Capítulo 2.

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-¡Noelia, despierta!¡Noelia!

Escucho gritos nombrarme y me remuevo en la cama incómoda a causa del fuerte dolor de cabeza que tengo. Usando un gran esfuerzo, abro los ojos, que son cerrados inmediatamente a causa de la luz. Me posiciono boca abajo dejando que la almohada tape mi rostro y la luz no me moleste, pero los gritos siguen.

-¡Noelia, despierta!

-¡Que te calles, Diana!- exclama la voz de Carmen.- ¿No ves que la pobre tiene resaca?

-Pero es que no sé cómo pintarme este ojo, y ella sí - gimotea con aquella voz tan dulce que tiene.

-Pues te esperas.

Me doy otra vuelta en la cama de modo que la luz no dé directamente a mi rostro, quedando de espaldas a la ventana. Lentamente, abro los ojos encontrándome a Carmen y Diana esperando que despierte.

-¡Al fin! Noelia, píntamelo -me exige mi amiga tendiéndome un eyerline.

-¿Pero es que no te puedes esperar?

Diana resopla y mira los ojos azul claro de Carmen, la cual niega con la cabeza.

-¿Qué pasó ayer?- pregunto con voz ronca mientras me incorporo de la cama.

-¿No te acuerdas?

Niego con la cabeza a la vez que me dirijo al espejo de la habitación de mi amiga y me percato de que voy con la misma ropa que ayer.

-Pues que le diste mucho a la botella, Noelia - comenta Diana haciendo reiteradas veces el gesto de beber.

-Tú tampoco te quedas corta, nena - le reprocha Carmen.

-Bueno, pero yo controlo.

Carmen rueda los ojos y se acerca a mí para peinar su pelo castaño claro que le llega por los hombros. Mientras, yo me quito la ropa de ayer y me pongo un simple chándal de mi amiga.

    Me lanzo sobre la cama en la que dormía, llevo un antebrazo a mis ojos y los tapo con la intención de dormir, pero fallo.

-Oye, Noelia, ¿te has puesto cachonda?

Quito el brazo, apoyo mi cuerpo sobre los codos y observo con el ceño fruncido a Carmen, que reprime una risa.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Tus pezones están tiesos - me indica para después estallar en una carcajada.

Ruedo los ojos.

-Es por el frío de la ropa y porque no llevo sujetador.

-Noelia, no de excusas, please.

Fulmino con la mirada a Diana, la cual se ríe de mi reacción y empieza a peinar el pelo marrón que le llega por la barbilla.

-¿Dónde te hiciste las californianas? -me pregunta Carmen mientras toma un mechón de mi pelo entre sus dedos.

Me encojo de hombros.

-Creo que en la peluquería de al lado del instituto, pero no me acuerdo.

-Creo que me las haré...- murmura pensativa volviendo al espejo para continuar peinando su pelo.

[...]

Cuando acabamos de desayunar y hacer más cosas, cada una se va a su casa. Al entrar a la mía, me encuentro a mi madre saliendo de la cocina junto mi padre, el cual la sonríe.

-Hola, cariño - me saluda él al percatarse de mi presencia. - ¿Qué tal la noche?

Asiento junto una sonrisa.

Mi primer amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora