Hogar, dulce hogar.

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—Vamos, Cáncer— pide Tauro totalmente derrotado, sentado en la cama de abajo que posee la litera, donde la mencionada se encuentra envuelta por las mantas formando un ovillo—. Tenemos que irnos.

—No. Lárguense ustedes. Yo pienso quedarme aquí.

El mayor suspira por décima vez en el día, mirando de manera comprensiva a la cangreja que decide esconderse de la realidad, deseando con todas sus ganas quedarse en esa preciosa playa de arena cremosa y suave, con el fresco aire, las olas estruendosas y miles de animalillos acuáticos con quien disfrutar de éstas. Él sabe lo mucho que añora quedarse, pero es algo que no se pueden permitir. Tienen deberes allá en su ciudad; trabajo, escuela, entre otras cosas dependiendo de cada signo. Deberes que no pueden ignorar por un simple capricho.

— ¿Aun no logras nada?—cuestiona una voz fina que no pertenece a ninguna chica y Tauro se gira para encarar a Géminis, quien se encuentra apenas entrando a la habitación. El toro niega con aires de rendición—. Déjame intentar.

El rubio se acerca a la cama y a esa distancia, se encorva sobre el cuerpo inerte de la chica, tomando las mantas con las manos y haciendo el intento de quitárselas de encima a ésta, pero el agarre es impresionante y poco logra con ello.

— ¿Y si la cargamos?—cuestiona Géminis, intentando por segunda vez su ideal solo logrando enrojecer por el esfuerzo.

—Ya lo intenté. Se agarró de la cama como si su vida dependiese de ello—sonríe el peli-verde con diversión, viendo que el contrario deja la manta como si fuese a hacer un berrinche —. Ojalá Escorpio tampoco estuviera haciendo su pataleta para que nos ayudara.

—Sí, bueno. Era de esperar que los agua se pusieran así de niñas.

— ¡Lo dice quien tiene el cabello como una!— replica la cangreja con voz ahogada por las telas sobre ella.

Géminis se lleva una mano al corazón con tanta fuerza que se logra oír el golpe contra sus costillas, haciendo una pose dramática como si alguien le hubiese lanzado una flecha en ese sitio, aunque son solo palabras ligeramente hirientes de parte de Cáncer.

—Cáncer.

—No. Tauro, quiero quedarme. En serio no sabes lo bien que me siento aquí.

—Quizás no. Quiero decir, entiendo tus razones y comprendo que quieras estar en este sitio, pero no podemos.

"¿Ayudo?"

—Lo mejor es que no—responde el rubio en voz alta hacia su otra personalidad, mas la frase queda perfectamente con el tema de conversación de los otros signos—. Tauro, trata de cargarla, tengo un plan diez de diez que seguro funcionará.

El mencionado le dedica una larga mirada al signo de aire, pero decide confiar en las palabras de éste. Se pone de pie y obedece al pedido. Sus anchas manos de piel áspera se ciñen en la cintura de la chica, quien se encoge en su lugar como un perro asustadizo por el tacto tan repentino, y trata de alzarla, de apartarla de la cama. La idea no parece ser muy buena pues Cáncer aferra sus manos en los barrotes de la cama, sujetándose con una fuerza poco normal a ésta y negándose rotundamente a soltarla. Hasta que Géminis interviene. El rubio lleva sus manos al abdomen de la chica, donde sus dedos comienzan a moverse de un lado al otro causándole cosquillas. Un ataque muy inteligente, debe admitir la mayor de la casa agua. Las risas no tardan en escapar de la garganta de ella, sintiendo como su cuerpo le pide que se retuerza para alejarse del signo aire y detener las cosquillas, pero eso implicaría que debería soltarse de la cama y eso es lo que ellos desean.

Pero tarde o temprano tiene que suceder.

Cáncer no puede seguir oponiendo resistencia ante lo inevitable y sin más se zafa de la cama, comenzando a patalear y revolcarse en la cama con las manos de los dos chicos sobre ella; trata de apartárselas de encima, pero poco funciona. Cuando se da cuenta, Tauro ya la tiene en brazos, cargada al estilo digno de una princesa de cuento de hadas, más ella parece una cría berrinchuda que si no fuese por tener que sostenerse del cuello del varón para no azotar contra el suelo, estaría de brazos cruzados en un gesto infantil.

Estrellas juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora