Vamos a hablar

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Luego de hablar con una de las enfermeras, se encamina hacia la habitación donde el arquero se encuentra hospedado. Al llegar a la puerta de ésta, titubea, mirando la perilla con sus ojos verdes como esmeraldas, pensando en si es buena idea o no lo que está a punto de hacer. Finalmente, abre la puerta, asomando la mitad del cuerpo por la abertura para admirar el interior del cuarto, descubriendo que el moreno se encuentra dormido sobre la cama ortopédica. Silenciosamente, entra a la habitación, cuidando sus pasos que le acercan a la silla que yace justo al lado de la cama, donde se sienta, colocando su bolso sobre sus muslos y mirando la cara tranquila del menor que continúa en su mundo de ensueño. Perfila su rostro, desde sus cejas pobladas color ébano como su cabello, hasta sus labios pálidos que son de la misma tonalidad que la piel del resto de la cara. Se ve demasiado tranquilo en esa situación, cuando en realidad es un chico lleno de energía e ideas locas.

Virgo entonces piensa que quizás debería marcharse y volver en otro momento, pues no sería cortés el despertar al menor cuando no se encuentra en las mejores condiciones, después de todo, tiene un brazo y una pierna rota, además de algunas costillas quebradas y diversos magullones en todo su cuerpo. Inquieta, se remueve en su sitio, dispuesta a levantarse de la silla para retirarse por donde ha venido. Hace amago de ponerse en pie, siendo interrumpida al ver que Sagitario hace señales de estar despertando de su dulce sueño, apretando los parpados para luego abrirlos y mirar el techo de la habitación por varios segundos. Sus ojos de color purpura viajan hasta clavarse en la chica que vuelve a acomodarse en su asiento, mirando con algo de incomodidad al muchacho.

Sagitario, a diferencia de ella, no sabe si sentirse contento o molesto por esta repentina visita. ¿Qué no pudo haber venido antes? ¿Qué hace ella aquí? Soltando algunos quejidos de dolor, se sienta en el colchón, recargando la espalda en la cabecera de la cama para mirar cara a cara a la chica de largo cabello verde.

— ¿Qué haces aquí? — pregunta directamente el moreno, no sorprendiendo a la fémina por su poca sutilidad.

—He venido a verte. Y a hablar contigo.

—Me dejaste muy en claro que no querías hablar conmigo. No creo que tengamos nada de qué hablar.

—Sagitario, entiendo completamente que te encuentres molesto por la actitud que adopté aquel día, pero es por eso que he venido a verte—uniendo sus manos sobre la bolsa color café de imitación de cuero, la chica inhala profundamente de una manera poco imperceptible—. Yo, realmente me siento culpable por mi reacción. La verdad es que lo siento, Sagitario, no me puse a ver cómo es que tú te sentías y fue egoísta de mi parte, pero quiero que entiendas que a mí me cuesta creer tan de repente que sientes algo por mí cuando siempre has sido un galán con todas las chicas que se te cruzan en frente.

—Virgo, escúchame bien—con la mano libre, el pelinegro toma una de las morenas manos de la chica, agarrándola por sorpresa y causando que los ojos de ella se dirijan a ese punto— Sé que soy un mujeriego. Lo sé. Pero algo que definitivamente no soy es un mentiroso. Todo lo que pienso y siento lo digo sin tapujos, eso cualquiera lo entiende. Entonces, quiero que comprendas que si digo que me gustas, que si digo que te quiero, no es más que la pura verdad.

—Entonces, ¿por qué ligas con cualquier chica?

—Oye, ¿esperas que me quede estancado contigo como Aries con Cáncer? Yo no puedo estar como perro faldero detrás de una chica que no me hace caso, mejor aprovecho que estoy libre de ataduras y me divierto un rato. Sé que no lo entiendes, pero no te pido que lo hagas, solo que me creas.

Virgo suspira pesadamente, tomando la mano del menor para ponerlas ambas sobre los muslos de éste.

—Está bien— dice ella—. Creo lo que dices, pero lamento decirte que mi respuesta sigue siendo la misma. Sagitario, te veo como mi amigo, como parte de mi familia porque los del zodiaco somos eso, pero no te veo como lo haría con una pareja. No puedo corresponder a tus sentimientos. Lo siento.

Estrellas juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora