Casa tierra: La belleza exterior no es más que el encanto de un instante

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"La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma."

El orgullo es algo que todo ser humano posee. Hay personas más orgullosas que otras, pero, a fin de cuentas, todo tenemos algo de orgullo en nuestro sistema. Aunque no me considero una persona de inmenso orgullo, esto me hace sentir satisfecha de mí misma. Vuelvo a mirar la pulcra nota de color marfil con letra impresa en tinta negra en una caligrafía fluida y elegante que se encuentra entre mis dedos. La tomo con fuerza, arrugándose ésta ligeramente entre mis dedos. Inhalo con fuerza, pensando en mi siguiente movimiento. Salgo de mi habitación para bajar las escaleras hasta la planta baja y, luego, me dirijo a la cocina donde el resto se encuentran. Miro a todos, inmersos en sus propios alimentos e intercambiando frases entre ellos. Veo mi plato en el asiento vacío que existe entre Piscis y Acuario. Me acerco tranquilamente, no sentándome todavía. Sostengo la nota de papel sobre mi pecho con ambas manos mientras miró a mis hermanos, ambos concentrados en otras cosas. Carraspeo la garganta sutilmente, cosa que Capricornio nota al estar sentado frente mío, por lo que alza la vista y sus ojos se encuentran con los míos. Le tiendo la nota.

Sus ojos avellanas la miran para luego observarme a mí con duda. Su mano se extiende y toma la hoja para prestarle toda su atención. Veo como la lee y un brillo distinto se abre paso en sus pupilas. No dice nada y pasa la nota a Tauro, quien se encuentra a unos asientos de distancia. El mayor toma la nota y la lee con rapidez. Cuando culmina, su rostro se alza y sus ojos se clavan en los míos. La felicidad y orgullo se encuentra impresa en su cara. Sonríe y eso me hace sentir más orgullosa de mí misma.

—Por supuesto que iremos— dice, devolviéndome la hoja, que decido doblar y guardar en uno de los bolsillos de mi gabardina.

— ¿A dónde? — pregunta Piscis con inocencia.

—A la graduación de Virgo— responde Capricornio.

Todos dejan lo suyo para mirarme. En cuestión de segundos me veo atacada con palabras de felicitación y comentarios animosos de parte del resto. Acepto cada comentario con agradecimiento mientras me siento en la silla alta vacía. Puedo ver lo contento que están mis dos hermanos y lo satisfechos que se hayan con mi noticia, lo que me hace recordar una vez más lo mucho que el esfuerzo ha valido la pena.

Todos necesitamos que reconozcan nuestros logros y que mis hermanos lo hagan me hace totalmente feliz.

***

Jamás me ha parecido vergonzoso que las personas se expresen libremente, pero ver a Tauro, moqueando y llorando a rienda suelta, me causa cierto sentimiento que no puedo describir. Es una mezcla de incomodidad y de tristeza. Él se abraza a mí con cariño y fuerza mientras Capricornio sostiene mi certificado de universidad que hace segundos atrás me han entregado. Le doy palmadas en la espalda, esperando calmarlo.

—Teo, solo me he graduado— digo y le escucho sorber su nariz.

—Lo sé, pero es solo que el tiempo pasa tan rápido. Ustedes están creciendo.

—Déjalo— dice Capricornio—. Sabes que para él seguimos siendo niños.

— ¡Son niños!

Veo, difícilmente, como Capricornio rueda divertido los ojos. Luego de que Tauro se separa de mí, recibo felicitaciones y abrazos de parte del resto; de último, Capricornio me abraza rápidamente, para luego sonreírme. Al final de la ceremonia de graduación, todos nos dirigimos a un restaurante donde festejamos mi logro y comemos alimentos bien preparados, exquisitos. Finalmente, luego de muchas horas fuera, regresamos a casa. Al llegar, me dirijo a la cocina para beber un poco de agua y mientras hago eso, veo, en la sala, como Capricornio y Piscis conversan sobre quién-sabe-qué. Piscis, como siempre, logra que el rostro de mi hermano se ilumine de manera casi imperceptible. Me imagino que debe ser algo lindo el tener a alguien a quien amar y que te amé. Después de todo, somos personas que constantemente buscan el amor de una pareja, yo no soy la excepción, pero por el momento pienso que quiero ahorrarme dilemas y que estar soltera suena mucho mejor que estar atada con alguien. Comprender a las personas me resulta una tarea caótica, Aun con el vaso pegado a mis labios, veo que Sagitario entra en la cocina; sus ojos purpuras me miran, para luego mirar a la pareja que aún se encuentra en la sala.

Estrellas juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora