverlo un par de centímetros. Rebusca en los cajones de la cocina y encuentra una aspirina. Luego, de las gavetas superiores, toma un vaso de vidrio donde servirá agua.
— ¿Te sientes bien?
La chica clava sus ojos verdes en los amarillos de Leo en cuanto dice su pregunta. Virgo se pasea por la cocina hasta el contenedor de agua, donde llena su vaso y sin perder un segundo más, bebe el líquido junto la píldora.
—Estoy bien.
Mentira. Su cuerpo está demasiado caliente, como si se encontrara en una selva calurosa y húmeda. Se siente asquerosamente mal, pero ese es su problema, no de nadie más. El calor es tan insoportable, que incluso siendo invierno, la chica no tiene más cosas encima que unos jeans y una playera de mangas cortas. Y no es que la calefacción sea de gran ayuda.
Deja el vaso sobre la barra de la cocina donde todos comen, para luego sujetarse del borde con ambas manos, encorvándose notablemente como un gesto de inconformidad con su propia salud. Leo no le quita la vista de encima en ningún momento, incluso si ella no se da cuenta.
La cabeza comienza a hacerse un embrollo, escucha un extraño pitido en los oídos y percibe como todo se mueve en círculos, como si girase en un carrusel. La respiración comienza a cortársele como si hubiese corrido un largo maratón. Necesita parpadear un par de veces para concentrarse, pero su vista parece empeorar cada vez más; todo está borroso y en cuestión de segundos, todo se sume en una penumbra indescriptible.
Leo mira en pánico como Virgo comienza a desestabilizarse, para luego ver su mano resbalar de la barra con pesadez. El de cabello negro se apresura a atrapar como puede a la chica antes de que ésta se golpee la cabeza con el suelo frio de madera del lugar. El mayor exhala con alivio, sosteniendo con la mano de derecha, la nuca de la peli-verde, mientras la otra le estabiliza desde la cintura, apenas a unos centímetros del suelo. Acomoda a la chica en brazos, acuclillado en el suelo y mirando el rostro de ésta con angustia, inspeccionando que todo está bien, relativamente.
— ¿Virgo?—le llama, pero no recibe respuesta.
Es claro que está inconsciente.
Él siente el calor corporal que irradia de la chica incluso a unos centímetros de distancia. Le coloca la frente en la suya, confirmando que la chica de tierra sufre de fiebre.
— ¿Qué sucede?— indaga Acuario, apareciendo junto a Aries.
Al ver la situación, rápidamente se acoplan al león, mirando anonadados a la única mujer de los tierra.
—Hay que llevarla a su habitación— dice el pelirrojo, mirando a la chica y luego a su hermano—. Acuario, quédate con Leo. Yo iré por Tauro y Capricornio.
Y sin esperar algún comentario de parte de los otros dos, el mayor se pone en pie y con velocidad, va en búsqueda de los otros dos signos de tierra.
Por otro lado, Leo carga con sumo cuidado y dificultad a Virgo entre sus brazos como si fuese una princesa. El cabello de ella cae como cascada hacia el suelo y Acuario acomoda los brazos de ésta en su propio abdomen. Evitando tropezar con las escaleras, ambos signos suben al segundo piso, luego al tercero; Acuario yendo detrás del signo fuego, como previniendo que éste caiga de espaldas. Al llegar a la puerta de la habitación perteneciente a Virgo, el menor de la casa aire la abre, dejándole el paso libre al león.
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Estrellas juntas
Aléatoire¿Cómo sería si los signos del zodiaco vivieran bajo el mismo techo? Un completo caos, probablemente. Una historia común, romántica, graciosa, pero nada increíble, si aun así quieres leerla, adelante. |EDITANDO|